Muchos sois los que me habéis preguntado por el detergente que uso para mi lavadora, único y para todo tipo de ropa, y salvo error u omisión os he contestado a todos.
Pero ahora, como uno de los envases de la marca que he estado probando se me acaba de terminar, y he abierto el de la marca mía habitual, se me ha ocurrido leer la información puesta en estos dos pequeños botellones para comparar.
Es la primera vez que lo hago porque al usar siempre la misma marca desde hace años, antes en polvo, y ahora líquido ya había comprobado que esta nueva presentación también era muy buena.
¡¡Y me he quedado estupefacta porque nos siguen tomando por tontos!!
1. Para empezar hay que dar 50 vueltas a ambos envases para saber su capacidad real, en un caso 1,65 litros y en el otro, ¡¡pasmaros!! 1.533 + 219 mililitros, es decir 1,75 litros, aunque esta cifra total ni siquiera aparece.
2. Los 2 se encargan de especificar, en la parte más visible, que uno sirve para 22 lavados, y el otro para 21 + 3 porque “3 lavados son gratis”, es decir 24.
Y esto es una verdad a medias, porque los lavados dependen de la calidad del agua con la que se lave, más o menos dura, y de la cantidad que se quiera echar, y la que recomiendan ambos es totalmente insuficiente si se quiere conseguir una ropa bien limpia, reluciente y olorosa.
Os aseguro que he hecho múltiples experimentos, porque me gusta investigar, no solo en cocina, y ¡yo pongo casi el doble!
Ahora bien tengo una ropa tanto blanca como de color guay.
Además, para convencer al consumidor de la bondad de su producto, ambos ponen la cifra más baja, es decir la que corresponde a un agua muy poco calcárea como la que tenemos en Madrid.
3. En uno pone “una relajante fragancia de flores blancas con extractos de aloe vera” (¡Hay que ser cursi!) y en el otro “Fórmula Concentrada, Limpieza brillante incluso en agua fría”, y tampoco es cierto esto del agua fría, porque para que queden bien y sin manchas todas las prendas blancas o de colores claros deben lavarse con agua a 40º, aunque se consuma más energía.
Os repito de nuevo que si la ropa clara se os pone grisácea será siempre,
– porque la cantidad de detergente no es suficiente,
– o porque su calidad no es la adecuada,
– o por mezclar ropa blanca y oscura,
– o por un tiempo de lavado demasiado corto,
– o por lavarla en frío como tantos y tantos aconsejan todavía.
Hacer la prueba y comprobaréis vosotros mismos que si mezcláis, tan solo a los 2 o 3 lavados toda la ropa clara estará ajada y como se decía antiguamente «repercutida».
La ropa bien lavada dura 3 o 4 veces más y no está nunca «vieja ni deslucida» sino relimpia.
4. Como ambos detergentes están fabricados por grandes multinacionales, y como el que siempre me ha gustado y me sigue gustando más, según todo lo que os acabo de explicar, es el que menos “cuento” pone, me quedo con el de siempre que me gusta más, ahora en líquido y que ya llevo usando muchos meses.
5. ¿Cuál es más caro?
Pues dependerá del sitio dónde lo compréis y si está o no de oferta ¡Y ahí si que puede haber un ahorro importante!
Ahora mismo el que yo uso de toda la vida me ha costado bastante menos que el otro.
No sé si alguno de ellos se anuncia en la tele porque no veo anuncios, pero yo creo que periódicamente ambos se deben anunciar en cuanto comprueban que el «vecino» lo hace y que sus ventas están bajando.
En todo caso, los 2 son buenos.
¿Cuántas personas se creen todo lo que escuchan, les cuentan, oyen en la radio o en la televisión, sobre todo en la tele que es prodigiosa?
Tienen que ser muchos millones… de lo contrario tanta publicidad no les compensaría.
Aunque la tendencia está cambiando y ya muy pocos jóvenes de verdad ven la tele.
No os creáis nunca los anuncios, son para personas que no tienen criterio y se creen lo último que oyen o ven.
Recordar siempre las palabras magistrales de Leopoldo Abadía que ya os puse en un post: «Un consumidor inteligente no se deja llevar por el criterio de la persona que le va a vender el producto».