¡Feliz Año 2018 para todos!
¿Queréis perder los kilos que acabáis de coger en Navidad de una manera diferente?
Muchos quizás ni se lo hayan planteado porque no les preocupa demasiado y piensan que ya se irán solos.
Sin embargo, aunque sea así, deberían pensar en ello, “sin preocuparse pero ocupándose”, porque un aumento de peso no es nunca saludable, aunque en este caso ya sabemos las razones. Se ha comido y bebido demasiado, muchas veces hasta casi «explotar», y precisamente alimentos muy calóricos como son los platos abundantes de embutidos variados, el foie, el pato, la pularda, el cordero, el cochinillo, todos los dulces típicos de Navidad…
Y no solo se ha bebido demasiado vino y cava, sino que se han tomado aperitivos alcohólicos y, al terminar, copas de licores diversos que tienen gran cantidad de alcohol y de calorías, además vacías.
Así que el post debería llamarse “Por qué hay que perder los kilos recién cogidos”
Lo que nunca hay que hacer es ponerse “a dieta”, y es lo primero que se recomienda por todas partes y ya os expliqué las razones para no hacerlo en mi ebook.
Os recuerdo, ya que algunos pueden no saberlo, que este ebook me lo ha prologado ni más ni menos que el Dr. Julio Mayol, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, jefe de Sección de Cirugía Colorrectal y Director Médico del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Todas las dietas son aburridas, restrictivas como la misma palabra “dieta” indica, monótonas y solo sirven al principio, al tener pocas calorías.
Luego, tienen un efecto rebote, es decir que en cuanto se vuelve a comer como se hacía anteriormente se vuelven a adquirir los kilos perdidos, muchas veces con propina.
Para no engordar y disfrutar de una buena salud hay una única solución, aprender a comer o a alimentarse, si es que no se sabe, algo que nadie nos ha enseñado, y “quemar lo que se come.”
Por tanto para adelgazar hay que “quemar un poquito más de lo que se come”.
Si tenéis siempre, salvo estos días de fiesta, una alimentación adecuada, para perder esos kilos superfluos, disminuid ligeramente las cantidades ingeridas, suprimid unos días todo lo que lleve azúcar, aunque sea casero y, si tomáis vino en las comidas, que sea la mitad que de costumbre.
Si aumentáis también ligeramente el ejercicio acostumbrado, los perderéis más deprisa.
Recordad que para perder tan solo 1 kilo de grasa corporal necesitamos quemar 7.200 calorías o dejar de consumir esas 7.200 calorías.
En este dato se fundamentan todas las dietas sanas para perder peso.
¿Hay que pasar hambre para perder los kilos adquiridos en navidad?
En absoluto, porque si pasáis hambre, algo estaréis haciendo mal.
¿Hay que sufrir para perder los kilos adquiridos en navidad?
Ni hablar, pero habrá que cambiar el “chip” y aprender a alimentarse de una manera correcta si es que no se sabe. En algún momento de vuestra vida tendréis que aprender a alimentaros, algo que nadie nos ha enseñado pero que se puede aprender, “si se quiere naturalmente”, comiendo de todo pero en la proporción adecuada.
Muchos están convencidos de que comen bien porque comen lo que les gusta, pero esto, por mucho que guste, puede no ser ni saludable ni lo adecuado.
¿Qué debemos hacer para perder los kilos de más de navidad de una manera diferente?
Hay varios pasos a seguir.
Ya sé que muchos os vais a extrañar porque os vais a encontrar con consejos, ideas o afirmaciones muy diferentes a las que se repiten día a día, mes a mes, año tras año y que no funcionan.
Prueba de ello es que la población española en general sigue aumentando de peso paulatinamente.
1. Analizaros fríamente para saber si realmente vuestra alimentación es correcta o, si sois unos “raritos” y solo os gustan unas pocas cosas.
2. Ya sabéis que en vuestra alimentación diaria tiene que haber alimentos de los 3 grupos que tenemos, es decir proteínas que son como los «ladrillos» de nuestro cuerpo, hidratos de carbono de absorción lenta y grasas saludables.
3. A no ser que estéis acostumbrados a tomar 5 comidas al día, como muchos todavía aconsejan porque no se han reciclado, tomar solamente 3, en la cantidad y diversidad adecuada.
Se ha demostrado científicamente que el intestino humano tiene que descansar durante periodos largos, como ya os expliqué en este post.
Siempre se ha dicho, además desde tiempo inmemorial, que había que “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”, y esto sigue vigente con sus excepciones correspondientes.
Pero a alguien se le ocurrió lo de las “5 comidas al día”… y así nos va.
Esto no quiere decir ni mucho menos que se pueda saltar una de las importantes, como el desayuno, que la mayoría de españoles no hace en absoluto, ni siquiera en el caso de muchos niños que se van al colegio y desayunan poco, muy poco o nada en absoluto.
Los que estén ya acostumbrados a esas 5 comidas, y no puedan eliminar los tentempies de la mañana y de la tardes, deberán tomar algo muy ligero, una fruta, un yogur desnatado… y poco más.
4. En todas estas 3 comidas tiene que haber proteínas saludables. Cenar solo fruta como muchos aconsejan, no es nada saludable, se va a perder músculo y hasta se puede engordar, si la cantidad ingerida es importante. Y de las «dietas detox», desgraciadamente tan de moda, mejor no hablar.
5. Para cenar es preferible tomar proteínas poco potentes, como pescados, huevos o lácteos.
6. Si se quiere perder algo de peso, olvidaros de tomar legumbres varios días a la semana, como se sigue aconsejando erróneamente. Son proteínas buenas pero incompletas y todas ellas tienen muchas calorías.
7. Si tomáis legumbre 1 vez a la semana, otro día de esa misma semana podréis tomar arroz integral o vaporizado, o pasta también integral y cocida en su justo punto para que tenga un Índice Glucémico bajo, pero solo una vez a la semana.
Cocinar pasta es algo que casi todos saben hacer, pero la mayoría la elabora mal, demasiado blanda, super cocida, y en.tonces se transforma en un hidrato de carbono de absorción rápida, como ya os expliqué en este post, algo que hay que evitar.
8. Muchos no pueden comer sin pan, normalmente pan blanco que también tiene un IG muy alto. Si quieren perder algo de peso tendrán que disminuir la cantidad ingerida o pasarse al pan integral, pan de centeno o pan multicereal, y siempre elaborado con masa madre y no con la clásica levadura de panadero.
9. No tomar estos días ningún tipo de refrescos ni zumos industriales, y mucho menos si son light. Los productos light no sirven nunca para adelgazar. Y mucho menos las bebidas light que pueden incluso engordar aunque la mayoría de la población las consuma alegremente.
10. Si queremos adelgazar hay que disminuir la cantidad de aceite de oliva virgen al día. La Organización Mundial de la Salud, OMS, aconseja 5 cucharadas al día, pero si se quiere perder peso, durante unos días habrá que bajar a 2 cucharadas, y para ello hay que cocinar con utensilios que permitan hacerlo con poco, como las ollas superrápidas o el microondas, el ilustre desconocido del que muchos huyen por mala información.
11. El horno tradicional que se usa tanto porque es muy fácil, ya que se mete “lo que sea” en él y trabaja solo, necesita siempre para cocinar, una mayor cantidad de grasa o aceite y no es un buen método si se quiere adelgazar. ¡Pero se sigue diciendo que sí lo es!
12. Hay que cumplir con la premisa de «5 al día» que consiste en 3 de hortalizas o verduras de todos los colores, como también os expliqué aquí y 2 de frutas, escogiendo estos días las que tienen menos calorías.
¿Por qué 3 de hortalizas y 2 de frutas, y no al revés?
Porque las primeras tienen menos calorías y generalmente mayor cantidad de antioxidantes que las frutas.
13. Así que si no os gustan las hortalizas, solo la lechuga y el tomate, tenéis un grave problema, gravísimo. Esto suele suceder cuando no os acostumbraron a tomarlas de pequeños, y lo que está pasando en la actualidad con nuestros niños.
14. La ensalada no adelgaza, aunque es lo primero que toman los que quieren perder algún kilo y lo primero que se «receta» o se aconseja también erróneamente.
Para que esté rica tiene que llevar sal, de la que no hay nunca que abusar y aceite, y si se pone la cantidad necesaria para que esté bien aderezada y sabrosa, tendrá demasiadas calorías.
15. Beber mucha agua tampoco adelgaza, aunque muchos estén convencidos de lo contrario.
Uno o dos vasos de agua antes de las comidas “llena” la tripa, pero como no alimenta, y a la tripa no se la engaña fácilmente, la sensación de hambre o de necesidad de comer seguirá existiendo.
16. No tomar dulces estos días si se quieren perder esos pocos kilos que se han cogido. Si os han sobrado turrones o dulces de navidad cuya fecha de caducidad esté próxima, aunque ahora duran años porque llevan muchos conservantes, meterlos en una buena bolsa de congelación y congelarlos. Ya os los tomaréis más adelante.
17. Comer despacio adelgaza. Nuestro cerebro necesita por lo menos 20 minutos para «enterarse de que estamos ingiriendo alimentos». Si se traga la comida en un «pis pas», el hipotálamo no se habrá enterado de que ya estamos comiendo.
18. Si tomáis café que, en pequeña cantidad, 3 al día, se ha demostrado que tiene muchos beneficios, acostumbraros a “tomarlos a pelo”, sin endulzarlo ni siquiera con sacarina. Al principio, hasta que os acostumbréis, os resultará amargo.
19. Habrá que moverse o hacer algún tipo de ejercicio, aunque no os guste, que se puede realizar hasta sin salir de casa si no podéis.
20. Hay que pesarse todos los días, solo al levantarse, en ropa interior y a ser posible después de haber ido al baño, aunque se afirme lo contrario.
No se trata de obsesionarse con el peso, sino de llegar a saber lo que realmente influye, de un día para otro, en el aumento o disminución de vuestro peso, y que no es lo mismo para todos.
Analizando lo que se ha tomado el día anterior, y que debe siempre apuntarse, unos comprobarán que han tomado raciones demasiado grandes, o demasiado calóricas, o que no se han movido en todo el día…
21. No tomar, como proteína saludable cuando se quiere perder peso lo que muchos profesionales siguen recomendando, productos muy procesados como el jamón o pechuga de pavo, cuando no se deberían consumir nunca ya que no son nada saludables.
¡¡¡Me parece increíble y un horror!!!, y refleja que no conocen su composición.
Tampoco nada que lleve jarabe de glucosa o/y de fructosa que inducen a la obesidad.
22. Tampoco ningún frito, ni rebozado, ni empanado, ni tempura… como pescado, croquetas, albóndigas, verduras…
Las patatas fritas de bolsa, por ejemplo, multiplican por 6 las calorías que tienen cocidas o al horno.
España, sin embargo, es el país de los fritos, muy ricos pero demasiado calóricos.
Y muchos ahora afirmarán que es muy difícil perder peso, y que ellos no pueden.
¿Y quién ha dicho que sea fácil? Lo más importante para perder peso es, como en el caso del tabaco, querer perderlo.
El sedentarismo y los kilos de más son la epidemia del siglo XXI y la puerta de entrada de todas las enfermedades.
¿Por qué esta afirmación no se dice a gritos por parte de los profesionales de la salud?
Quizás porque no interese, puesto que la industria farmacéutica es todavía más poderosa que la alimentaria y ambas se siguen beneficiando.
O, como me contestó mi médico de cabecera, porque se conocen los resultados aparentes de la «cirugía bariátrica», se tienen los medios adecuados para realizarla, como el robot Da Vinci, hay que amortizarlos y hay que «recetarlos», en demasiados casos, como solución al problema de la obesidad en nuestro país, en lugar de convencerlos para que bajen de peso de manera sana y natural.
¡Y esta operación ya se está realizando hasta en adolescentes de 14 años en adelante!
El que no quiera cambiar de “estilo de vida”, si el suyo es nefasto, lo que implica cambiar automáticamente de alimentación, puede vivir muchos años, hasta más que una persona que se cuida, pero lo que os puedo asegurar es que va a vivir muchos más años pero muy “jodida” y tomando cada día más medicamentos con sus correspondientes efectos secundarios.
Y hoy no vale poner como pretexto «el que no se sabía» porque hay medios más que suficientes para estar bien informados.
¡Somos los más longevos de toda Europa y los más medicados de todo el mundo después de los de Estados Unidos!
Aunque esto se sabe desde hace ya tiempo, el otro día en Twitter un conocido investigador tuiteó este dato sobre la longevidad en nuestro país.
Yo le contesté aclarándole las condiciones en las que se llegaba para alcanzar esta longevidad.
Me volvió a tuitear diciéndome ¿“Mejor morirse?, y yo le volví a contestar, “Mejor cuidarse”.
Hoy todas las enfermedades importantes se generan, más o menos pronto, a partir de los kilos de más y del sedentarismo que van, ambos, de la mano. Aumentan las cifras del colesterol, de la tensión arterial, de la glucosa, de las transaminasas, el riesgo de problemas cardiovasculares, osteoarticulares… y, al final, los problemas degenerativos como el cáncer.
¿Quién quiere cumplir años sin calidad de vida?