Cocinar siempre con las ollas o cacerolas tapadas.
■ Los últimos datos científicos sobre este tema, cocinar siempre con las ollas o cacerolas tapadas, aclaran que todas las cocciones deben ser lo más rápidas posible y con la mínima cantidad de líquido, y esto se consigue tapando siempre el recipiente con su tapadera correspondiente, algo que evidentemente no se hace nunca.
■ Al tapar la olla o cacerola donde estamos cocinando, el calor se concentra, porque no se escapa por la superficie, y se aceleran todas las cocciones.
■ Hay que añadir bastantes menos líquidos, al ser la evaporación menor, y el consumo de energía es mínimo.
■ Ya decía Santa Teresa muy sabiamente que “las perolas, cuanto más se tapan más cuecen”.
■ Al cocinar siempre con tapa el consumo de energía es un 280 por 100 menor y la «muerte en la olla» de las vitaminas es mínima.
■ Acostumbraros pues a cocinar siempre tapado, aunque los cocineros profesionales no sepan o no quieran incorporar estos adelantos.
■ Si hoy todas las baterías medianamente buenas, incluso cacerolas, cazos y piezas sueltas más modestas, vienen acompañadas de sus correspondientes tapaderas, pensad que “no están de adorno” sino para usarlas.
■ Si tapamos también cualquier sofrito y bajamos el fuego adecuadamente, todos los alimentos, carne, pescado, verduras…van a ir soltando sus jugos internos, es decir su agua de composición, que es lo que vulgarmente se llama “sudar”. Van a tener así más sabor, puesto que se van a hacer en su propio jugo y van a conservar, además, todas sus propiedades.
■ Conviene añadir un poquito de sal a todos estos sofritos porque ésta nos facilita también la salida de sus jugos internos.