A petición de algunos de mis seguidores os voy a explicar cómo se hace una mermelada casera con miel en lugar de azúcar, en este caso de ciruelas porque estamos todavía en plena temporada y pueden ser granates, amarillas, verdes o las más dulces, las claudias.
Todas las mermeladas que se os ocurran se elaboran en el microondas de la misma manera y la gran ventaja es que nunca se necesita añadir agua.
La única diferencia entre ellas está en el tiempo de cocción que podrá variar dependiendo de la variedad de fruta y de su estado de madurez, pero si las vais cociendo y espesando de 5 en 5 minutos, como os explico, no habrá ningún problema.
■ 700 g de ciruelas moradas
■ 150 g de miel pura de abejas
1. Volcar las ciruelas enteras bien lavadas y secadas en una sopera grande y cocerlas a potencia máxima 5 minutos.
2. Quitarles ahora la piel y los huesos, algo que se hace muy fácilmente con unos guantes de goma bien limpios para no quemarse. Mucho cuidado para no dejaros dentro ningún hueso al estar la preparación semi deshecha.
Si se trata de ciruelas claudias auténticas que son de pequeño tamaño y piel muy fina y no sois muy delicados no las peléis y retirar solamente los huesos, extremando las precauciones pues hay muchos.
3. Como el conjunto está apenas cocido, remover con una cuchara de madera y cocerlo 5 minutos más, siempre a potencia máxima.
4. Como seguirá clarucho, remover de nuevo y programar otros 5 minutos, pero nunca pongáis más minutos de golpe porque todas las frutas, unas más que otras, tienden a “subir” al cocer, como en el fuego, y pueden salirse de la ensaladera y manchar el plato giratorio del microondas. Por ello ésta debe ser honda.
5. Ir cociéndola de 5 en 5 minutos, removiendo cada vez, hasta que ya la veais espesita y si encontráis que los trozos son demasiado grandes, triturar unos segundos con la minipímer introduciéndola dentro de la ensaladera, remover y cocerla otros 5 minutos más para que el exceso de líquido, si lo hay, siga evaporándose.
Si se trata de claudias, si no las habéis pelado os aconsejo que siempre las trituréis sin llegar a un puré uniforme, simplemente para que las pieles que tienen un color diferente al de la pulpa no se noten.
6. Cuando la textura sea ya la de una mermelada, añadir la miel, remover muy bien para que se reparta por igual y envasar.
Si todavía la vieráis clarita programar otros 5 minutos más, pero es preferible no cocerla después de añadir la miel.
Consejos de cocina y nutrición
■ Como todas las variedades de ciruelas tienen mucha agua en su composición, un 86%, cuando terminemos de cocerla y espesarla tendremos aproximadamente la mitad de pulpa cocida.
■ La miel de abejas desde el punto de vista nutricional es mucho más interesante que la sacarosa porque no solo tiene azúcares como fructosa, glucosa y sacarosa sino también agua y elementos como hierro, calcio, sodio, magnesio, sílice, cloruros, potasio, fósforo, restos de polen, manganeso, cobre, materiales albuminoides, dextrinas, ácidos, aminoácidos, enzimas, vitaminas, fenoles, terpenos, aceites esenciales y flavonoides, que le dan su aroma característico y ciertas propiedades medicinales.
■ La cantidad de miel a añadir se puede aumentar o disminuir dependiendo del gusto de cada uno. Recordar que las ciruelas granates tienen a veces un punto de acidez y por ello necesitan más cantidad de miel que las claudias auténticas que son muy dulces. Éstas a veces con 50 g de miel ya será suficiente.
■ Como la miel endulza más que el azúcar y además tiene un 20% menos de calorías, para conseguir el mismo dulzor estas mermelada tendrán menos calorías y su sabor característico perdura.
■ Todas las mermeladas al enfriarse tienden a espesar.
■ Os recuerdo que la miel pura de abejas es uno de los pocos alimentos que no lleva ningún tipo de aditivo.
■ Esta mermelada casera no necesita esterilización, es decir baño María posterior, si hacéis lo siguiente.
Volcarla todavía hirviendo en un frasco de cristal muy limpio procurando llenarlo hasta arriba para que no quede nada de aire en su interior, cerrarlo inmediatamente, en caliente por mucho que os extrañe, y en cuanto esté a temperatura ambiente, guardarlo en la nevera dónde siempre debe permanecer hasta su total consumición.