Palitos de cangrejo, ¿son recomendables?
Pues lo siento por los miles y miles a los que les gustan, porque son el clásico producto procesado, mejor dicho ultraprocesado.
Se podrían definir con la expresión siguiente: «Cómo partiendo de una buena proteína de pescado blanco de fácil digestión se consigue un producto nada natural y superindustrializado».
El surimi, que es con lo que están hechos estos palitos de cangrejo, es una palabra que, en japonés, significa músculo de pescado picado, y se empezó a producir para que la industria transformadora pesquera aprovechara pescado con baja demanda comercial.
Gran parte de las capturas no tenían salida comercial debido a su bajo precio, color, sabor, tamaño, textura…
En su fabricación se utilizó inicialmente el abadejo,
pero más tarde se han ido incorporando varios pescados de carne blanca.
Para conseguir el surimi los filetes de pescado se desmenuzan, se enjuagan repetidas veces a baja temperatura para eliminar el color, el olor y el sabor característico a pescado y se mezclan con muchos aditivos tales como almidón de trigo o de patata, o gelatina para espesar, clara de huevo, sal, aceite vegetal, cuya clase a veces no se especifica, sorbitol, azúcar, proteínas vegetales de soja o de leche y otros condimentos como extracto y sabor a cangrejo, o a langosta, colorantes y saborizantes...
Su aporte de sal, que es considerable, en su mayoría, proviene del glutamato monosódico, el E-621, un potenciador del sabor del cual todavía no hay unanimidad sobre sus efectos negativos.
Unos hablan, sin fundamento, de que puede influir en la depresión, epilepsia…
Otros que su consumo desproporcionado puede traer problemas tales como obesidad, dolor de cabeza, hipertensión….
Como con casi todo, conviene consumir el glutamato con moderación y, para ello, primar los alimentos frescos y evitar los altamente procesados.
Se le considera el quinto sabor de la naturaleza, el unami.
Con el surimi se fabrican no solo palitos de cangrejo, sino sucedáneos de angulas, las llamadas gulas, sucedáneos de gambas o de colas de langosta que también llevan pimentón para darles color.
Por tanto, como otros procesados, el surimi es un producto que debemos moderar y reducir en nuestra alimentación pues no es pescado sino «carne» procesada, por muy de pescado que sea y, por ello, no podemos sumarlo a la dieta en reemplazo de una merluza, un atún u otro pescado fresco o congelado.
Lo podemos consumir… en cantidades moderadas y solo de vez en cuando.
Estará presente, por ejemplo, estas navidades en muchas mesas españolas.