Champiñones, cómo limpiarlos muy bien.
■ Para limpiar los champiñones enteros después de cortarles la parte terrosa, lavadlos debajo del grifo poco abierto, frotándolos con los dedos para eliminarles los restos de sustrato que pueden llevar y secadlos muy bien a continuación para que no conserven nada de humedad.
■ Hay una variedad de color marrón, que yo he visto en el extranjero, que sí que hay que pelar.
■ Si no hiciera falta ni lavarlos, porque vienen muy limpios, no pasarlos por agua porque la absorben en gran cantidad. Cortarles la parte terrosa, si la llevan, y frotarlos únicamente y con suavidad con papel absorbente de cocina. Si se limpian de esta manera y se secan muy bien no hay que añadirles limón que mata su agradable sabor.
■ Los champiñones de lata no saben más que a limón y a “cocido”, al haber sufrido una esterilización.
■ Si necesitamos champiñones fileteados, laminadlos después de limpios colocándolos de manera que cada lámina lleve sombrerillo y pie. Si están muy frescos se pueden comer crudos, en ensalada, con una vinagreta, solos o acompañados de otras verduras de hoja crudas.
■ Los champiñones fileteados, en principio, vienen siempre en unas bandejitas de porespan y con tierra.
■ Los hubo frescos, limpios, laminados y después secados, pero como quedaban un poco “feos” y eran caros dejaron de comercializarlos.
■ Los que venden en un supermercado muy conocido, laminados y muy blanquitos, se han lavado con sulfitos para evitar la oxidación y llevan ascorbato sódico o E-301, citrato sódico o E-331 y carbonato sódico o E- 500.
■ Si los tomáis muy a menudo, aunque son muy cómodos de usar, no os los recomiendo.