Os recomiendo usar guantes de goma en varias ocasiones.
1. Para fregar y recoger cocinas y cuartos de baño.
Cuando hay que fregar las ollas o sartenes que no se deben meter en el lavavajillas porque se estropean y además no quedan bien, si sois vosotros los que recogéis la cocina entera, y me da igual que seáis mujeres que hombres, os aconsejo que os pongáis guantes de goma para proteger vuestras manos. A la larga se nota… ya lo veréis.
Eso de que el lavavajillas “mima” vuestras manos es «un cuento chino», nada más.
Aunque “gato con guantes no caza ratones” es cuestión como todo de acostumbrarse.
2. Para empezar a trabajar en la cocina.
Si tenéis las manos delicadas, o vais a pasaros mucho tiempo en la cocina, os aconsejo poneros los guantes desde que empezáis a trabajar, para limpiar, pelar, cortar, lavar, manipular… todos los alimentos, verduras, carnes, aves, pescados…
Incluso pueden permanecer puestos durante todo el tiempo de cocinado, si son los que os voy a recomendar.
3. Para sacar y meter del microondas recipientes que están realmente calientes. Si estos guantes son demasiado finitos y el recipiente ha estado mucho tiempo “trabajando” en el microondas, como es el caso de los pimientos “asados”, necesitaréis una protección mayor, manoplas gordas almohadilladas de algodón o especiales para horno.
Pero para un uso normal, son más que suficientes.
4. Cuando se manipula con lejía, amoníaco, desatascador o productos delicados o peligrosos…
5. Si se tiene jardín o macetas y se trabaja con tierra o malas hierbas…
6. Para todos los que tienen las manos delicadas o algún tipo de eczema o alergia que no sea al látex
Muchos profesionales como ciertos médicos, enfermeros, analistas… los llevan durante toda su jornada laboral, ciertos carniceros, pescaderos, los que que cortan embutidos y quesos al corte… pero no todos desgraciadamente, así como los manipuladores de la industria alimentaria a los que no vemos, pero que los llevan.
Pueden ser de un solo uso, como los que lleva el personal sanitario, pero en mi opinión son demasiado cortitos, solo hasta la muñeca, y al no tener ningún revestimiento interior, en el hogar «sudan» y las manos están permanentemente húmedas, lo cual tampoco es demasiado bueno.
Aunque los que me seguís ya sabéis que no me gusta hacer publicidad de ningún tipo, en este caso sí que me voy a permitir recomendaros unos guantes, dentro de la misma marca, que deben ser los más caros del mercado, pero indudablemente resultan los más baratos porque son los que más duran… ¡y con diferencia!
Son los de color verde clarito llamados segunda piel, y aquí por una vez el eslogan es cierto, ya que se adaptan tan bien al no ser nada rígidos que permiten hasta pelar gambas, langostinos… o pimientos asados con ellos puestos.
Están fabricados en látex natural con una tecnología de mucha calidad que los hace más resistentes y adaptables, y son tan suaves al tacto en su interior que son los más agradables de llevar durante muchas horas seguidas debido al algodón 100% que llevan por el revés formando una capa finísima, y solo se humedecen después de mucho tiempo puestos.
¡Buscarlos en diferentes puntos de venta pues puede haber más de 1 euro de diferencia entre unos sitios y otros!
Si vuestras uñas están ligeramente largas tener la precaución de que no os queden demasiado ajustados, tampoco grandes sino holgaditos, para no romperlos precisamente por esa zona.
Y si de repente notáis que se han roto por algún sitio, porque en uno de los guantes, normalmente el derecho en los diestros, está mojado por dentro, aunque sea poquito y aunque a simple vista no se vea nada, volverlos del revés, secarlos bien con un paño, esperar varias horas para que estén completamente secos e hincharlos insuflándoles aire con la boca para saber en dónde exactamente está el agujerito.
Taparlo con una gota del pegamento glue, sin que chorree, manipulándolo con mucho cuidado porque si cae en cualquier otra superficie, la encimera de la cocina por ejemplo, o una mesa… directamente os la estropeará.
Colocaros siempre alguna protección debajo, una bolsa de plástico, varias capas superpuestas de papel de cocina, un periódico, una revista…
Si veis que no ha sido suficiente, repetir la operación al día siguiente.
¡Es un truco un tanto «chapucero»… pero que suele funcionar si el poro es pequeño!
Como el auténtico glue suele ser bastante caro, compraros cualquiera de las imitaciones baratas que encontraréis con facilidad, y mejor en forma líquida y con pincel que en tubo… porque se seca menos, aunque inevitablemente se acaba secándose. ¡Yo lo guardo en la nevera una vez abierto!
Y para todos los demás usos también os recomiendo de esta marca citada anteriormente los que son mitad azules y mitad verdes, que se llaman «triple capa» y son muy duraderos. Estos sí que sirven para sacar recipientes muy calientes del microondas puesto que son gorditos, pero con ellos no se pueden realizar las operaciones delicadas que os he citado anteriormente porque no se adaptan tan bien a las manos.