Moquetas y alfombras, cómo limpiarlas.
■ Las moquetas deben limpiarse en seco, con máquinas especiales, muchas veces acopladas al aspirador, y utilizan productos en seco que, además de limpiar en profundidad, llevan suavizante y un acaricida incorporado.
■ Suelen utilizar polvos, normalmente blancos que, mediante unos rodillos, frotan la superficie y al mismo tiempo los hacen penetrar hasta el fondo de las mismas actuando desde allí. Estos polvos, una vez que ya han actuado, se eliminan con la ayuda del aspirador y se puede observar perfectamente que, ahora, salen de color gris oscuro porque han absorbido toda la suciedad.
■ Las alfombras y moquetas quedan no solamente limpias sino más esponjosas y mullidas, más suaves y con colores más intensos al ser la suciedad que tenían la responsable de la opacidad de dichos colores.
■ Frotar dichas alfombras con agua y amoniaco, como se hacía antiguamente, o con los productos que nos ofrecían y ofrecen, conlleva mucho trabajo puesto que estas espumas o líquidos hay que frotarlos a mano y muchas veces aclararlos o secarlos también a mano. Aunque en una primera ocasión pueden dar resultado, a la larga apelmazan la lana, que no debe mojarse.
■ Otra opción es mandar las alfombras a una tintorería especializada donde os garanticen la limpieza en seco. En muchos tintes corrientes os pueden devolver las alfombras limpias pero hechas una “baba”, sin nada de apresto y parecerán viejas.
■ Si solo tienen alguna mancha aislada de comida ya seca, frotarla con un paño limpio humedecido en agua caliente y, si se trata de una mancha de grasa, frotarla con un paño limpio humedecido en gasolina especial para mecheros que no huele.
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