Placas de vitrocerámica e inducción pros y contras.
Placas de vitrocerámica.
■ El calor se obtiene de las resistencias eléctricas que llevan debajo de la superficie de vidrio cerámico. Por ello, tardan más en adquirir la temperatura deseada y requieren más energía pero, en contraposición, se pueden apagar antes de terminar la cocción ya que mantienen la temperatura residual, lo que supone un cierto ahorro energético.
■ Permiten el uso de cacerolas de cualquier material, incluso antiguas y de barro.
■ Si cambiáis de repente de cocinar con gas a electricidad, notaréis una gran diferencia a la hora de limpiar las paredes, las encimeras, los armarios y la cocina en general, aunque parezca mentira.
■ La electricidad no mancha nada en absoluto, mientras que con el gas hay una combustión de éste y sus gases engrasan muchísimo.
■ Para que estas placas apenas gasten hay que trabajar siempre con ollas o cacerolas con un buen fondo difusor plano que se quede como pegado a la superficie de la placa.
■ Las placas vitrocerámicas son más económicas y, por tanto, accesibles para todo el mundo.
Placas de inducción.
■ Son muy cómodas, porque no se calienta más que el recipiente en el que se está cocinando y, por tanto, se reduce el riesgo de quemaduras.
■ Son muy rápidas con lo que ahorran un 30% de energía, aproximadamente, respecto a las vitrocerámicas tradicionales.
■ Al no calentarse la superficie, en el caso de que se os caiga algún alimento, éste no se quemará y será más fácil de limpiar.
■ Se comportan muy mal con las ollas superrápidas que siempre aconsejo y hay que estar continuamente poniéndolas y quitándolas de la fuente de calor. Y, por supuesto, no se os ocurra emplear ollas de barro o cerámica, puesto que requieren un metal para transmitir el calor por electromagnetismo.
■ Su precio es considerablemente superior al de las vitrocerámicas.
Cristina, muchas gracias por tus enseñanzas. A mí me pasa lo contrario que comentas: Tengo 2 KR (una Hotel de 5 litros que uso prácticamente todos los días, y otra), y fue la vitrocerámica «normal» la que me estropeó la base de la olla. Se despegaron las láminas de la base, se quedaron las capas arrugadas, y separadas, tras unos pocos años de uso. En el servicio técnico de KR en Zaragoza me cambiaron el cuerpo de esta olla por uno nuevo, y además fueron muy amables. El cambio de la olla coincidió con la reforma de mi cocina, en la que me cambié a una vitro de inducción, de eso hace ya 3 años. La olla está perfecta, y tampoco tengo que ir poniéndola y quitándola del calor. Aplico los tiempos de cocción que dices en tu libro «Utiliza tu olla superrápida a tope» (¡y tan a tope que la usu yo!), al pasar el tiempo apago la inducción y dejo que la válvula baje por si sola, sin mover la olla. No sé si es que hay vitros de inducción más estables que otras, pero a mí me va fenomenal. Un abrazo.
Hola Noelia, gracias por compartir tu experiencia con el servicio técnico de KR. Me alegra oír que te cambiaron el cuerpo y que sigue perfecta después de bastante tiempo. Por curiosidad (y para que nos sirva a tod@s) ¿estaba tu olla en garantía?
Hola Cristina,
quería
comentar que yo tengo placa de inducción desde hace 6 años y la utilizo con las
ollas KR, de 5 y 8 ltr, y nunca he tenido ningún problema. Al principio
te tienes que adaptar a controlar la temperatura para que suba y se mantenga la
válvula, pero una vez controlado, todo perfecto, y estoy encantada. Un saludo.
Hola Teresa, me alegra leer que, tras el periodo de adaptación que comentas, va mejorando el comportamiento de estas ollas con la inducción. Gracias por el comentario 😀.