Podemos elaborar yogur en casa sin necesidad de ningún «aparato» especial.
■ 1 litro de leche fresca entera, Lauki, Priégola…
■ 1 yogur natural entero no desnatado
1. Calentar la leche hasta 45º que corresponden a una temperatura calentita, que no queme ni mucho menos, pero que tampoco esté tibia.
2. Escoger frascos de cristal con buena tapa para que luego el yogur se conserve bien. Pueden ser frascos de mermelada si vais a consumir 2 o 3 raciones juntas, o frascos más pequeñosde una sola ración.
Los encontráis con facilidad en los “bazares” y sirven también para esterilizar conservas en pequeña cantidad. Como véis en la foto no tienen goma, solo tapa normalmente a rosca.
3. Mientras se calienta la leche introducir los frascos destapados, limpios, secos y vacíos en el horno y precalentarlo en la posición turbo a 50º de temperatura, nada más.
Cuando el piloto se apague, señal de que ya ha alcanzado esa temperatura, apagarlo.
4. Como la leche ya estará caliente mezclarla con el yogur con la ayuda de la minipímer para que lo haga uniformemente.
5. Sacar ahora del horno los frascos de cristal, que están calientes, y llenarlos con esta mezcla leche-yogur hasta arriba pero sin que se salgan.
Cerrarlos para que se conserven higiénicos y mantengan el calor durante más tiempo.
6. Envolverlos todos juntos o por separado, como os sea más cómodo, en una manta fina de las de viaje dándole varias vueltas.
Cuanto mejor los “abriguéis” más tiempo se conservarán calentitos y más espeso saldrá el yogur.
7. Meterlos en el horno que sigue caliente, que ya no volveremos a abrir para que no se enfríe, y dejarlos allí un mínimo de 4 horas.
Si se dejan más tiempo tampoco pasa nada, toda la noche por ejemplo.
8. Al cabo de ese tiempo sacarlos del horno, quitarles su “abrigo” y cuando estén a temperatura ambiente guardarlos en la nevera de donde los sacaréis justo en el momento de degustarlos.
Consejos de cocina y nutrición
■ Si la leche a pesar de ser entera y fresca no tiene suficiente materia grasa y es “aguichi” el yogur no cuajará.
■ Es muy importante trabajar a la temperatura indicada, 45º, aunque pueda no parecerlo, ya que a una temperatura superior las bacterias lácticas que se siembran con el yogur pueden morir.
■ Si por el contrario la temperatura es inferior las bacterias no se reproducirán como deben y el yogur no adquirirá la textura y el sabor necesarios.
■ Este yogur elaborado en casa puede servir para “sembrar” en posteriores ocasiones.
Cuando veáis que está más líquido que al principio, adquirir uno nuevo para la siembra ya que la concentración de bacterias a fuerza de usarlo ha ido disminuyendo.
■ El consumo de yogur a lo largo de toda la vida debe ser importantísimo porque tiene una alta dosis de calcio y nos ayuda a cargar de calcio nuestros huesos mientras somos jóvenes, y más tarde, a partir de los 30 años a perder menos y por tanto evitar la osteoporosis.
Al tener la leche predigerida sienta mucho mejor, y personas que no toleran la leche, a pesar de no tener intolerancia a la lactosa, los consumen sin problemas.
■ Su ingesta disminuye la flatulencia después de haber tomado legumbres.
■ Previene el estreñimiento.
■ Restablece la flora intestinal después de cualquier enfermedad infecciosa, máxime si se han tomado antibióticos que la destruyen.
■ Aunque precisamente la semana pasada la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, ha puesto en entredicho estas 3 últimas propiedades, espero que nos expliquen qué hay que tomar después de un tratamiento por vía bucal, que es la más corriente, con antibióticos.
La flora intestinal se reproduce por sí misma… pero tarda demasiado.