Hace años solo teníamos nata líquida sin ningún otro adjetivo añadido y nata líquida con un mínimo de un 35% de materia grasa que es la imprescindible para montar en casa y que tiene que estar siempre muy fría, pues a pesar de su riqueza en grasa si está a temperatura ambiente o poco fría tampoco montará.
Hoy día como la sofisticación ha llegado a unas cotas altísimas y además el término “Light” vende muchísimo tenemos gran variedad de natas, natas “frescas” es decir que deben estar siempre refrigeradas, natas uperizadas que han sufrido un proceso de UHT natas esterilizadas que pueden estar fuera de la nevera hasta que se abra su envase, natas ligeras, natas para cocinar, natas para montar…
¿Cuál escoger?
Mi consejo: siempre la misma, la de mayor riqueza en materia grasa.
¡Pero tiene colesterol y “engorda” muchísimo!
Efectivamente es la más calórica pero la que menos “añadidos” tiene, solo 1 emulgente. ¡Fijaros en los que tienen las otras versiones!
¿Por qué escogerla?
1. Porque como acabamos de ver es la más natural, es la materia grasa de la leche.
2. Porque nos va a servir para cualquier uso, tanto para montar como para cocinar.
3. Cuando queramos suministrar una cierta cremosidad a una crema o salsa si usamos la más rica en grasa tendremos que usar una cantidad bastante menor puesto que al tener más grasa nos da mayor untuosidad.
4. El precio posiblemente será menor, aunque cuando hablamos de salud lo que menos hay que mirar es el precio.
5. Se conserva mucho mejor que las que llevan otros “añadidos” para aligerarla.
Resulta más barato, como en casi todo, comprar un envase grande que uno pequeño, salvo si de costumbre no la usáis para nada.
Por ello aprender a conservar nuestros alimentos, tanto los perecederos como en este caso, como los que no lo son, es imprescindible si queréis realmente tener un hogar organizado y productivo. ¡Aunque a la industria no le interesa en absoluto!
¡Pero se me va a estropear!
Si es entera y no la vais a usar en varios días hay 3 trucos para evitar que se estropee y tener que tirarla.
1. Salvo que la vayáis a usar en 2 o 3 días, no la guardéis en el brik original una vez abierta, como suelen recomendar los fabricantes, pues aunque lo cerréis muy bien, en este envase empezado ya ha entrado aire que es el principal responsable de que las bacterias aerobias se multipliquen.
Inmediatamente después de utilizarla, volcar como siempre el resto que os sobre en un tupper que quede bien lleno y colocarlo en la zona más fría de la nevera a 2º o 3º.
2. Aunque os dicen que no la congeléis, salvo si queréis luego usarla para montar, congelarla como siempre al máximo de frío .
Cuando la descongeléis, siempre en la nevera pues es un alimento muy delicado, puede aparecer como “cortada”, pero esto no quiere decir de ninguna manera que se haya estropeado. Simplemente se han separado un poco las dos fases, la acuosa, es decir el suero de la leche, y la grasa y por ello aparece granulosa.
Si la agitáis bien o la vais a batir en alguna salsa o crema recuperará rápidamente su textura primitiva.
3. Si habéis comprado un envase grande y sabéis que ya no la vais a usar más podéis directamente hacer mantequilla si tenéis una batidora con suficiente potencia. Esta se consigue simplemente batiendo fuertemente la nata líquida bien fría.
Esta mantequilla casera tiene un sabor inigualable. Si no la vais a usar en 2 o 3 días congelarla también porque al ser totalmente natural no lleva ningún tipo de conservante y se puede enranciar.
Podéis de esta manera fabricar en casa mantequillas aromatizadas con sal, con ajo, con cebollino, al estragón, al eneldo…