Este post se podría llamar, además de leche o yogur llenos de polifenoles, «chocolateando tu leche o yogur de manera natural y muy saludable»
El cacao en polvo, erróneamente denominado a veces chocolate en polvo, es la parte del cacao desprovista de su manteca.
Tampoco es lo mismo cocoa en polvo que cacao en polvo.
La cocoa es también polvo del fruto del cacao, pero ha sido industrializado y acidificado para su uso comercial en alimentos, mientras que el cacao es el fruto del cacao que solo ha sido pulverizado y, al no haber sido procesado, ni acidificado como ella, tiene un sabor y una textura mucho mejores.
Yo siempre uso la marca española de este cacao puro en polvo, desgrasado y 100 por 100 natural, para más datos, aunque ya sabéis que no me gusta poner marcas, de Valor, primero porque es una empresa nuestra, alicantina, que ya va por la tercera o cuarta generación, porque hay que consumir productos españoles siempre que sean de calidad, y porque a la hora de dar información son los únicos que me la han proporcionado.
¡Y eso ya a mí personalmente me inspira confianza!
Tienen en Villajoyosa una fábrica de «lujo» que yo visité hace años.
Todo lo que hay en el bote, de 250 gramos de peso, es cacao puro, sin azúcares añadidos, solo los naturalmente presentes en las semillas de cacao, y por tanto es apto para diabéticos y celiacos.
Contiene además una buena cantidad de proteína 25,5 gramos por cada 100 gramos, 5.600 miligramos de polifenoles, que es lo más importante como ya vimos, y solo 16 g de manteca de cacao, por lo que sus calorías son de 375 calorías por cada 100 g de polvo.
La marca tan conocida suiza, a la hora de preguntarles qué cantidad de polifenoles tenían sus chocolates, no se han dignado ni contestar, ni en su central en Barcelona, ni en la de Suiza que me ha remitido muy “amablemente” a su sede en España.
Cuando una empresa pone trabas al consumidor, sean las que sean, como tener solo un teléfono de pago, eso ya no me gusta en absoluto.
Será secretismo o falta de colaboración con el consumidor que es del que viven fundamentalmente.
Como este cacao es muy amargo al ser totalmente puro y no llevar nada de azúcar añadida, podéis añadir 100 gramos de azúcar al bote entero, azúcar glas o normal, es decir 373 calorías más, y la lata entera de 250 gramos se convertiría en una lata de 350 gramos de peso con un total de 373 + 937 = 1.310 calorías, (las primeras del azúcar y las segundas del cacao puro en polvo desgrasado).
Este azúcar puede ser azúcar blanco, moreno, o panella, que yo no he probado, pero de la que muchos seguidores han hecho comentarios estupendos en este post.
Como me es muy fácil elaborar mi propio azúcar glas yo se lo añado en esta forma, remuevo bien y ya está listo para tomar.
Cada cucharadita colmada, unos 10 g, de este “cacao” que hemos preparado nosotros tiene solamente 37,5 calorías.
Añadiendo 1 cucharadita más o menos colmada a 1 yogur o a 1 vaso de leche en vuestro desayuno o cena, estaréis disfrutando de un producto totalmente natural y lleno de antioxidantes, sus famosos polifenoles, y ya vimos que el método de tostado de los granos de cacao era fundamental, y en este producto es el mejor.
Como en el envase del yogur no cabe esta cucharadita colmada , añadir en un vaso o taza el cacao que os apetezca, 1 o 2 cucharaditas, y encima el yogur, siempre desnatado y sin sabores ni azúcar añadidos, que es el más sano.
Remover con una cucharita para mezclar bien y tomar, ¡es estupendo!
Si los niños desde chiquititos se acostumbran a tomar los yogures con sabor, que solo llevan esencias y azúcar, nunca más querrán los naturales, sin nada.
¿Por qué es el más saludable?
Por todo lo ya explicado anteriormente.
Los cacaos del desayuno de la industria, tan habituales en nuestros desayunos y meriendas, son preparados a base de cacao en polvo, azúcar y algunos añadidos más, y los hay solubles e instantáneos.
Si miramos su composición comprobaremos que entre el 60 y el 80% son hidratos de carbono aportados por la sacarosa o azúcar común, mientras que el cacao en polvo es solo el segundo o tercer ingrediente en importancia, con una presencia que se estima en torno al 20%-25%, y las proteínas suelen representar tan solo un 7%.
Sólo si se trata de un preparado «light» tendrá menos del 30% de sacarosa al llevar un edulcorante llamado aspartamo.
Algunos añaden almidón y lactosa, y a veces les ponen fécula de maíz o de trigo, por lo que habrá que tener cuidado con los celíacos si se trata de almidón de trigo.
Pueden incluso llevar aceite vegetal.
Estos preparados industriales o procesados sirven para cambiar el sabor de la leche y que sepa a chocolate y, desde los años 50, y respaldados además por una campaña publicitaria impresionante, hay una empresa líder en España que regalaba cajas metálicas con ellos.
Como sois muchos los que me habéis preguntado al respecto, aunque os he contestado individualmente, aclaro que estas cajas no son lo más apropiado para conservar alimentos en la despensa, como garbanzos, legumbres, azúcar, sal…
Pero, si las queréis usar, introducirlos conservando sus bolsas de papel primitivas, o sus bolsitas de tela.
Por comodidad, rapidez y hasta «estética», y ya sabéis que es lo menos importante, prefiero tuppers transparentes o semi transparentes como éstos, o estos otros, cerciorándoos antes de que son de buena calidad.
¡Si lo son no se os estropearan ni rajarán nunca!
En cuanto a otros alimentos que se pueden añadir en lugar del chocolate o del cacao, como la harina de algarroba, un buen producto rico en minerales diversos, tiene un 40 o 50% de azúcares naturales, como la fructosa, glucosa, maltosa y sacarosa, pero tan solo un 11% de proteínas.
Por último recordaros que este cacao amargo del que os hablaba al principio es imprescindible para espolvorear la superficie del tiramisú, y para envolver o rodar en él las trufas caseras de chocolate.
Como son dos preparaciones muy fáciles y rápidas de hacer, algún día os pondré las recetas.