Para que las frutas no se hundan en un bizcocho sencillo, o en un plumcake que tiene más categoría, se sigue diciendo y haciendo, y hasta grabando, lo mismo que se decía cuando yo era pequeña y que nunca ha funcionado, que era envolver estos frutos previamente en harina.
¿Por qué no se cambia el chip?
¡Porque yo misma, la primera vez que hice un bizcocho de estas características, las envolví como se aconsejaba… y se me hundieron!
Por eso empecé a realizar diferentes pruebas o «experimentos», hasta conseguir el actual, que os aseguro es eficaz y «funciona» porque lo hago en todos mis bizcochos.
No suelo hacer el clásico plumcake, aunque también sirve, pero sí muchos bizcochos a los que les añado pasas pequeñitas sin semillas, las llamadas sultanas, californianas o de Corinto, y nueces.
Pero podéis añadir muchas cosas más siempre en pedacitos pequeños y con el siguiente truco.
Para empezar:
1. Todos los bizcochos se pueden hacer con aceite de oliva en lugar de mantequilla, aunque en mis primeros libros en papel yo todavía hacía alguno con esta grasa animal. ¡Menos mal que ya no existen!
2. Todos mis bizcochos, en la actualidad, están elaborados con aceite de oliva.
3. No hace falta para nada usar aceite de girasol aunque en muchas recetas lo aconsejen so pretexto de que no sabe a nada.
El aceite de oliva refinado, que por supuesto sigue siendo de aceite de oliva aunque haya perdido la gran mayoría de sus polifenoles y antioxidantes, no proporciona ningún sabor a ningún bizcocho y es más sano que el de girasol.
Se puede usar perfectamente aceite de oliva virgen extra de la variedad Arbequina que es muy suave y no aporta tampoco ningún sabor.
4. En muchas recetas os indican cantidades demasiado elevadas de aceite, que no son necesarias y que aumentan las calorías totales de cualquier bizcocho.
Si lleva demasiada grasa, aunque sea aceite de girasol, el bizcocho sale rico y esponjoso pero al comerlo, si se entiende un poco, enseguida se nota que está demasiado untuoso porque le sobra grasa.
5. Si ponéis pasas, frutas escarchadas, o cualquier fruta seca…, hidratarlas previamente con algún licor que os guste, podría ser brandy.
Esto se hace facilísimamente en el microondas. (¿Os dais cuenta de las «operaciones» que me proporciona continuamente este «aparatito»?)
Volcarlas en un vaso, agregarles el licor elegido, apretarlas con una espátula de silicona para que se queden cubiertas todo lo que se pueda con dicho licor, introducirlo en el microondas durante 1 minuto o minuto ½ a potencia máxima.
Veréis que “engordan” y se quedan blanditas.
El alcohol durante el horneado se evaporará y los peques podrán también disfrutar de este bizcocho.
Si no queréis usar un licor, hidratarlas simplemente con agua que luego tiraréis.
6. La receta tiene que tener todos los ingredientes en la proporción adecuada para que no resulte demasiado fluida ni muy amazacotada.
7. «Montar» los huevos con el azúcar como ya os expliqué, añadiendo al final el licor del macerado de las pasas o frutas, pero no éstas, y al final la harina.
8. No enmantecar el molde y a continuación enharinarlo porque es otro “bulo” que ya no hace falta y, además, en muchos hogares pueden no usar mantequilla nunca.
Hablaremos de esto en un futuro post.
Si el molde es antiadherente y de calidad, de silicona, o de vidrio y estos bizcochos se van a «hornear» en el horno tradicional, en el microondas, o en el molde crisp, para que nada se os pegue y conseguir buenos resultados, pintarlo por todo su interior, fondo y laterales, con una brocha de silicona y 2 gotas de aceite, ¡2 gotas!
Aunque no se pegan, se desmoldan luego mejor.
9. Volcar todo vuestra masa de bizcocho en el molde preparado y alisar su superficie también con una espátula blandita de silicona.
10. Repartir ahora por encima y uniformemente las pasas, y/o las frutas escarchadas y las nueces.
Si la masa del bizcocho es correcta no se deben hundir, sino que tienen que quedarse como “flotando” en la superficie.
11. Si vais a hornear el bizcocho en el horno tradicional, que estará ya caliente, sumergirlas ligeramente todas ellas con la espátula, para que no se vayan a quemar, sin hundirlas.
Seguirán estando visibles… pero recubiertas de masa de bizcocho.
12. Introducirlo en el horno caliente en función turbo, es decir con aire caliente envolvente, normalmente a 160º-170º, durante 20 o 30 minutos dependiendo de cada horno y de cada bizcocho.
13. Si vais a hornearlo en el plato crisp, o en el molde para bizcochos también crisp, realizar las mismas operaciones anteriores.
¡Veréis como «funciona»!