«Despensa fría»
En la nevera debemos tener siempre todos los productos perecederos que son los que necesitan conservarse en frío.
Además, si se guisa habitualmente, tener «a mano» una serie de «primeros auxilios» nos ayudará terriblemente a la hora de ponerse a cocinar. Es lo que llamaríamos «fondo de nevera» o «despensa fría» que será diferente dependiendo del o de los habitantes de la casa.
Viene a ser como el «fondo de armario» que todavía algunos tendrán, con el cual salir airosos en alguna situación, una cena informal, una entrevista de trabajo, una recepción más especial… y que es distinto de una persona a otra, dependiendo de sus gustos, sus costumbres, sus aficiones, su estilo…
Estos productos no podrán permanecer en ella indefinidamente sino que se irán consumiendo poco a poco, pero pueden estar en la nevera rotativamente, es decir que se agotan y se vuelven a adquirir.
Os voy a dar unas pistas para orientaros y luego, individualmente, cada uno escogerá lo que le interesa tener en su «fondo de nevera».
■ Huevos crudos y cocidos.
■ La leche si es fresca siempre, y la uperizada si ya está abierta, mejor desnatada o semi desnatada.
■ Productos lácteos como quesos, las variedades que os gusten, mantequilla para tomarla con moderación, yogures mejor naturales que con sabores sintéticos, cuajada, nata líquida para cocinar o para montar…
■ Confituras ya abiertas, carne de membrillo si se ha hecho en casa y que dura en perfecto estado de una temporada a otra.
■ Postres caseros elaborados por vosotros mismos como flanes y natillas.
■ Los embutidos que os gusten, lomo embuchado, chorizo, jamón serrano loncheado y en tacos… procurando que tengan la menor cantidad de aditivos.
■ Las cebollas si se compran ya peladas o si están abiertas porque hemos consumido una parte.
Si son secas pero no disponéis de un sitio fresco y seco como me pasa a mí, también podéis tenerlas siempre en la nevera encima de una bandeja de porespan. Si no están abiertas no producen olor.
■ También se pueden guardar en la nevera, si no hay otro sitio más adecuado y tenéis espacio suficiente, los ajos secos, sobre una bandejita al aire ya que no producen olor y hasta las patatas si solo tenéis un par de kilos, envolviéndolas muy bien en varios paños grandes de cocina para aislarlas lo más posible del frío. Los ajos germinan muchísimo más despacio y las patatas tardan también más en echar brotes.
■ Las cebolletas que al ser frescas necesitan frío para conservarse bien.
■ Los limones en toda época ya que duran frescos mucho más tiempo, sin arrugarse ni pudrirse, y todas las frutas ya maduras y las hortalizas de temporada que consumáis y que deberían ser casi todas.
■ Frutos secos que se conservan mejor que a temperatura ambiente.
■ Queso rallado si lo usáis a menudo, tanto si es comercial como si lo habéis preparado vosotros.
■ Pan rallado normal o pan provenzal, es decir con ajo y perejil, si es también casero y por tanto no lleva ningún conservante y si los empleáis a menudo.
■ Tomates cuando saben a algo.
■ Salsa de tomate si es comercial y está ya abierta y salsa de tomate casera.
■ Gazpacho y salmorejo en verano.
■ Ramitas enteras de perejil fresco que duran muchos días sabiéndolas conservar.
■ Ajos enteros pelados, algo muy cómodo de tener siempre a mano y que quizás desconozcáis.
■ Salsas ya abiertas como la mostaza, el ketchup, la salsa de rábano picante si la consumís, la carne de ñora y de pimiento choricero…
■ Alcaparras, pepinillos y demás variantes…
■ Aceitunas de varias clases si alguién las compra todavía variadas en una buena casa de encurtidos ya que se conservan en la nevera estupendamente, o frascos ya abiertos.
■ Latas semiconserva como las anchoas en aceite.
■ Huevas secas de pescado, cecina y paquetitos de pescados ahumados si os gustan.
■ Platos cocinados por vosotros y que pueden durar, dependiendo de lo que sea hasta una semana o más. Si se trata de una ración que ha sobrado, envasarla, enfriarla lo más rápidamente posible para que pierda el mínimo valor nutritivo, y en cuanto esté a temperatura ambiente guardarla.
■ En cuanto a las bebidas y refrescos, tener algunos pero solo para consumirlos… de vez en cuando, como aconsejan muchos médicos.
Los zumos industriales suelen tener mucho azúcar, muy poca fruta y demasiadas calorías, y las bebidas carbonatadas, es decir las que tienen «burbujitas», además de ácido carbónico llevan ácido fosfórico que puede interferir con la absorción del calcio y a la larga producir descalcificación.
Las normales tienen además mucho azúcar y por tanto muchas calorías, y las Light llevan hasta 5 o 6 aditivos.
De cómo conservar muchos de estos productos hablaremos en posts sucesivos.