Hoy voy a hablaros de la vitamina D tan necesaria, máxime ahora que muchos estamos confinados.
Hígado de bacalao ahumado, cómo tomarlo.
El hígado de bacalao ahumado es una buenísima fuente de vitamina D, bastante mejor que los viales o ampollas de vitamina D que suelen tener varios efectos secundarios. (Esto me lo contó un gran médico de Medicina Interna.)
Viene en latas y tiene un sabor, aroma y textura suaves pero intensos, a verdadero hígado.
Se le llama «el foie del mar» y se puede degustar de muchas maneras sin enmascarar dichas cualidades.
A los que les gusta el foie o hígado de pato les encantará.
Estas latas solo tienen hígado de bacalao, aceite de hígado de bacalao y sal.
El aceite no es nunca añadido, es el hígado del bacalao él mismo el que segrega su propio aceite durante el proceso de esterilización de las latas.
No hay nunca que confundir este hígado de bacalao ahumado en latas con el aceite de hígado de bacalao, también llamado emulsión Scott, que se suministraba a los niños a mediados del siglo XX para que crecieran sanos y fuertes y evitar el raquitismo.
¡Tenía además un sabor horrible, los que lo tomaron seguro que no lo han podido olvidar!
La manera más fácil y rápida de consumir este hígado de bacalao ahumado es untado en unas rebanaditas de pan, tostado o no, y empleando todo su aceite. Constituye una verdadera delicatessen.
Os propongo varias maneras de degustar este hígado de bacalao, hasta en un plato único.
Entre las latas de hígado de bacalao, podéis utilizar cualquiera de las que os propongo aquí que son fáciles de encontrar:
Los ingredientes del plato único para una sola persona son:
■ 1 lata entera de hígado de bacalao ahumado en su propio aceite,
■ 1 lechuga Trocadero a ser posible
■ 1 aguacate maduro pero no pasado
■ Unas aceitunas verdes, no negras
■ 1 tomate muy rojo pero no blando,
■ 1 o 2 cucharadas de vinagre de sidra o, mucho mejor de zumo de limón
■ Acompañar de pan integral o multicereal elaborados ambos con masa madre.
Por qué este plato se puede considerar como plato único
Porque lleva ingredientes de los 3 grupos de alimentos que debemos tomar en cada comida,
♦ Las proteínas del hígado,
♦ La buena grasa del mismo, de las aceitunas y del aguacate,
♦ Los minerales y vitaminas de las verduras,
♦ Nos faltarían los hidratos de carbono del pan y por ello hay que acompañar este plato único con pan integral o multicereal.
Por qué utilizar lechuga Trocadero en lugar de una más corriente
La Lechuga Trocadero tiene hojas mantecosas, tiernas y lisas, además de un sabor más intenso que la lechuga romana o la iceberg.
Se consume mucho en Francia y Bélgica y, en mi opinión, aunque algo más cara, es mucho más rica y sedosa que las que tenemos por doquier.
Podéis encontrarla entera o en hojas ya lavadas y secadas como producto de 4ª gama.
Por qué preferir las aceitunas verdes a las negras
Las aceitunas verdes, además de tener la mitad de calorías que las negras, se pueden encontrar ya sin aditivos de ningún tipo, en Internet por ejemplo en www.aceitunaslopez.com.
Las clásicas aceitunas negras, las Perlas del Guadalquivir tienen que llevar siempre estabilizantes como el E-579, el gluconato ferroso.
Por qué es mejor aderezar la ensalada con zumo de limón en lugar de con vinagre
Pues un poco por la misma razón. El zumo de limón es un producto natural mientras que los vinagres sencillos, de sabor suave, llevan todos sulfitos para evitar que se les forme en su superficie lo que se llamaba antiguamente el «velo del vinagre», una especie de telilla que se eliminaba sin más.
Hoy todo tiene que ser «perfecto a la vista» aunque, como en este caso, sea en detrimento de nuestra salud.
Otras maneras de consumir estas latas de hígado de bacalao serían:
■ Tostar grandes rebanadas del pan del que os acabo de hablar sin que se doren excesivamente para evitar la presencia de hidrocarburos policíclicos que, a la larga, son cancerígenos.
Los que toman «todo» a la plancha y todos los días deben tener en cuenta esta consideración.
■ Añadir el aceite que vosotros entendáis que puede embeber cada rebanada de pan, mejor si es todo el de la lata y untar por encima los trozos aplastados de hígado.
■ También en ensalada con remolacha cocida.
Esta remolacha, que muchos no han probado nunca a pesar de las magníficas propiedades que tiene, se puede comprar cruda, con hojas o sin ellas, o cocida y ya pelada.
Siempre conservarán más valor nutritivo las cocidas en casa que las «industriales», ya cocidas y peladas, que han sufrido más manipulación.
Cortarla en trozos medianos, añadir zumo de limón más o menos según vuestro gusto, trocear el hígado, añadirlo junto con su aceite y mezclar todo bien.
■ A las personas mayores que no pueden casi masticar y que presentan grandes déficits de vitamina D se les puede hacer una especie de zumo de tomate totalmente natural.
1. Escoger tomates muy rojos pero no blandos, lavarlos, secarlos y con una buena trituradora triturarlos con su piel, que contiene mucha fibra, hasta conseguir un puré totalmente fino.
2. Añadir el aceite de la lata y volver a triturar. Con dicho aceite el tomate se emulsiona y se obtiene un puré muy bonito de color naranja.
3. Agregar por último el hígado que, como es muy blandito, desaparecerá rápidamente.
Si esta «especie de zumo» parece algo soso se le puede añadir «sal aromática casera que os aconsejo tengáis siempre en casa.
Este tomate al estar triturado y además acompañado de aceite tiene más cantidad de licopeno, poderoso antioxidante, que un tomate crudo tal cual, masticado.
Por un lado el licopeno del tomate triturado se absorbe mucho mejor por nuestro organismo, es decir se vuelve más biodisponible. Por otro lado al ir acompañado de aceite, éste también aumenta su disponibilidad.
También tenemos esta vitamina D en la mayoría de pescados azules, frescos o en lata, en los lácteos enteros como la leche y los yogures de buena calidad, en la yema de huevo, en los quesos…
Si se tiene una terraza, balcón o simplemente una ventana en la que en algún momento del día dé el sol, tomarlo por lo menos 10 minutos al día sin protector solar.
Tomarlo con la ventana cerrada no sirve porque los rayos ultravioleta A (UVA) son capaces de penetrar a través del cristal. Por eso nos quemamos.
Pero la radiación que ayuda a sintetizar la vitamina D es la ultravioleta B (UVB) que no traspasa el cristal.