Mejores recipientes para conservar y congelar nuestros alimentos crudos o cocinados
1. Para almacenar en un hogar bien organizado alimentos crudos como lentejas, garbanzos, harina, azúcar… lo más primitivo, si hay poco espacio, es cerrar cada bolsa de papel con una pinza especial para ese uso.Naturalmente en estas bolsas los alimentos no se conservan igual de bien que en recipientes especiales, con buena tapa, que se guardan después en una despensa, si existe, o en un armario de la cocina.
Estos recipientes deben ser de diferente tamaño y forma porque usamos menos sal, por ejemplo que arroz, harina, azúcar…
La harina integral de calidad, adquirida en una panadería de «masa madre», debe guardarse siempre en la nevera, en su mismo paquete introducido en uno de estos recipientes.
Todos estos recipientes deben ser «transparentes» para que, a simple vista, veamos rápidamente su contenido sin necesidad de abrirlos. Cuanto más sencillos sean tanto mejor.
Para mayor comodidad e higiene, se puede meter en cada uno de ellos una «palita», como la de la foto, para servirse el producto que necesitemos sin tener que tocarlo con las manos.
Muchos prefieren que estos recipientes sean de cristal que, si se caen al suelo, nos montan un pifostio impresionante ya que algunas clases de cristal se rompen en diminutas partículas que se esparcen por todas partes.
Además suelen pesar ya mucho cuando están vacíos.
En mi opinión, los mejores son los de polietileno, que duran casi infinitos años, y no se tienen que fregar nunca si los tenéis en un armario de la cocina o en la despensa, salvo que los cojáis con las manos sucias.
Conozco a varias personas que han heredado estos recipientes de despensa de sus madres y están encantadas pues están como recién estrenados.
2. Para conservar alimentos cocinados todavía muchos hablan de fiambreras o tarteras, que hasta el nombre suena a arcaico.
Para conservar bien estos alimentos cocinados los requisitos son mucho mayores y hay un surtido casi infinito. Deben ser de polietileno, semi rígido y pueden ser redondos, ovalados, alargados… y siempre herméticos.
No solo deben llevar grabados los signos internacionales de una copa y un tenedor, que los acredita como aptos para volcar en ellos alimentos cocinados, sino que deben ser también herméticos para que en su interior quede la menor cantidad de aire posible, que es el que todo lo estropea ya que la mayoría de nuestras bacterias son aerobias, es decir que necesitan el aire para crecer y multiplicarse.
Pero, ¡¡¡¡ ojito!!!! mucho cuidado porque aunque en su fondo exterior ponga que son»aptos para microondas», en principio ninguno lo es, ni siquiera los cristal flash que una determinada marca sacó, hace ya unos años, especialmente para calentar alimentos cocinados en el microondas, destapando la «ventanita» que llevan adosada.
¡¡Independientemente de que os aseguren que no tienen pfatalatos o bisphenol A!!
Si tenéis que llevaros a la oficina la comida elaborada en casa, que incluso ha estado congelada en un recipiente como estos cristal flash, a la hora de calentarla en el microondas, es preferible volcar su contenido en un recipiente de vidrio con tapa, vidrio que lleva usándose toda la vida y sabemos cómo se comporta.
Si no hubiera más remedio que utilizar estos recipientes cristal flash, usar siempre una potencia muy baja de microondas, aunque se tarde más, y cuantas menos veces los uséis mucho mejor.
Está demostrado científicamente que los recipientes de plástico no deben usarse nunca en el microondas.
Probé, hace ya varios años, aunque compruebo que se siguen comercializando, los recipientes de cristal WMF, con una válvula para hacer, «en teoría», el vacío en su interior.
Si se llenaban casi hasta arriba, para que en su interior quedara la menor cantidad de aire posible, la válvula de color oscuro, ahora azul, y antes negra, no servía para nada en absoluto porque no tenía capacidad suficiente de «succión».
Estos tuppers, para conservar alimentos cocinados en el congelador, sí sirven, ya que en el congelador toda la actividad bacteriana se paraliza, y no importa que haya aire o no.
Pero para conservar bien alimentos cocinados durante varios días en la nevera no son recomendables, a no ser que se vayan a usar al día siguiente.
En la actualidad, ciertos periódicos, para vender más, están promocionando o «regalando» recipientes de vidrio con borosilicato que, además, anuncian como «de extrema resistencia» y los que conservan mejor y por más tiempo.
¿Por qué? Porque lo dicen ellos!!!
¿Quién ha hecho algún estudio documentado que demuestre esta afirmación?
Con estos pasa lo mismo que con los de WMF, no se puede hacer el vacío en su interior, ni bien ni mal.
Sirven para el congelador, dejando un pequeño espacio libre para la dilatación, pero para la nevera su contenido se puede estropear en muy poco tiempo.
Todos, o casi todos, estamos deseando que salga algún sustituto del plástico que sea totalmente biodegradable, pero mientras tanto los mejores recipientes para conservar en la nevera son los que os he puesto al principio:
♦ Fabricados con un material semi rígido en el que se pueda hacer manualmente el vacío.
♦ Mejor redondos u ovalados y de buena calidad.
Los pasos a seguir son los siguientes:
♦ Volcar el contenido del guiso casi hirviendo en uno de estos tuppers, Por eso su calidad debe ser buena, para que aguanten los casi 100ºC de temperatura.
♦ Llenarlos hasta arriba sin que se salgan.
♦ Taparlos inmediatamente después.
♦ A continuación levantar un poquito la tapa con cuidado para expulsar el poquito de aire que pueda quedar en su interior, con lo que estaremos haciendo una especie de vacío manual.
♦ Taparlo inmediatamente.
♦ Enfriarlo lo más rápidamente posible. Si es verano y hace mucho calor se puede acelerar este enfriamiento colocándolo en la pila con agua y cubitos de hielo.
♦ En cuanto esté a temperatura ambiente, guardarlo en la nevera que debe estar entre los 2-4ºC .
Cuando esté frío veremos que su tapa se ha quedado cóncava, precisamente por el vacío que hemos conseguido en su interior.
♦ Os durará muchos días siempre que no los abráis. Por eso es muy importante etiquetarlos para saber su contenido sin necesidad de abrirlos.
El inconveniente que presentan algunos de estos recipientes, de marca conocida de polietileno, para conservar y congelar, que se fabricaban hace unos años, es que si no se lavan en el lavavajillas, se quedan pegajosos y conservan a veces mucho olor del producto que han contenido anteriormente, !se haga lo que se haga!
Si con un uso continuado se quedan coloreados, por ejemplo después de haber contenido remolachas cocidas o salsa de tomate casera, hay un truquito que va muy bien, aunque muchos puede que se escandalicen.
Consiste en volcar en una jarrita de vidrio 1/4 de litro de agua y otro 1/4 de lejía pura normal.
Meterla en el microondas hasta que hierva, y cuando lo haga, volcar esta mezcla en el tupper coloreado que, inmediatamente, recobrará su color primitivo.
Aclararlo después con agua y lavarlo a mano con agua caliente y un lavajillas manual, o meterlo en el lavaplatos para que se vuelva a lavar y el olor a lejía desaparezca.
¿Sabíais que la lámina de plástico que muchos usan en la cocina para envolver alimentos, tanto en la nevera como en el congelador, no es impermeable del todo ya que su espesor o micraje no es el suficiente, y no debería usarse para estos usos?
Tampoco debe usarse en el microondas para tapar recipientes que no tienen tapa porque podría haber migración de partículas de su composición hacia el alimento que cubren.
Muchos dicen que se funde en el microondas, pero no es cierto en absoluto.
Después de usarlo tan solo una vez, se queda totalmente arrugado… porque no sirve para este uso.
¿Y que pasa con este mismo film de plástico que los cocineros usan para elaborar huevos escalfados dentro de un cacito con agua que hierve?
Pues que este plastifilm tampoco está testado para ese uso y tampoco debería utilizarse, aunque se ve diariamente.