Qué es alimentarse bien.
Si os interesa tan solo un poquito vuestra salud, dos cosas son fundamentales y totalmente imprescindibles
– alimentarse de una manera sana,
– y hacer algún tipo de ejercicio, en definitiva, tener un estilo de vida saludable
Muchos estáis pensando que ambas cosas son una quimera, que es imposible, que no hay tiempo ni para aprender a alimentarse, ni para dejar de ser sedentarios, y sin embargo cada día se están descubriendo más y más enfermedades que se pueden prevenir teniendo en cuenta estas dos prioridades.
Os puedo asegurar, y muchos médicos no son tan categóricos a la hora de decirlo porque, entre otras cosas, no es políticamente correcto, que el ejercicio y la alimentación van inexorablemente unidos, se quiera ver o no.
Aunque nuestra alimentación sea muy saludable, si no se realiza al mismo tiempo algún tipo de ejercicio, en cuanto se pase la primera juventud empezarán a surgir problemas más o menos importantes, y si se es más o menos «deportista» pero no se sabe comer, también empezarán muy pronto “las goteras».
Por ello todos los buenos deportistas saben alimentarse correctamente.
Para alimentarse bien hay que saber realmente cómo hacerlo, qué es lo que debemos comer y en qué cantidad, algo que nadie hasta ahora nos ha enseñado.
Solo hemos aprendido, en líneas generales, a tener modales en la mesa.
Alimentarse bien consiste en hacer lo que se llama una dieta lo más variada y equilibrada posible.
Como la palabra «dieta» me horroriza, yo diría que alimentarse bien es comer de todo, pero en las cantidades adecuadas, es decir toda clase de hortalizas, verduras y frutas, que son fuentes de vitaminas y minerales, proteínas animales como carnes, pescados, mariscos y huevos, proteínas vegetales que se absorben algo peor, legumbres y cereales, frutos secos, y grasas preferentemente aceite de oliva virgen extra vehículo de las vitaminas liposolubles y de ciertos antioxidantes como sus polifenoles y el selenio.
Los hidratos de carbono de absorción rápida, como los dulces y bollería, sobre todo la industrial, deben tomarse solo de vez en cuando, por puro placer y cuando estén elaborados con nuestro aceite de oliva, algo todavía difícil de encontrar.
La primera parte de mi último libro en papel editado por Bubok, que también existe en versión digital, es un tratado completísimo de nutrición.
La segunda parte de dicho libro consta de 52 menús con 3 niveles de calorías cada uno y de 8 platos únicos o guisos con menos de 500 calorías cada uno.
Los que comprasteis la versión digital de este libro en Bubok hace 4 años, Bubok os envía gratuitamente esta nueva versión que es muy diferente a la anterior porque, en nutrición, como en otras ramas del saber, las cosas cambian a una velocidad vertiginosa.
Si al niño desde el año no se le ofrecen golosinas, ni piruletas y demás snaks, tan ricos al paladar pero tan malos en general para la obesidad y para las caries si se trata de “chuches” dulces, tanto mejor.
Ya las conocerá y probará cuando sea mayor, y cuanto más tarde mejor y solo de vez en cuando.
Sin embargo hoy en muchos comercios en los que se entra con un bebé-niño de pocos años y ¡hasta en las farmacias!, lo primero que se les ofrece es un caramelo.
Y si ve poca televisión, y pocos aparatos electrónicos como el móvil y las tablets tanto mejor.
Un estudio científico que se hizo hace pocos años en Gran Bretaña aconsejaba que los niños menores de tres años no vieran la televisión, ni siquiera los múltiples CDs y programas producidos especialmente para ellos.
No es bueno para su desarrollo psíquico ni para su vista.
¡Pero es un recurso tan bueno para los padres… para que se callen y se queden como embobados, absortos!
El presidente de la Sociedad Española de Pediatría ha comentado en varias ocasiones que tanto el chupete como la televisión son “necesidades” que se crean los padres para su comodidad y tranquilidad.
Un niño que se cría bien no necesita para nada la tele, ya que hace ochenta años ni siquiera existía, y el chupete es bueno cuando está muy inquieto porque sufre los clásicos cólicos del lactante, o en la época de la dentición cuando el chupar a todas horas le alivia el dolor tan fuerte que puede sentir.
En cuanto le hayan salido todos los dientes, debe retirárselo ya que éstos pueden torcerse de tanto chupar.
Pero si se le acostumbra desde recién nacido al chupete, y se le mete en la boca en cuanto protesta un poco, no podrá prescindir más tarde de él, y por ello todavía se ven por las calles niños con 3 y 4 años, andando como jabatos y con el chupete en la boca.
En uno de los últimos congresos de pediatría en Sidney, se llegó a la conclusión de que estas nuevas generaciones pueden ser las primeras en la historia de la humanidad en tener una esperanza de vida inferior a la de sus padres.
Esteban Jódar, jefe de Endocrinología y Nutrición del hospital Quirón de Madrid, dice que tenemos los adolescentes más obesos de Europa.
Dentro de pocos años un porcentaje muy relevante de jóvenes y adultos tendrán diabetes tipo 2, hipertensión, hipercolesterolemia, problemas cardiovasculares, lo que se denomina síndrome metabólico, y se perderán años de esperanza de vida.
En la actualidad muchos jóvenes comen solo cuatro cosas, y si no cambian de hábitos y aprenden a comer, algo que tarde o temprano se enseñará desde la primera infancia, en cuanto el niño empiece a tomar de todo, el futuro que les espera será tenebroso, a menos que se invente alguna “píldora maravillosa” que contrarreste de una tacada todos los daños, que son numerosos, producidos por una mala alimentación durante muchos años.
Los muy jóvenes pensarán que ya se ocuparan de su salud y de su estilo de vida más adelante, y los de una cierta edad pensarán que “total ya…”, pero el Dr. Valentín Fuster en su libro “La Ciencia de la Salud” nos dice “Nunca es demasiado tarde para cuidarse y nunca demasiado pronto”.
Según las últimas estadísticas, España es uno de los países más longevos de Europa, pero se asegura que viviremos más pero peor, plurimedicados y con múltiples achaques crónicos.
¡Nos han alargado la vida, pero no nos han añadido calidad a esos años de vida!
Rosa dice
Buenas noches, he buscado, pero no he encontrado información en el blog respecto a freidora por aire y me gustaría conocer si se ha publicado algo sobre esto. Gracias de antemano
Cristina Galiano dice
Silvia dice
Lo de las chuches como regalo en los comercios… ¡Es mi lucha diaria! Donde vivo le ofrecen a mi hijo de 2 años cada dos por tres. Y, como dices, en la farmacia también. Tanto es así que cuando pasamos delante mi hijo señala diciendo «pachús» (chupa chups). El otro día, para variar, le dieron en una tienda de alimentación una galleta de nata tipo Artiach… ¡Qué rabia me da! Porque se la enseñan a él y por mucho que intento controlar, tampoco voy a estar negando continuamente.
No soy contraria a estas cosas, pero estoy educando a mi hijo en el «hábito» y no quiero asumirlas como frecuentes o normales.
La verdad que vivir en sociedad es bueno para unas cosas, pero para muchas otras…
¡Saludos, Cristina!
Cristina Galiano dice
Pues haces muy bien Silvia en contrariarte, y si más personas con niños se negaran a que se les dieran, otro gallo nos cantaría!