¡¡Feliz Año 2017 para todos y muchas gracias por vuestras múltiples felicitaciones!!
Nos ponemos manos a la obra de nuevo…, con más energía si cabe.
Kilos que sobran, cómo perderlos si no son muchos.
Después de estas navidades el que más o el que menos ha “pillado” algunos kilos de más que conviene quitarse de encima lo más rápidamente posible para que no se sumen a los que se van cogiendo en fiestas, bodas, vacaciones… venideras.
Si tecleáis en mi Buscador, arriba a la derecha del blog, la palabra kilos os saldrán un montón de posts ya publicados al respecto, ya que el aumento paulatino de peso en la población va «in crescendo» y es la puerta de entrada de la mayoría de las enfermedades, aunque muchos quieran seguir ignorándolo.
No es un problema estético, es un problema importante de salud.
Pero esto no se dice lo suficientemente alto porque, todavía, es políticamente incorrecto hablar de kilos que sobran por parte de una parte importante de los profesionales de la salud de todos los rangos.
Pero si uno visita, por ejemplo, cualquier Gran Hospital constatará que los kilos de más abundan en más de un 60% entre todos los que allí se encuentran, sean pacientes o profesionales.
Cuando la Seguridad Social salte por los aires, y lo hará más pronto que tarde, entonces se tomarán medidas drásticas como las que ahora se acaban de establecer contra los alimentos azucarados, los refrescos, el alcohol, el tabaco…
Más que a kilos de más en general, que se calcula con el llamado IMC, Índice de masa corporal, nos tendríamos que referir hoy a la medida del abdomen, es decir de la tripa, lo que se llama perímetro abdominal que es la medida de la cintura pasando por el ombligo.
Es un dato mucho más peligroso que el mismísimo IMC.
Se toma muy bien con una simple cinta métrica casera, la de coser, porque se adapta mucho mejor al cuerpo que si fuera rígida.
Aunque se dan cifras bastante dispares en cuanto a esta medida, y las españolas son bastante laxas, para mí las más fiables son las que nos aporta nuestro cardiólogo internacional Valentín Fuster, 80 centímetros para las mujeres, como tope máximo, y 100 para los hombres.
¿Por qué esta grasa abdominal es la más peligrosa?
Porque además se ser grasa blanca, bastante peor por la composición de sus células o adipocitos que la grasa parda, por el sitio en la que se encuentra envuelve órganos vitales como el estómago, el hígado, el bazo, la vesícula biliar, el páncreas…
Más que prohibir, algo que el ser humano detesta, debería seguirse una gran campaña de educación al consumidor para que conozca en profundidad lo que es bueno y lo que perjudica a su organismo.
Os voy a poner un resumen de todo lo que ya hemos tratado y que sirve para perder algunos kilos que sobran.
Para empezar, lo más importante es estar decididos y mentalizados a perder esos kilitos, pocos o muchos, lo mismo que cuando se deja de fumar.
1. Pesarse nada más levantarse y después de haber ido al baño, o desnudos o con la mínima ropa interior posible, para comprobar nuestro peso y saber los kilos que se han ganado o que se tienen en ese momento.
2. Si hace mucho que no os habéis pesado, muchas veces por miedo, por la ropa que os ponéis a diario ya sabéis que habéis engordado. Apuntar este peso actual, y aunque sea groso modo decidir cuántos kilos se deben o se quieren perder.
3. A partir de este dato, y aunque se afirme lo contrario en muchos casos, pesarse de ahora en adelante, en las mismas condiciones todos los días.
No hay que obsesionarse con el peso, pero como se va a cambiar de alimentación sin hacer «dieta», cada uno tiene que llegar a conocer lo que le ha hecho subir o bajar de peso apuntando todo lo que se ha comido y bebido el día anterior.
4. Ya sabéis, porque lo he repetido en muchos posts y posteriormente en mi último y noveno libro digital que las «dietas» no adelgazan», ninguna.
Tomar solamente alimentos hervidos o a la «plancha», como se aconseja en todas las “dietas oficiales” resulta aburrido y monótono y a los pocos días se abandonan en cuanto la báscula se estanca.
5. Muchos creen que se alimentan adecuadamente y de una manera saludable, pero cuando leen en qué consiste realmente una alimentación equilibrada, nutritiva, variada y sana, en la que se puede y se debe comer de todo en la proporción adecuada, es decir cuando aprenden a comer, y nadie nos ha enseñado a ello, se dan cuenta de lo equivocados que estaban y han estado siempre.
En mi libro digital citado anteriormente tenéis un tratado de nutrición completísimo.
6. Cuanto más joven sea la persona, menos facilidad para engordar tendrá y más facilidad para perder los kilos de más.
Pero a partir de los 35 o 40 años es justo al revés, más facilidad para engordar y más dificultad para perder.
7. Contrariamente a lo que siempre se ha dicho son preferibles 3 comidas en lugar de 5, como se han recomendado hasta ahora, salvo que se tenga realmente una gran ansiedad que habrá que tratar antes de nada.
Muchos se quitan o pretenden quitarse la ansiedad o el estrés con la comida, con lo cual añaden un problema más a su salud.
8. Comer legumbres por lo menos 3 veces a la semana, como muchos todavía pretenden, me parece un error mayúsculo, ya que si se toman tan frecuentemente, además de las muchas calorías que tienen, es imposible cumplir con la premisa de 5 al día, sobre todo de 3 raciones de verduras diarias y 2 de frutas.
9. Las embarazadas, si han cogido estos días más peso del que deben, tendrían que acudir a su ginecólogo, no para adelgazar sino para evitar coger más, ya que los kilos de más en ellas puede conducir a una diabetes gestacional.
10. Si antes de las fiestas ya teníais un peso normal que no variaba, pero que ahora se ha incrementado en unos kilitos, no hagáis «dieta» de ningún tipo.
Seguir comiendo de la misma manera de antes de las fiestas, pero introduciendo unas pequeñas variaciones muy llevaderas.
♦ Disminuir ligeramente las cantidades que antes tomabais.
♦ Comer mucho más despacio, masticando todos los alimentos hasta puré. Si antes tardabais ½ hora, tardar ahora 45 minutos o incluso una hora, hasta que os aburráis de masticar.
♦ Si tomabais alguna copita de vino tinto a diario, suprimirla de momento, o tomar la mitad y muy despacito para disfrutarlo mejor. A veces se traga, sin ni siquiera paladearlo.
♦ Guisar con una menor cantidad de aceite, 2 o 3 cucharadas en lugar de las 5 que aconseja la OMS.
♦ Suprimir por unos días todos los dulces, incluso el chocolate negro después de las comidas, algo muy sano por otro lado.
♦ No tomar ningún producto Light.
♦ No tomar zumos, aunque sean naturales, ya que las frutas son para comerlas no beberlas. Para conseguir 1/4 de litro de zumo de naranja casero puro, se necesita 1 kilo de naranjas que tienen ya, descontando el desperdicio, 255 calorías.
Sin embargo una naranja de ración de 200 gramos de peso, ya pelada pero «masticada» tiene solo 51 calorías ¡fíjaros la diferencia!, y al tener más fibra sacia mucho más.
♦ Si tomáis guisos y platos únicos caseros, desgrasarlos al día siguiente.
♦ Beber mucha agua o infusiones sin edulcorar. El agua no adelgaza, algo de lo que muchos están convencidos, pero ayuda a depurar el organismo.
♦ Cenar algo menos, aunque tiene que haber siempre algo de proteína y, dentro de lo posible hacerlo por lo menos 2 horas antes de iros a la cama.
Por último recordar que «Solo engorda lo que no se quema con el ejercicio físico» y que para adelgazar hay que «quemar» más de lo que se ingiere.