Cuánta agua compras con tus congelados.
La respuesta debería ser rotunda, prácticamente ninguna, solo el 10% de su peso si se cumple la normativa, y esto lo comprobamos perfectamente al someterlos a una descongelación correcta.
La mejor manera de descongelar productos congelados es dejándolos la noche anterior, en su mismo envase, en la nevera.
Aunque se presentan estos productos congelados muchas veces en envases de plástico que deberían ser herméticos, o en cajas de cartón con paquetitos plastificados dentro, por si éstos se han roto durante el transporte, es preferible colocarlos en la nevera encima de una fuente grande algo honda que recogerá los posibles jugos que suelten, durante la descongelación, evitando que goteen y la manchen.
Descongelarlos en agua caliente, con el secador del pelo, encima de un radiador… no es aconsejable en absoluto. ¡Es más bien… una barbaridad!
También se pueden descongelar en el microondas, pero para obtener buenos resultados hay que saber hacerlo correctamente y ya lo veremos en otro post.
En el caso de pescados o mariscos que adquirimos congelados, algunas marcas de primera fila como Pescanova cumplen la ley a raja tabla y, de hecho, en el envase especifican el peso neto, por ejemplo 400 gramos, y el peso neto escurrido 360 gramos, que debe ser lo que pesa realmente una vez descongelado y escurrido.
Pero son muchas más las marcas que hacen caso omiso de esta legislación, incluidas grandes cadenas de alimentos congelados.
Y no digamos nada si compráis a granel estos alimentos congelados, sin saber ni de dónde proceden, ni quién es el fabricante, ni si se ha roto la cadena del frío en algún momento…
Entre los diferentes métodos para congelar pescados y mariscos industrialmente está el de congelarlos por revestimiento de hielo.
Suelen congelarlos individualmente, lo que se llama congelación abierta, al descubierto o por contacto, y una vez congelados los sumergen en agua, los sacan y los vuelven a congelar rápidamente, tal cual están, a temperaturas muy bajas.
Esta agua se congela y forma una capa de hielo que impermeabiliza el producto.
Pero, a continuación, lo vuelven a mojar y lo vuelven a congelar… es decir que se pueden ir sobreponiendo varias capas de hielo, tantas como quiera el fabricante.
Una vez que la capa de hielo es la debida, o la que los fabricantes desean, se envasan individualmente o en conjunto en bolsas especiales de congelación y se comercializan o se almacenan.
Algunos de estos productos del mar pueden soltar hasta un 30% y más de su peso de agua.
Además de ser un incordio, porque la fuente en la que se han descongelado puede aparecer completamente llena de agua, es una estafa.
Concretamente, algunas gambas crudas congeladas que aparecen gordas y con una pinta buenísima, al descongelarlas se quedan en nada, raquíticas.
Podéis comprobar vosotros mismos lo que os indico pesando antes el producto congelado, y después, ya descongelado, cuando habéis desechado el agua que han soltado.
!!Os podéis llevar la gran sorpresa¡¡
Si os compensa pagar agua a precio de alimento, consumidlos.
De lo contrario adquirir las marcas que realmente no se aprovechan del consumidor.
Por ello todos nosotros debemos ser consumidores exigentes, leernos las etiquetas y exigir el máximo de información.
Hola Cristina, tengo el libro de la tablet Como adelgazar sin dieta….., es lo mismo el libro en papel.? estoy en duda para comprar. muchas gracias. un saludo
Este libro en papel acaba de salir antes justo del Coronavirus, así que no creo que lo tengas.
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