Alcachofas frescas, naturales, curiosidades.
■ Las alcachofas hay que comprarlas bien apretadas, con aspecto fresco, las hojas sin manchas pardas y con el corte de cada tallo lo menos oscuro posible, ya que un color demasiado marrón en esa zona indicaría que llevan muchos días recolectadas.
■ No hace falta eliminarles del todo las hojas, como hacen los cocineros, pues entonces ya no tendríamos alcachofas sino “fondos de alcachofa”.
■ Si vais a guardarlas 2 o 3 días en la nevera, antes de cocinarlas, no las conservéis, como se decía antiguamente metidas en agua, porque ¡no son flores!
■ Para limpiar las alcachofas cortadles el tallo con las posibles hojas, y en la otra punta dadles un corte único para eliminar toda la parte superior de cada inflorescencia, y retirad solamente las primeras hojas que son las duras.
■ El truco para que no se oscurezcan, una vez limpias consiste en volcarlas en un recipiente con agua y un buen manojo de perejil que, por su gran cantidad en vitamina C, evita que se oxiden.
■ No hace falta frotarlas con limón, como se hacía antes, porque luego solo saben al cítrico.
■ Las hojas cortadas, que se quitan al limpiarlas, sirven para preparar caldos de verduras.
■ Por sus propiedades diuréticas la alcachofa permite eliminar el exceso de líquidos en el organismo, lo que contribuye a disminuir la presión arterial.
Por esta razón, y por su alta concentración en potasio, es considerada como un remedio natural contra la hipertensión.
■ También se pueden cocinar sin agua en el microondas.