Microondas, horno

Microondas, «horno».

■ Un horno microondas sencillo, al que yo llamo siempre “microondas” a secas, para no confundirlo con un horno tradicional puesto que no asa sino que cuece, es un pequeño electrodoméstico que no debería faltar en ninguna cocina, no solo para calentar nuestros platos sino para cocinar muchos de ellos, aunque muchos se sigan resistiendo a ello.

■ Aparentemente, por su forma, parece un horno, pero es únicamente un sistema de cocción, el más revolucionario desde que se inventó la olla exprés, ya que los alimentos se van a cocer en su propio jugo, con el agua que todos tienen en su interior, el llamado agua de constitución, sin tener que añadir nada de líquido, una gran ventaja.

■ Otra cosa son los microondas que ya no son solo microondas, sino que llevan incorporados aire caliente, o resistencias, en el grill o debajo del plato giratorio.

■ Por supuesto que no todo sale bien en el microondas, pero lo que sale bien, sale estupendamente y conservando mayor valor nutritivo. Por ello, hay que usarlo para elaboraciones puntuales, en las que se consigue calidad y ahorro de tiempo, y olvidarse del resto.

■ Hoy todavía tenéis libros míos de microondas en papel, y en digital editados por BUBOK en formato PDF + EPUB, y en Amazon en formato KINDLE.

■ Yo bauticé al microondas, desde los primeros libros que escribí con la editorial Espasa Calpe-Planeta como el “calienta leches más caro del mercado” porque desgraciadamente muchos no lo han sabido usar ni entonces ni ahora.

■ Sin embargo, otros muchos, cuando aprendieron, se han puesto en contacto conmigo de alguna forma para contarme cómo les había cambiado la vida en la cocina al descubrir un mundo nuevo de sabores y facilidades.

■ Si le vais a dar al microondas todo el uso que se merece, colocarlo encima de la encimera pues si os lo colocan en columna, como hacen los diseñadores de cocinas, os resultará muy incómodo a la hora de comprobar cómo se van cocinando los alimentos.

■ Si la cocina es pequeña, se puede colocar en una pared, encima de unas patitas especiales que venden con ese objeto, a la altura de vuestra vista y de esta manera no os robará encimera y seguiréis teniendo una buena superficie de trabajo.

■ Lo más importante a la hora de adquirirlo es que tenga una buena potencia, 900 o 1000 vatios, para poder cocinar con él sin eternizarse y que sea de una marca relativamente conocida para que cumpla todas las normas de seguridad exigidas en la Convención de Ginebra de 1979.