Estamos en plena temporada de calabazas, ahora con connotaciones especiales traídas de los países anglosajones, y estarán con nosotros durante todo el invierno.
Es el momento de aprovechar y dársela a los niños de todas las edades, en la forma culinaria que sea, purés, cremas, sopas… y hasta en forma de bizcocho, dulce por supuesto como todos ellos, pues es una gran fuente de vitamina A y de carotenos.
Es de lo más sencillo, está muy rico, y hasta podéis tener todos los ingredientes en casa sin necesidad de tener que comprar nada.
También podéis elaborarlo con la misma cantidad de zanahorias crudas.
Es también muy saludable porque no lleva mucho azúcar, tiene nuestro maravilloso aceite de oliva también en pequeña cantidad, y la harina es integral, es decir un hidrato de carbono de absorción lenta.
Desde hace unos meses estoy elaborando todos mis bizcochos, siempre que es factible, con harina integral.
Los ingredientes son los siguientes:
■ 400 g de calabaza limpia, ya sin corteza y cruda
■ o 400 g de zanahorias crudas
■ 150 g de azúcar
■ 5 huevos de 62-72 g
■ 50 g de aceite de oliva virgen extra de sabor suave, Arbequina por ejemplo
■ 160 g de harina integral de trigo
■ 10 g de levadura en polvo
1. Cortar encima de la tabla de cocina la corteza de la calabaza, que es durísima.
Si habéis comprado una entera, aunque sea pequeña, cortar la parte redonda donde estaba el rabito y un trozo aproximadamente del peso deseado.
Colocar este trozo ya con sus 2 puntas rectas sobre la tabla y retirar la corteza con cortes hacia abajo como si se tratara de una piña.
El cuchillo de cortar carne, que es el que vamos a emplear, tiene que estar bien afilado siempre, pero en este caso recién afilado para que nos cueste bastante menos.
2. Trocearla ahora en pedazos más pequeños y triturarlos hasta obtener una pasta suave con trocitos diminutos.
3. En un bol o ensaladera grandes y con calor, batir los huevos con el azúcar hasta que dupliquen o tripliquen su volumen.
4. Añadirles ahora la calabaza y el aceite y remover bien pero con mucho cuidado para que las burbujitas de aire no desparezcan.
5. Pesar en un plato la harina y encima agregar la levadura mezclándola bien para que se reparta por igual.
6. Incorporar esta mezcla a la anterior, la de los huevos montados, pero también poco a poco, con cuidado, con la ayuda de un tenedor, de un batidor de alambre o de las varillas eléctricas con las que habéis “montado” los huevos, pero sin enchufarlas, moviéndolas solo a mano.
7. Volcar esta mezcla en un molde alargado tipo plumcake, de buen material antiadherente o de silicona, o en el molde de bizcocho para crisp, si lo vais a hornear en el microondas.
8. Introducirlo en el horno tradicional ya precalentado, a 160º-170º, con turbo o aire caliente envolvente, y cocerlo durante 30 o 35 minutos, o hasta que al pincharlo en el centro con una aguja fina ésta salga totalmente limpia.
9. Cuando ya no queme, pero todavía caliente, desmoldarlo.
10. Cuando lo vayáis a servir, y no antes, espolvorear su superficie con azúcar glas para que quede como nevadito.
11. Para los que tenéis la función crisp en vuestro microondas, son 8 o 9 minutos nada más seleccionando simplemente el botón crisp, a secas, sin escoger ninguna de las otras posibilidades que ofrece.
Si en lugar del clásico plato crisp que nos suministran con el aparato, adquirís este molde especial de bizcocho que es más alto que el plato crisp, el bizcocho también saldrá más alto.
No sale tan esponjoso como en el horno, pero está muy rico, y la relación precio-calidad-tiempo-energía es muy buena.
Consejos de cocina y de nutrición
■ Si os gusta la canela podéis añadir junto con el aceite 1 o 2 cucharaditas de canela en polvo que proporciona al bizcocho un sabor muy rico.
Además tiene muchas propiedades beneficiosas para nuestra salud.
También podéis aromatizarlo con vainillina, con piel de limón rallada finamente…, con el aroma que más os guste.
Como la vainillina tiene un sabor muy potente, echarla en muy pequeña cantidad, y poco a poco hasta que os guste el aroma conseguido.
■ Aunque el molde sea de silicona o antiadherente, es mejor pintarlos por todas partes con unas gotas de aceite y una brocha de silicona para que el desmoldado posterior sea todavía más fácil.
Pero es totalmente innecesario enharinarlo después, como se hacía antes… y siguen haciendo.
Es complicarse la vida y perder tiempo.
■ También debéis pintar la bandeja o el molde crisp con unas gotas de aceite y la misma brocha, fondo y paredes circulares hasta arriba del todo, para que no se pegue y se pueda desmoldar con facilidad.
■ La mejor función que tiene el horno tradicional, si se sabe usar correctamente, es el turbo o aire caliente envolvente, que no reseca en absoluto.
El problema es que gasta mucho, aunque haciendo 2 bizcochos al mismo tiempo, iguales o de distintos sabores, aprovecharemos mejor la energía.
La rejilla del horno debe colocarse siempre en la mitad del receptáculo.
■ Los que tenéis el Thermomix, podéis preparar toda la masa del bizcocho en él, colocando la mariposa en las cuchillas y batiendo los huevos con el azúcar durante 6 minutos, en frío y velocidad 4.
Ya lo expliqué con todo detalle en mis dos ebooks, el del 21 y el del 31.
Sí que os aclaro que mi manera de trabajar en este aparato es totalmente diferente a los métodos que recomienda la empresa.
¡Por algo yo empecé a impartir clases de cocina y a escribir libros sobre este robot mucho antes que ellos!
Por ejemplo no hay nunca que cocinar con una mezcla de aceite y mantequilla, aunque muchos lo sigan haciendo.
Hay que usar una grasa u otra, y preferentemente aceite de oliva virgen extra.
■ Si elaboráis este bizcocho con la función crisp, es preferible esperar a que se enfríe para desmoldarlo.
Como dependiendo de la clase de harina el tiempo puede variar entre los 8 o 9 minutos os he puesto la foto recién sacado del microondas.
El bizcocho debe quedarse separado de las paredes del molde, y si le dais golpecitos suaves sobre la encimera, se debe notar que «baila» dentro porque no se ha pegado por abajo en ningún sitio.
■ Como a veces me preguntáis las medidas de este molde crisp de bizcocho, tiene aproximadamente 22 centímetros de diámetro y casi 6 de altura.
■ Éste otro tiene más diámetro, 28 centímetros, pero es casi tan alto como el plato crisp y no compensa.
¡No piquéis como me paso a mí!
■ Este bizcocho envuelto en film transparente cuando está totalmente frío, y dentro después de una buena bolsa de conservación dura blandito más de una semana si lo «horneáis» en su punto.
■ Congela también estupendamente, tanto entero como cortado ya en rodajas, separadas entre sí con lámina de plástico transparente y dentro todas ellas de una buena bolsa de congelación.
■ Para que no haya ni trampa ni cartón, os incluyo la foto tal como queda después de desmoldado, antes de espolvorearlo con azúcar glas o de adornarlo como más o guste.