La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria = EFSA = siglas en inglés, advierte que el 80% de los mensajes saludables que circulan sobre la alimentación son mentira, y si nos referimos a métodos, cremas, productos y dietas para adelgazar… yo me atrevería a decir que todos o casi todos.
¿Os acordáis de las plataformas vibratorias que eran un boom hace 2 años? Ya nadie habla de ellas porque, además, eran peligrosas.
Ahora ha llegado la moda de las cremas que estilizan la figura y te quitan kilos exclusivamente de dónde tú quieres, incluso durmiendo, y hasta anuncian unas plantillas para los pies que cuanto más andas con ellas, más adelgazas.
¿Cómo es posible que tanta farsa esté autorizada?
Alguno de estos mensajes puede funcionar en determinadas personas, pero no porque tengan un efecto bueno … sino por lo que se llama efecto placebo.
La mente se autoconvence de que el producto es buenísimo y se logran resultados, quizás no para siempre, pero para una temporada más o menos larga.
Mensajes algunos verdaderos y otros falsos.
1. El aceite de oliva virgen controla el colesterol → verdadero.
Está demostrado que su consumo exclusivo, en crudo y para cocinar, baja los niveles de colesterol malo, el LDL.
Lo que todavía no se ha demostrado es si mantiene altos los niveles del bueno o HDL, aunque todo parece indicar que así sea.
2. La fibra de centeno y de la mayoría de los cereales mejora la función intestinal → verdadero.
Además de combatir el estreñimiento, lo mismo que la fibra de las verduras y frutas, posee otros beneficios también probados con estudios científicos válidos como que reduce el Índice Glucémico.
Por eso es beneficioso tomar pan multicereal en lugar de pan blanco.
3. El centeno y la avena ayudan a controlar el peso → falso.
La publicidad afirma que ambos son más saciantes que otros cereales, pero no es cierto.
En cambio lo que sí lo es, es que sus beta-glucanos ayudan a normalizar los elevados niveles de colesterol malo, el LDL.
4. Los edulcorantes evitan las caries → cierto, por ejemplo masticando chicles, ya que hacen que con ellos disminuya en la boca el número de bacterias responsables de la creación de las mismas, es decir la placa bacteriana.
Al no quedar residuos de azúcar las bacterias no tienen “alimento” para crecer y multiplicarse.
Pero solo serán efectivos si se mastican al menos 3 veces al día después de las comidas, y deben llevar como edulcorante únicamente polioles que también tienen calorías aunque menos que la sacarosa, → 2,4, por gramo, y éstos tomados en exceso pueden producir diarreas.
5. Las nueces protegen el corazón → está totalmente confirmado ya que sus ácidos grasos omega 3 contribuyen a controlar el colesterol, bajan el malo o LDL y por lo tanto mejoran la salud cardiovascular.
6. La soja es buena para la menopausia → falso y aunque ya se sabía, hace tan solo unos días ha vuelto a saltar esta noticia.
No hay ningún estudio concluyente que demuestre que sus isoflavonas ayuden a la mineralización de los huesos evitando la osteoporosis como se pretendía, o que reduzcan los signos de la menopausia como los “sudores”.
Pero están de “moda”, son muy «fashion», se recetan muchísimo… y son un gran negocio.
A muchas mujeres se les pueden ir los sofocos por efecto placebo o simplemente porque su organismo se ha adaptado a la falta de estrógenos y deja de producir estos «calores».
En las mujeres asiáticas es totalmente distinto porque están acostumbradas desde siempre a tomar soja de todas las maneras posibles e imaginables, forma parte esencial de su dieta.
Tienen además no solo una alimentación diferente a la nuestra sino un estilo de vida más sosegado y tranquilo.
7. Los Lactobacilus o bifidobacterias no tienen un efecto intestinal positivo → verdadero, no se ha podido demostrar que estas bacterias vivas disminuyan la presencia de organismos patógenos en nuestro sistema digestivo ni que reduzcan las digestiones pesadas.
Pero en determinadas personas sí que ayudan a hacer la digestión y a eliminar gases después de tomar legumbres, pero solo a algunas no pudiéndose por tanto generalizar.
El actual eslogan de un tipo de yogur “ayuda a tus defensas” no se podrá repetir porque no es cierto, aunque sí se podrá decir que la vitamina B6 que contienen, al igual que otros muchos productos, es necesaria para el sistema inmunitario.
Después de tomar antibióticos o después de muchos vómitos y diarreas estos lactobacilos restablecen nuestra flora intestinal, lo cual ya es importante, pero nada más.
8. El ácido acético del vinagre en animales contribuyó a que tuvieran una presión arterial normal, pero en seres humanos no ha sido probado.
Hay que tener mucho cuidado con la información que se encuentra en Internet, y son muchos los médicos los que aconsejan a sus pacientes que no se informen por esta vía, les puede sentar hasta mal.
Para sacar información fidedigna de Internet hay que tener una cierta formación y saber discernir lo bueno de lo malo, y hay mucho y variado de las dos clases.
Normalmente, para muchos productos podemos encontrarnos con que muchos los recomiendan y muchos los rechazan.
Los powerpoints que circulan a todas horas por Internet alertándonos de un sinfín de cosas “venenosas” para nuestro organismo son casi siempre falsos, y si os fijáis muchas veces proceden de Sudamérica por la forma y el estilo con el que están redactados.
Suelen estar plagados de faltas de ortografía y sintaxis que a muchos jóvenes no importará, pero que a otros hasta nos ofende al ver el idioma español estropeado de esa manera.
A mi me llegó, como a muchos de vosotros, un artículo sobre el cáncer citando como fuente el prestigioso Hospital Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos), y ¡era de «juzgado de guardia»!