Platos cocinados en casa, cómo conservarlos
Todos los platos cocinados en casa, es decir caseros, son susceptibles de conservarse en la nevera en su zona más fría, siempre que se mantenga a la temperatura adecuada, 2º o 3º y se sigan unas técnicas correctas.
Si este plato cocinado en casa es delicado, y por tanto más perecedero, durará menos y habrá que consumirlo antes, mientras que si es más resistente durará bastante más.
Sabiendo conservar, simplificaremos mucho nuestra vida al poder cocinar varias raciones de una sola vez, y ésta es la única solución para poder comer o cenar en casa, saber lo que comemos, la grasa y el tipo que lleva, y cómo se ha manipulado y cocinado.
En el libro La Cocina de la Salud de Valentín Fuster y Ferrán Adriá el célebre gastrónomo afirma categóricamente “Es mentira que no tengamos tiempo para cocinar. En España muchos ven cuatro horas de televisión. ¿Hay tiempo para ver la tele y no para cocinar? Yo, en casa, cocino mientras veo las noticias», y continúa… «Si no se come bien en casa, es porque no se quiere»…,
A muchos puede no interesarles aprender porque encuentran mucho más cómodo comer siempre fuera de casa, sea lo que sea, y a la industria tampoco. Pero si queréis manteneros en un peso correcto y no engordar, comiendo en la calle será muy difícil, a no ser que os limitéis a una ensalada aderezada por vosotros mismos cuando os la sirven, y a un pescado o carne a la plancha con guarniciones “no peligrosas”.
Incluso estos alimentos a la plancha pueden sentaros mal porque el aceite que se usa no es el adecuado, porque aunque sea nuestro maravilloso aceite de oliva virgen se ha calentado a una temperatura demasiado elevada, ha empezado a polimerizarse que es lo que se llama vulgarmente «quemarse», o porque la plancha ese día se ha usado mucho y quedan restos y restos de grasa requemada. Y las guarniciones, aunque no sean patatas fritas, pueden ser verduras rehogadas o a la plancha, cocinadas también con demasiado aceite.
Sin embargo hay ya ciertos restaurantes que ofrecen menús bajos en calorías, incluso especificando las mismas, algo muy loable y digno de copiar.
Supongamos que elaboramos varias raciones de un plato, lentejas, fabada, menestra… para poderlas tomar más adelante y disponemos de un surtido adecuado de tuppers, de los que ya hablaremos en otro post y de una buena nevera o combi .
¿Cómo debemos manipular estos platos cocinados en casa para que se conserven varios días en perfecto estado?
1. En cuanto la olla superrápida, y hoy no concibo una cocina moderna sin ella, se pueda abrir porque su válvula o regulador de presión ha bajado por su propio peso, nunca forzándolo, abriremos la olla y veremos que en su interior los alimentos están todavía cociendo.
2. Ya habremos escogido un tupper preferiblemente redondo, con la capacidad adecuada, es decir en el que quepan por ejemplo dos raciones si siempre comemos dos personas.
3. Con un cucharón o un cazo de cocina sacaremos estas dos porciones que vamos a conservar y las volcaremos tal cual están, hirviendo, en el tupper que deberá quedar completamente lleno, tapándolo inmediatamente. A continuación levantaremos levemente esa tapa por una parte, o por su lengüeta si la lleva, para expulsar la pequeñísima cantidad de aire que ha quedado en su interior con lo que prácticamente hacemos un vacío.
4. Llevar este tupper a una ventana, terraza, balcón o jardín que esté fresquito. Si hace mucho calor porque es verano meterlo en agua con hielo para que se enfríe más deprisa ya que los alimentos ni se deben calentar varias veces ni deben permanecer calientes durante mucho tiempo.
5. En cuanto este tupper esté a temperatura ambiente guardarlo en la nevera en su zona más fría, 2º o 3º tal cual está, sin abrirlo. Si la nevera permanece a esa temperatura casi constante, porque no se está abriendo continuamente, el alimento del tupper permanecerá intacto con todas sus propiedades y dependiendo de su contenido más o menos delicado se conservará 2 o 3 días o más de una semana.
Veréis que con el frío la tapa del tupper se hunde un poco en el centro, es decir adquiere una forma cóncava, lo que indica precisamente que en su interior se ha hecho una especie de vacío.
6. Cuando se vaya a consumir sacarlo de la nevera, volcarlo en dos platos que son los que se van a poner en la mesa puesto que son dos raciones, tapar cada plato con una tapa de cristal si se tiene del mismo diámetro o algo mayor, o con un plato de sopa del mismo tamaño pero invertido, aunque es bastante más incómodo, y calentarlo 4 o 5 minutos en el microondas siempre a una potencia pequeña, 300 o 350 vatios.
Si al cabo de ese tiempo el plato no está caliente en el centro, poniendo la mano debajo, calentarlo de nuevo a la misma potencia 1 o 2 minutos más.
7. Si tenéis prisa y queréis correr y lo calentáis a la máxima potencia, el resultado no os gustará y seguiréis “odiando” al microondas. Sabrá a comida recalentada, mientras que si lo hacéis correctamente será “comida regenerada” como dicen los franceses.
Si seguís estos 7 pasos, uno detrás del otro, sin saltaros ni uno y sin pararse entre ellos, vuestros platos pueden duraros más de 8 días en perfecto estado.
Si queréis que estos mismos platos se conserven durante más tiempo, congelarlos el mismo día en el que los cocinasteis, sin dejarlos abandonados en la nevera, y ya lo veremos en otro post.
Si por cualquier motivo os sobra una ración de lo que sea, no la dejéis rodar por la mesa o por la cocina varias horas, ni tan siquiera una. Guardarla en la nevera y procurar consumirla lo antes posible porque no os ofrece las mismas garantías que si la hubierais envasado justo después de cocinar, como os he explicado.
Según las últimas estadísticas avaladas por el Centro de Investigación e Información de las Organizaciones de los Consumidores, el CRIOC que se encuentra en Bruselas, un cuarto de la comida que se produce en el mundo se tira a la basura sin haberse consumida. Esto sucede por motivos comerciales, por mala manipulación y conservación tanto en hogares como en los demás puntos de distribución, porque sobra en los platos de hoteles y restaurantes…como en los múltiples “buffets” que han proliferado por todo el mundo en los que se tiran platos impresionantes de comida porque el ser humano tiene el ojo mayor que la tripa. ¡Mientras, un tercio de la humanidad sufre hambre o alimentación insuficiente!
Y más de la mitad de las intoxicaciones alimentarias que se producen cada año en nuestro país se deben a una mala conservación.
El día 24 del mes pasado participé en un programa de TVE, “Para todos la 2”, con este mismo tema, conservación en general de nuestros alimentos.