¿Perder peso tiene que ser siempre aburrido?
Fijaros bien que no estoy hablando de dietas, todas monótonas y aburridas, sino de perder peso, algo bastante diferente.
Ya sabéis que la palabra dieta, en mi opinión, debería eliminarse del diccionario porque ninguna funciona a largo plazo y en cuanto se abandona se vuelven a coger los kilos perdidos más algunos de propina.
Si las «dietas» de las que se sigue continuamente hablando por todas partes, medios auditivos, visuales, boca a boca… no funcionan, y no hay más que ver que las cifras de sobrepeso y obesidad siguen creciendo a marchas forzadas en nuestro país, digo yo que habrá que cambiar el chip y proponer algo diferente.
Con mi ebook, que es un tratado completísimo de nutrición, sin dietas, con más de 50 menús y platos únicos ricos, variados y saludables miles de personas han perdido peso para siempre, han aprendido a comer también para siempre, que es lo más importante, gozan de buena salud, han mejorado su calidad de su vida y están tan contentos.
Pero se pueden hacer otras muchas cosas.
El principal escollo que nos vamos a encontrar delante de una persona con un peso excesivo y ya peligroso es convencerla de que está enferma, de que tiene una enfermedad crónica muy difícil de curar que hay que cuidar lo más pronto y rápidamente posible antes de que se agrave y sea irreversible.
¡Y lo de menos es morirse, ya que se puede quedar como un «vegetal» en una silla de ruedas y para toda la vida!
Los kilos de más, si son muchos y no dejan de aumentar son, tarde o temprano, la puerta de entrada de la mayoría de las enfermedades, no solo las que se incluyen en el llamado «síndrome metabólico», sino de otras muchas como varios tipos de cáncer.
La resignación que tienen muchos de que con los años se debe engordar no es así. A medida que pasan los años se necesitan menos calorías, más proteínas para no perder músculo y menos hidratos, hay que comer cantidades más pequeñas para que sienten bien, y sobre todo incrementar el ejercicio o empezarlo si no se ha hecho nunca. Y esto es algo que como da mucha pereza no se hace casi nunca o nunca.
¡Y el moverse es tan importante o más que la comida, aunque no se diga lo suficientemente alto, es como si no interesara!
Lo mismo que solo deja de fumar el que realmente quiere dejarlo, en el caso de los kilos de más pasa exactamente lo mismo.
Si el que tiene una verdadera obesidad está tan contento con ella y no siente una verdadera necesidad de cuidarse y cambiar, no cambiará.
Y los psicólogos y psiquiatras deberán hacer más que «encaje de bolillos», es decir lo indecible para convencerle.
Pero, tarde o temprano, nuestra fantástica Seguridad Social, a la que ya no le queda mucho tiempo para «explotar», tendrá que tomar medidas drásticas.
A muchos, muchísimos les importa un bledo llevar a cuestas un «macuto» cada vez más pesado. Aunque ellos lo nieguen o no quieran darse cuenta, cada día se sienten más limitados hasta en sus movimientos diarios, algo tan tonto como atarse los zapatos por ejemplo.
Cuantos más años, más kilos y menos voluntad para cambiar sus hábitos nefastos de vida y desde luego menos ganas de moverse si no se han movido nunca.
Os recuerdo que 1 kilo de grasa equivale a 7.200 calorías como ya os expliqué en este post, que hay que dejar de ingerir o que hay que quemar.
Muchos alegarán
♦ Que les da igual,
♦ Que se gustan como están,
♦ Que quieren seguir comiendo lo que siempre han tomado, aunque sean chucherías, fast food o comida basura, dulces… en la cantidad y las veces que les apetezca …
Si una persona come demás, o no come lo que debe porque ni sabe ni ha aprendido a tener una alimentación saludable, habrá que empezar por ahí.
A no ser que se tenga algún problema de salud como los diagnosticados por hipotiroidismo que tienen facilidad para engordar y que tratados con tiroxina eliminarán este efecto tan desagradable, todo el que engorda paulatinamente es porque
♦ Come más de lo que debe,
♦ Come lo que no debe,
♦ Come de una manera que no debe, por ejemplo demasiado deprisa, engullendo en lugar de masticando,
♦ Come a cualquier hora sin orden ni concierto. Tener un horario para desayunar, comer y cenar a horas parecidas, algo muy difícil hoy día, ayuda a no coger kilos de más.
♦ O/y tiene una vida sedentaria, que es la otra epidemia del siglo XXI, con el agravante de que a medida que su peso aumente, le costará más moverse y cada vez se volverá más sedentario.
Normalmente el que come demás es porque le gusta comer, disfruta haciéndolo, y ante una serie de alimentos apetecibles, comerá aunque no tenga hambre.
Así que es absurdo que le digan que tome «palitos» de zanahoria o de pepino crudos… porque eso no le apetece a casi nadie.
Esto de los «palitos» es algo que también se recomienda hacer cuando se va a asistir a una comilona, un buen cóctel, una boda, un buffet, un brunch…
La mayoría de la gente, con razón, hará justo lo contrario, es decir que ayunarán o comerán muy poco antes del evento para llevar el estómago lo más vacío posible y que les quepa más puesto que le están esperando muchos manjares.
El que no lo quiera ver… que no lo vea.
No puedo entender, y debo ser muy burra, cómo se llega a una obesidad mórbida sin que salten antes todas las alarmas desde el punto de vista de los profesionales de la salud. «Pescar» más de 100 kilos, 120, u 80 o 90, me da igual, no se pescan ni en un día ni en dos.
Estas personas necesitan, antes de llegar a esta situación límite, un asesoramiento multidisciplinar en el que debe haber
1. Un médico especialista en endocrinología y nutrición,
2. Un buen psicólogo o psiquiatra para reforzar su voluntad y
3. Hasta un profesional que les convenza de que se puede y se debe cocinar de muchas maneras ricas y saludables, en poco tiempo y utilizando las técnicas modernas de manipulación de alimentos y de cocinado.
Los españoles, según los últimos estudios sociológicos, se autoengañan con una facilidad pasmosa y no se ven normalmente con kilos de más, aunque los tengan, ni ven a sus hijos con sobrepeso, así que será difícil convencerles, muy difícil.
Sin embargo comprobarán sin inmutarse y aunque no quieran, que tienen que comprar ropa cada vez más grande porque se les va quedando pequeña.
Porque pesarse, en casa o en una farmacia, es algo que no suelen hacer nunca, es como si no quisieran enterarse.
Sin embargo en algunas calles de Estambul se pueden ver balanzas o pesos para que los transeúntes se puedan pesar si así lo desean.
Además de una alimentación equilibrada, variada y nutritiva, comiendo de todo pero en la proporción adecuada, hay que olvidarse para siempre de una vida sedentaria como se sigue hoy en España y en una gran parte de la humanidad.
Pero eso de moverse, o hacer algo de ejercicio es algo que a muchos no les entra en la cabeza porque como dice Punset «la mente humana es tan poderosa que nos impide cambiar, alegando siempre pretextos sin ningún fundamento».
Para todos los miles y miles de personas que se justifican afirmando que «no tienen tiempo para hacer ejercicio o simplemente moverse» os remito a lo que dice el gran médico y mejor persona Mario Alonso Puig: «Fabricamos tiempo cuando somos más eficientes en lo que hacemos».
Os aconsejo encarecidamente su último libro. Aunque hoy hay muchísimos libros sobre esta técnica del «Mindfulness» ninguno es comparable a éste porque sus autores tampoco lo son.
Y como no quiero que este post se alargue demasiado, el próximo día hablaremos de los trucos que existen para que perder peso no sea aburrido, ¡y hay muchos!