Si nuestra nuestra prioridad más importante es mantener una buena salud y estar en forma a lo largo de nuestra vida, además del ejercicio, claro que organizaremos nuestra vida de manera que haya tiempo para cocinar.
A fuerza de repetir desde hace demasiados años que «no hay tiempo para cocinar» muchos se lo han acabado creyendo, pero otros muchos jóvenes de ambos sexos empiezan a cocinar y a interesarse por su manera de alimentarse desde el momento en que se independizan e incluso antes, en la propia casa de sus padres.
Las razones serían:
1. Porque si se cambia el «chip» y se aprende a cocinar de una manera nueva con las técnicas culinarias modernas que conservan todo el valor nutritivo de los alimentos, se tardará muy poco tiempo y la mayoría de las veces solo se manchará un solo recipiente.
2. Porque sabremos exactamente lo que estamos comiendo, no solo la clase de aceite que lleva sino su cantidad y cómo lo hemos calentado para no “quemarlo”, evitando así que pierda sus propiedades nutricionales.
3. Porque conoceremos la calidad de todos los ingredientes que hemos adquirido y cómo los hemos manipulado desde su adquisición hasta su elaboración y posterior consumo.
4. Porque sabremos qué cantidad de grasa tienen todos sus componentes si les hemos eliminado previamente y en crudo las “calorías escondidas”, o si los hemos desgrasado después.
5. Porque si se come muy a menudo fuera de casa, es muy difícil saber las calorías que se ingieren a no ser que el menú lo especifique, algo que ya se hace en algunos sitios pero que tendrá que extenderse siempre que las calculen de una manera rigurosa sin omitir la cantidad de aceite que llevan, porque éste sea de la clase que sea tiene 90 calorías en tan solo una cucharada de aceite. ¡Así que cuidado con todo lo que lleve caldo o salsita ya que unas humildes lentejas pueden haberse cocinado con un exceso de aceite!
6. Porque cuidamos más nuestra salud y ahorramos al mismo tiempo una cantidad considerable de dinero.
7. Porque cocinar relaja a muchísimas personas y yo le comprobado personalmente cuando impartía cursos, ya que muchos cirujanos y pilotos acudían. Puede subir incluso la autoestima y ser muy gratificante.
Como especializada en Técnicas Culinarias Modernas me gustaría aclarar que “no tenemos tiempo para cocinar como nuestras abuelitas, ni tampoco está recomendado hacerlo de esta manera tradicional por mucho que los anuncios en la tele de productos elaborados por la industria alimentaria sigan insistiendo en que son buenísimos porque se han hecho tradicionalmente, como toda la vida, chuf, chuf…”
Para empezar, los alimentos que tenemos en la actualidad, variadísimos y riquísimos al paladar no tienen nada que ver con los pocos pero naturales de verdad que tenían nuestros antepasados.
Si le sacáis todo el partido posible a las ollas superrápidas, de las que estáis encontrando aquí una información exhaustiva, al microondas, a la nevera y al congelador, sabiéndolos usar todos correctamente, veréis que se puede cocinar en muy poco tiempo, manchando además poquísimo, rentabilizando nuestro tiempo y con más calidad desde el punto de vista nutricional y gastronómico.
Si estáis bien organizados y se planifican las compras con arreglo a lo que se está acostumbrado a comer, o a lo que nos tenemos que acostumbrar si nuestra alimentación no es sana, el meterse 1 día a la semana o cada quince días tan solo unas horas en la cocina, dependiendo del número de comensales, es muy fácil. Ya os lo explicaré en otro post.
El Doctor Fuster en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares organizado por la SEC, Sociedad Española de Cardiología, en Valencia en 2010 ha señalado «Estamos en un momento en que lo importante no es tanto curar como promocionar la salud. O empezamos a promocionar la salud de manera seria, a través de todas las herramientas posibles, no con anuncios publicitarios que lo único que pretenden es vender sus productos «pseudo saludables» o no podremos afrontar la situación».
«Hay que educar a los niños para que adquieran hábitos saludables». “La mejor edad para hacerlo, es desde los 3 hasta los 6 años, porque entonces son verdaderas esponjas». Y sigue: «Nunca habíamos tenido tanta información sobre alimentos y nunca antes habíamos comido tan mal. Si no comemos mejor y no cuidamos más nuestra salud no es porque nos falten datos, es más bien porque en muchas ocasiones no los tenemos en cuenta. Si no se come bien en casa, es porque no se quiere. El problema de la salud está en la cabeza de cada uno. Comer bien es una cuestión de actitud, no de información».
Efectivamente hoy nos sobra información que no queremos o no sabemos utilizar porque cambiar el “chip” cuesta.
Hay médicos como Manuel Pombo jefe de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela que afirma, aunque muchos todavía se asusten, que «para combatir la epidemia de sobrepeso y obesidad que tienen los niños actuales hay que tener unos mínimos conocimientos de cómo cocinar«.
Resumiendo podríamos decir: Dime cómo cocinas y te diré cómo coméis tú y tu familia y si vais a engordar, a manteneros o a adelgazar.
Totalmente de acuerdo, Cristina. Hace unos 6 años hice una apuesta por la salud de mi familia: quité a mi hijo del comedor escolar y dicidí que la familia comería todos los días en casa, comida sana y variada. Supone cocinar por las tardes, comprar mucho más, limpiar la cocina entre todos (colaborando en común es más fácil) y pensar y planificar menús. No voy a mentir, hay días que se hace más cuesta arriba, pero el balance final es muy positivo. He aprendido a disfrutar y relajarme del estrés diario cocinando y la salud de mi familia está más protegida.
un saludo Cristina.
Ahora Lamor, quizás el siguiente paso, si sois 3 de familia, sería hacer 6 raciones en lugar de 3 cada vez que puedas. Lo verás en «Cocinar 1 día para varios» y a lo mejor te ayuda. Es otra apuesta más 🙂
Totalmente cierto, no hay nada como saber exactamente lo que estás comiendo… y la forma más fiable es hacerlo uno mismo…, mi hijo come en la guarde, pero quisiera decirle a Lamor que mi cuñada trabaja como cocinera en un colegio, y por lo menos en éste, todos los productos que se compran son de primerísima calidad, además llevan una dieta basada en los consejos de la OMS, comen variado, verduras y fruta a diario, legumbres, pescado (más que carne), pasta, arroz, vamos, lo que viene a ser la dieta mediterránea, por lo que yo dejo a mi hijo en el comedor la mar de agusto., no puedo afirmar que todos los comedores sean iguales, pero si es cierto que esto, sobre todo si son coles públicos, está muy controlado.
Gracias de nuevo Cristina por tus buenos y prácticos consejos…
Un abrazo
Miriam
Miriam, efectivamente se están haciendo grandes adelantos en muchísimos colegios y tiene que ser así para atajar el problema tan enorme de obesidad infantil en los niños. Deben comer de una manera sana como tú bien apuntas, nuestra buenísima dieta mediterránea, y mucho más ejercicio o menos TV, menos consolas… y menos vida sedentaria. Gracias a Dios ya sois muchos jóvenes los que os estáis preocupando por todos estos temas, y cuantos más seáis, mejor 🙂
HOLA CRISTINA, CUANDO EMPECE A COCINAR COMPRE TUS LIBROS, COMO ME GUSTA COMER SANO, AUNQUE NO ME GUSTABA COCINAR. AHORA ES VERDAD QUE CADA VEZ DEBEMOS CONSCIENCIARNOS QUE SOMOS LO QUE COMEMOS.
MUCHAS GRACIAS POR LA AYUDA QUE NOS DAS
UN ABRAZO
NATI
Gracias a tí Nati por tu comentario 🙂
Yo empecé a cocinar «de verdad» al nacer mi hijo. Porque hoy en día no se hace nada en casa, todo se compra hecho, y eso no es bueno en la educación de un niño. Además de los motivos de salud, mis razones 8, 9 y 10 son que no quiero que pierda una importante tradición cultural ni unos sabores «caseros» que recordará toda la vida; que quiero que «viva» que es algo que podemos hacer por nosotros mismos y que de alguna manera nos pone en contacto con la tierra y la naturaleza; y que además es la base de gran parte de las interacciones sociales, pues la familia y los amigos se reunen siempre alrededor de la mesa.
Me encanta tu comentario, pero hoy, si eres joven está hasta mal visto. En cuanto tu hijo tenga edad, 3 o 4 años que te ayude para que de mayor siga tu fantástica filosofía. Conozco a niños con 3 años que le pinchan a su papá el clavo en la cebolla, ayudan a su madre en las torrijas en las bolitas de mazapán de navidad… ¡Vamos que saben casi tanto como yo! Muchas gracias 🙂
Je je, no hace falta esperar a los 3 o 4, con casi 2 años tiene su cocinita y su delantal, y ya me ayuda con cositas como desgranar los guisantes y las habas, o me va pasando ingredientes o echándolos a la cazuela. Pero lo que MÁS le gusta es darle a la ruedita de la thermomix y oir como suena 🙂
Y el año próximo, en el colegio al que le hemos apuntado, con 2 años les enseñan cosas sencillas de cocina un par de veces a la semana, tipo masas de pizza y cosas así.
Pues eso es genial, Enrique. Sabrá alimentarse toda su vida y tendrá una cultura gastronómica enorme 🙂
Eso espero, eso espero. Igual empieza a cocinar con tus libros, como hice yo 🙂
Pues si a tí te han servido, a él también le servirán ya que mis recetas son muy tradicionales y hasta universales. Y una vez que ya sabes «moverte» por la cocina, a echarle imaginación, quitar lo que te sobra, añadir lo que te falta… ¡¡¡y mucha imaginación!!! 🙂
Qué buen post y cuánta razón tienes
Pero lo más curioso es que hoy en día, si eres joven y un poco «cocinillas» te dicen que eres una maruja o que ¿como que no estás por ahi de fiesta en vez de cocinar?»
En fin…
Efectivamente, y ya desde hace años, no está bien visto el cocinar. Pero dentro de unos años veremos muchas cosas, te lo aseguro. Se va a enseñar a comer a los niños desde chiquititos, como dice Fuster, ¡y hasta a cocinar! como ya algún pediatra se atreve a decir. La plaga de la obesidad no se para así como así, solo educación, educación… y prevención 🙂
Estupendo post y geniales los comentarios. Yo también aprendí a cocinar y a disfrutar con ello con tus libros, a raíz del nacimiento de mis hijos, y ahora uno de ellos es tan cocinillas como yo, ya sabe leer e interpretar las recetas y se preocupa por comer sano. En su colegio que es publico los menús son equilibrados y saludables, por lo que efectivamente, estamos en el camino para cambiar las cosas en las nuevas generaciones. Y en mi trabajo cada día somos mas los que llevamos comida casera. Gracias Cristina por estar ahí!
Sois vosotros los jóvenes Ana quienes tenéis que… cambiar las «cosas», aunque sea lentamente. Yo tan solo puedo guiaros un poquito para que cada día os alimentéis mejor.
Efectivamente, por lo menos en la Comunidad de Madrid, en los colegios públicos están dando menús equilibrados y saludables… pero en muchos privados y encima carísimos siguen dándoles lo que saben que les gusta, fritanga y más fritanga y además preelaborada 🙂