Más preparaciones fantásticas en el microondas que no te puedes perder.
En mis charlas y conferencias, incluso firmando libros en la Feria del Libro de Madrid durante muchos años, he descubierto que prácticamente todo el mundo tiene un microondas en su casa, que en el mejor de los casos usa para calentar la leche del desayuno, y no siempre, pero al que desprecia olímpicamente.
Es más, no quiere ni oír hablar de él, y está convencido hasta la médula de que no debe usarlo para cocinar porque es un “asco”.
Yo le bauticé, hace ya mucho tiempo, en los mis primeros libros que me publicó Espasa Calpe-Planeta, como “el calienta leches más caro del mercado”.
Cuando se empezaron a comercializar en España, allá por los años 70, se sabía muy poco sobre ellos, incluso la única marca que los vendía entonces.
Las instrucciones que los acompañaban eran prácticamente inexistentes y servían para muy poco.
La empresa organizaba de vez en cuando unos “shows” multitudinarios en un gran hotel de Madrid a los que estaban invitados todos los usuarios y un delegado de la empresa venía especialmente desde Barcelona.
Tenía muy poquitos conocimientos, a veces “fusilados” de los americanos, y no faltaba nunca entre el público invitado alguna persona que había “jugado” y experimentado mucho con su aparato y sabía bastante más que dicho “especialista”.
También nos encontramos con una minoría de personas que habla muy bien de él, porque ha aprendido a usarlo, sabe lo que se debe cocinar en él y lo que no, y cómo hay que hacerlo.
Se han dado cuenta de que les sirve mucho más que para calentar.
Y, por supuesto, no todo «sale» bien en un microondas, pero lo que «sale» está estupendo y con más sabor que si se hubiera utilizado el método tradicional, cuece que te cuece.
Mi consejo particular, si queréis sacarle todo el partido a vuestro microondas y no usarlo solo para calentar, pues es una gran ayuda en una cocina organizada y productiva, es adquirir uno “que tenga padre y madre” es decir de una marca conocida para que tenga el triple sistema de seguridad que deben tener, que no sea demasiado pequeño en su interior, y que tenga por lo menos 700 u 800 vatios de potencia máxima para no eternizaros.
El otro día muchos me pedisteis las primeras páginas de mi libro de microondas, que os vuelvo a poner aquí.
Si queréis ver lo que «en principio» se puede hacer con calidad en un microondas sencillo, consultar las primeras páginas de este libro pegando este enlace en la barra de herramientas.
https://www.dropbox.com/l/scl/AABK2YYyNDbyUqyLrf14HUtPj4hrKhkbDIgk
En un microondas las ondas electromagnéticas no calientan directamente los recipientes puesto que deben ser de un material permeable a dichas ondas.
Pero si una cocción ha sido larga, el calor de los alimentos se transmite al recipiente y éste puede llegar a quemar. Para sacarlo sin quemarse y sin hacer “chapuzas”, colocaros unas manoplas que pueden ir separadas o las dos unidas, de algodón o de otro material más resistente, las que os resulten más cómodas.
Tener también mucho cuidado al destapar estos recipientes tan calientes y hacerlo al revés de cómo se haría, levantando la tapa hacia delante es decir dejando escapar el vapor hacia adelante ya que si lo hicierais al revés, hacia vosotros, podríais quemaros la cara puesto que el vapor del interior está a 100ºC.
1. Al cocinar en un microondas se puede usar una cantidad muy pequeña de aceite de oliva virgen, algo muy sano como recomienda la OMS, pero hay que remover antes muy bien todos los alimentos con una cuchara de madera para que todos ellos queden “manchados” de aceite, aunque hayamos empleado tan solo 1 cucharada.
2. Podemos por ejemplo freír ajitos, picados o laminados, a potencia máxima y en 2 o 3 minutos, y daditos de jamón serrano o de beicon en tan solo 1 o 2 minutos dependiendo siempre de la cantidad puesta, con el recipiente destapado.
Si los ajos se tuestan demasiado estarán acartonados y amargarán, así que hacerlo a “poquitos”, es decir de minuto en minuto y observando lo que va pasando. Cuando os vayáis familiarizando con él perderéis el miedo y será coser y cantar. Pero al principio un poco de paciencia hasta que le cojáis el “truqui”.
3. También se pueden freír pimientos de Padrón esparcidos en un plato o fuente, sin amontonarlos y sin taparlos para que no “suden” y parezcan como “fritos”. Si se trata de unos 200 gramos que es lo cabe en un plato grande, en 9 o 10 minutos estarán.
4. Las lonchas de beicon se “fríen” estupendamente en el microondas y hasta se pueden carbonizar y tener que tirarlas a la basura. Coger por ejemplo 2 o 3 lonchas de beicon, envolverlas en 2 o 3 trozos de papel absorbente de cocina formando como un paquetito e introducirlo en el microondas 1 o 2 minutos a potencia máxima.
Si se quieren tostar más, añadir 30 segundos, pero siempre con cuidado y paso a paso.
¡Recordad que 1 minuto en el microondas equivale a 6 o 7 en la cocina tradicional!
Si os pasáis con el tiempo el beicon os puede salir acartonado y como suela de zapato.
El beicon debe salir tostadito pero jugoso, como si se hubiera frito en una sartén, con la ventaja de que no hemos puesto nada de grasa y él ha soltado una gran parte de la suya que empapa el papel con el que se ha envuelto.
Tiene así menos calorías, solo pierde grasa no sabor, se ha hecho en un momento y no hemos manchado nada.
5. También sirve para “freír” morcillas frescas de cebolla, con o sin piñones, que son muy blanditas y se deshacen con nada.
Pincharlas con un palillo o con un pincho finito para que no se revienten y envolverlas como anteriormente. Aquí os aconsejo que no las cocinéis a potencia máxima sino a 600 vatios. Tardaréis algo más pero como son muy delicadas hay que tener más cuidado. Estarán en 1 o 2 minutos, dependiendo de la cantidad puesta y de la variedad, y lo sabréis a simple vista al ver su aspecto y el papel que debe estar muy empapado en grasa.
6. Las salchichas tipo Frankfurt también se pueden cocinar en el microondas evitando así la sartén y el añadir aceite. Pincharlas para que no revienten, colocarlas en el plato en el que se vayan a tomar, sin más, taparlas y calentarlas al máximo de potencia 1 o 2 minutos hasta que las veáis hechas.
No se doran, por supuesto, ni falta que hace, pero salen riquísimas.
Si os pasáis de tiempo se pueden resecar y reventar.
Estas salchichas antiguamente se sumergían simplemente en agua hirviendo para calentarlas antes de servirlas.
7. Las salchichas frescas de la carnicería, si se quieren fritas y doraditas… deberán freírse en la sartén.
Pero, si nos apetecen cocidas en vino blanco, o simplemente cocidas en su propio jugo, y en ambos casos saldrán paliditas, entonces sí que las podremos hacer aquí. Conservarán además mucho más sabor. Pincharlas, añadirles un poquito de un buen vino blanco, no hace falta cubrirlas ni mucho menos, pero sí es imprescindible taparlas. Dependiendo de la cantidad puesta tardaremos más o menos tiempo, como siempre. Cocinarlas a potencia máxima y si tenemos por ejemplo un ¼ de kilo programar 3 minutos y ver lo que ha pasado. En cuanto el vino empiece a cocer se harán en un momento.
La manera más eficaz de averiguar si están cocidas, hasta que le cojáis el punto, consiste en la «cata». Cortar una por la mitad y comprobar si está hecha en su interior. Sin vino, simplemente en su jugo se hacen de la misma manera, siempre tapadas.
8. El microondas sirve también por supuesto para hacer infusiones de todo tipo. Calentar a máxima potencia una taza, un vaso de agua o una jarrita de cristal. Si el agua está fría y tenemos un ¼ de litro deberíamos tardar alrededor de 4 o 5 minutos hasta que hierva, aunque también dependerá de la potencia de vuestro aparato. No cocer durante demasiado tiempo porque si hay una sobrecocción o sobrecalentamiento, el agua puede salirse como si fuera una catarata. Cuando comprobemos, mirando por la puerta, que el agua está hirviendo, abrir el microondas e introducir en el recipiente la bolsita de la infusión. Tapar con un plato para que se conserve más aroma, y dejarla infusionar unos minutos.
Si en lugar de disponer de hierbas ya envasadas en una bolsita las tenemos al natural, tal como las recogemos en jardines particulares, hacer la misma operación, pero colar el líquido antes de beberlo para eliminar las hojitas y tallos o usar unos contenedores pequeños especiales que existen para ellas.
9. Se puede fabricar pan duro en un momento si lo necesitamos para algún empanado y solo tenemos pan fresco.
Cortar 2 o 3 rebanadas e ir calentándolas por espacios de solo 1 minuto, descanso, otro minuto… hasta que estén completamente duras. Cuidado porque si ponéis los minutos seguidos el pan se os quemará.
10. Se pueden asar-cocer castañas aunque naturalmente no tendrán el quemadito ni el sabor de las horneadas. Pero para cenar los niños os pueden valer.
Hacerles un corte lo suficientemente profundo como para que la piel dura del exterior se raje, ya que en caso contrario explotarían como bombas.
Si queréis solo 5 o 6, colocarlas después de rajadas en un plato, sin tapar, y cocinarlas 2 o 3 minutos a potencia máxima o hasta que estén. Cuando están en su punto las dos pieles se quitan estupendamente.
11. Los clásicos dátiles envueltos con beicon para aperitivo salen fantásticos.
Quitarles el hueso o comprarlos ya deshuesados, envolverlos en un trocito de beicon y pincharlos con un palillo de madera. Cubrir la fuente donde se vayan a cocinar con varias capas de papel absorbente de cocina, y cubrirlos también con este mismo papel para que la grasa que van a soltar no nos manche el microondas.
Cocinarlos a potencia máxima programando al principio 2 minutos nada más e ir viendo lo que va pasando. Acordaros siempre de que lo que está crudo o poco hecho siempre tiene arreglo, mientras que lo se cocina demasiado está pasado y reseco ya no sirve.
12. Si os hace falta en un momento determinado zumo abundante de limón para cualquier preparación, y los tenéis todos en la nevera, que es dónde mejor conservan todas sus propiedades, sacar uno y colocarlo directamente encima del plato giratorio. Calentarlo 15 segundos a potencia máxima y tocarlo. Si todavía está frío en alguna zona, añadir otros 10 segundos más hasta que el limón esté un poquito caliente pero nunca excesivamente.
Si lo calentáis en exceso el limón reventará.
Si lo conseguís en su punto, lo cortáis por la mitad y con un tenedor que introducís en cada mitad lo espachurráis bien, veréis que le sacáis una cantidad de zumo increíble. Esto también sirve para las naranjas.
13. Si se os ha olvidado poner en remojo las legumbres la noche anterior, una solución que funciona bastante bien consiste en volcar las legumbres, por la mañana, en una sopera, cubrirlas de agua preferentemente templada e introducirla en el microondas a potencia máxima hasta que el agua hierva durante 2 minutos. Dejarlas descansar en esta misma agua, que por supuesto luego emplearéis, hasta el momento de cocinarlas. Cuantas más horas pasen, mejor.
La hidratación no es tan buena como si las hubierais dejado toda la noche, pero es una buena medida de emergencia. Y si al cocinarlas como siempre os quedan un poquito tiesas, cocerlas 1 o 2 minutos más.
Ya os iré contando más cosas para que este post no salga demasiado largo.