Los ajos encurtidos caseros, blancos o de color violáceo, como podéis ver en esta foto, se pueden preparar con toda facilidad y rapidez.
Serán siempre más naturales que los que se comercializan envasados o a granel.
Como la lombarda que preparamos en el último post, podemos usar una técnica culinaria antigua, y por tanto más lenta, como es un cacito, u otra moderna y más cómoda como es el microondas.
A diferencia de otros encurtidos, los ajos deben blanquearse previamente para quitarles la fuerza que tienen, de lo contrario serían casi incomibles por su fuerte olor, aroma y sabor.
Por ello se tienen que hacer en 2 fases, como ahora veremos, y los ingredientes que necesitamos para conseguir ajos encurtidos blancos, los de siempre, serían por ejemplo:
Para blanquearlos:
■ 150 g de dientes de ajo enteros, gordos, bien pelados y de gran calidad
■ 1 cucharadita de sal
■ 400 g de agua
Para encurtirlos o marinarlos
■ 20 g de sal
■ 100 g de agua
■ 100 g de vinagre de vino blanco, de manzana o de sidra
En el caso de querer preparar ajos encurtidos de color violáceo, los pasos serían los mismos, pero tendríamos que utilizar, en lugar del vinagre normalito, el vinagre morado que nos ha sobrado después de elaborar la col lombarda encurtida.
Para tardar menos, como siempre, tener los ingredientes preparados y todos los utensilios que se vayan a utilizar que, en este caso, serán:
– los ajos completamente pelados y enteros
– la sal
– el vinagre escogido
– la jarrita de vidrio
– o el cazo u olla
Preparación para blanquear los ajos
1. Volcar, por ejemplo en una jarrita de Pyrex, los 3 ingredientes necesarios para el blanqueo, es decir los ajos pelados, la sal y el agua removiendo bien para que la sal se disuelva por igual.
2. Introducirla en el microondas a potencia máxima y cuando el agua rompa a cocer mantener la ebullición durante 3 o 4 minutos dependiendo del tamaño de los ajos.
Se trata de eliminar solamente el sabor fuerte del ajo crudo y, por tanto, no hay nunca que cocerlos demasiado.
3. Escurrirlos y refrescarlos con agua fría para cortar completamente la cocción.
Preparación final para encurtir los ajos
1 .En un tupper ya tendremos también preparada la marinada con los 3 ingredientes, los 20 gramos de sal, los 100 gramos de agua y los 100 de vinagre suave de manzana o de sidra.
2. Volcar los ajos ya blanqueados y totalmente fríos encima de esta marinada.
Al día siguiente ya podrán consumirse como un encurtido más y duran muchos meses guardados en la nevera, sin necesidad alguna de ponerlos al baño María.
Si queremos conseguir estos mismos ajos encurtidos pero de color violáceo debemos utilizar todo el líquido que tenemos después de haber elaborado la col lombarda encurtida.
En este caso en el que vamos a reutilizar el vinagre de la lombarda, es preferible poner el doble de vinagre que nos indica la receta, es decir 400 o 500 gramos de vinagre en lugar del 1/4 de litro que os indicaba, puesto que éste irá disminuyendo a medida que la lombarda, al irse encurtiendo, lo vaya absorbiendo.
El procedimiento a seguir sería el mismo que en el caso de los ajos encurtidos blancos.
Si veis que este vinagre violeta y «como de aprovechamiento» es demasiado flojo, porque ya ha encurtido la lombarda, añadir el que creáis necesario para que esté más fuertecito.
Consejos de cocina y nutrición
■ Hay que tener mucho cuidado con el tipo de ajo que compréis ya que hoy hay mucho «batiburrillo» con ellos.
Os aconsejo que compréis ajos certificados, es decir con Denominación de Origen, DO, y se afirma que los mejores ajos del mundo se producen en Las Pedroñeras, a la que se denomina por ello capital del ajo
Se diferencian de los demás, en que tienen la piel exterior ligeramente violácea como podéis observar en la foto.
■ Los ajos chinos pululan hoy por todas partes pero son fácilmente reconocibles por su color blanco y su tamaño, también más grande que el ajo español, tanto las cabezas como sus dientes.
Son mucho más baratos ya que China es el primer productor de ajos del mundo, pero no tienen nada que ver con los nuestros ni en sabor, ni en aroma, ni en su conservación.
■ Para esta preparación hay que pelarlos muy bien ya que, cuando llevan poco tiempo recolectados, además de la piel seca exterior, pueden llevar debajo de la misma otra pielecita mucho más fina que también hay que eliminar.
■ A veces estos ajos pueden aparecer de un color ligeramente verdoso, pero tranquilizaros porque no resultan tóxicos.
El ajo es rico en un compuesto de azufre llamado alicina, responsable no solo de su fuerte olor sino también de todos los beneficios que aporta a nuestra salud.
Aunque no hay unanimidad, parece ser que este color se produce cuando las enzimas y los aminoácidos presentes en el ajo reaccionan con los compuestos de azufre del mismo, concretamente con la alicina.
Esta reacción química provocaría unas moléculas llamadas pirroles y estos, al igual que la clorofila, son perfectamente seguros para comer.
Otros hablan de que se trataría de una reacción química en la que el ajo en contacto con el ácido acético del vinagre adquiriría este color azul turquesa.
En cualquier caso la alicina, al ser volátil, desaparece con el calentamiento, así que si el blanqueo se prolonga 1 minuto más, la alicina desaparece y el color verdoso también.
A los que hayáis hecho mi receta de «Conejo al ajo cabañil», que está en el lote de mis 4 ebooks para la olla, os puede haber pasado alguna vez.
■ Aunque los ajos no tienen una gran cantidad de fibra, cuando se toman en una cierta cantidad, por ejemplo fritos, pueden producir muchos gases, a veces incluso con un olor fuerte y molesto.
Para evitarlo, masticarlos muy bien y despacito hasta transformarlos en puré fino en la boca. ¡Os aseguro que «funciona»!.
■ Si no se tiene un lugar seco y fresco para guardar los ajos, os aconsejo las bolsas de ajos para la nevera cuyos resultados son excelentes.