Microondas, por qué se compra hoy
En una gran mayoría de casos el microondas se compra un poco como “adorno”, porque no se concibe una cocina moderna sin él, aunque la mayoría de las personas no lo vaya a usar, no sepa para qué sirve ni cómo utilizarlo, o lo use después incorrectamente.
Pero está presente en todas las cocinas, en casi todos los continentes y hasta en los pueblecitos más pequeños.
Todos los montadores de cocinas aconsejan, además, su colocación empotrado “en columna”, encima del horno, porque hace más “mono”, aunque ellos mismos tampoco conocen sus múltiples usos.
De hecho, lo primero que deberían hacer es documentarse y preguntar al futuro usuario qué uso le va a dar.
Si éste ya ha tenido uno y lo usa, nunca lo querrá colocar en alto sino en la encimera.
Aunque haga estéticamente más feo es mucho más cómodo y productivo tenerlo al alcance de las manos.
Además ya vimos que colocado empotrado, en columna, acorta su vida considerablemente.
Si preguntáis en una de esas grandes superficies especializadas en electrodomésticos, o en unos grandes almacenes qué es un microondas, os pueden decir con mucha probabilidad de todo, hasta que es un “como un horno tradicional” pero más rápido.
Y como ahora casi todos, aunque sean muy baratitos, llevan un grill incorporado que sirve, como ya vimos para muy poco, os afirmarán que también sirve para “gratinar” y si seguís preguntando “¿cómo qué? os contarán que un plato de macarrones, una lasaña, “dorar lo que queráis” e incluso para hacer un filete, algo inconcebible….
¡Y se quedarán tan frescos!
Muchos piensan efectivamente que es un horno rápido, más pequeño a la vista que uno tradicional, cuando de horno solo tiene su apariencia, es decir su aspecto físico, nada más.
Por ello en todos mis libros en papel, en mis ebooks, en el blog y en tantas y tantas conferencias que he dado a lo largo de los años y sigo dando, nunca hablo de horno microondas, precisamente para no equivocar y que haya posibles confusiones, sino de microondas a secas.
El otro día, mientras estaba conduciendo, en la radio hablaban precisamente de los microondas, y entre los contertulios, tan solo uno supo explicar, y solo muy por encima, qué era un microondas.
Ni siquiera el conductor del programa aportó ningún dato, señal de que si lo tiene, y es probable que así sea, no lo use para nada.
Como se trataba de que llamaran los «escuchantes», todos sin excepción hablaron de temperatura máxima, cuando en ningún microondas se puede hablar de temperatura, que suele rondar los 100º, salvo en el caso del aceite o del azúcar cuando lo elaboramos para obtener caramelo, demostrando así que sabían muy poquito de los mismos.
En cualquier microondas solo se puede hablar de potencias ver enlace, y como es natural, éstas se especifican en vatios y no en grados.
Un microondas es el sistema más revolucionario de cocción, desde que se inventó la olla exprés, pero no asa, cuece.
Si se ignora cómo funciona un microondas, cómo son “sus tripas” y para qué sirve realmente, difícilmente se obtendrán buenos resultados.
Como ya se vendieron los primeros, allá por los años 80, equivocando al consumidor, y se sigue haciendo en la actualidad, la gente, con toda la razón del mundo, acaba diciendo “no me gusta el microondas”, cuando debería afirmar “no sé usarlo”, algo que sucede con otras muchas Técnicas Culinarias Modernas que necesitan, todas ellas de un aprendizaje previo.
De lo contrario, con todas ellas, se pueden conseguir verdaderas «bazofias«.
¿Hay que usarlo por rapidez, para sustituir a la comida rápida llamada también “ comida basura” o «comida chatarra»?
Las personas que tienen pocos conocimientos sobre los microondas, o ninguno, piensan que un aparato de éstos es una alternativa a la “comida rápida”, llamada también «comida basura», con toda la connotación negativa que llevan estas dos palabras, ¡y nada más lejos de la realidad!
Lo que pasa es que no saben ni siquiera qué son estas ondas electromagnéticas que se producen dentro de estos pequeños electrodomésticos, ni cómo funcionan, ni lo que hacen o producen.
Si buscáis información sobre los mismos en las numerosas páginas de Internet que existen, os vais a encontrar de todo, y malo.
Os aparecerá de inmediato la web de la OCU, Organización de Consumidores y Usuarios, con la que normalmente no suelo estar nunca de acuerdo porque hablan de demasiados temas sobre los que no están suficientemente documentados.
En el caso que nos ocupa os darán una información errónea.
¿Por qué?
Porque lo primero que os encontraréis al abrir su web será con el interior de un aparato en el que aparece un bol hondo grande casi lleno de guisantes y destapado, o sea que ya empezamos mal.
¿Por qué?
Porque aparecen 3 errores mayúsculos.
1. El recipiente es muy profundo y con poca superficie, cuando debe ser al revés.
En ningún microondas hay que usar recipientes profundos, como es el caso del bol, sino recipientes planitos y con el mayor diámetro posible, es decir con mucha superficie útil, mucho más grande que la que tiene el bol, ya que las ondas electromagnéticas que se producen en el interior de estos aparatos, generadas por el magnetrón que es como su “corazón” y el que transforma la energía eléctrica que le llega por la red en energía electromagnética, solo penetran 2 o 3 centímetros de profundidad o espesor, y es obvio que en el bol hay muchos más.
Ya sabéis que en la mayoría de los utensilios que usamos en la cocina, la olla superrápida por ejemplo, cuanto mayor sea su superficie útil, mejor trabajaremos, y en el caso de las microondas no solo las ondas penetrarán mejor sino que se repartirán también mejor.
2. El recipiente debe taparse siempre, y el bol aparece destapado.
Estas ondas electromagnéticas llamadas «microondas» por su pequeña longitud de onda, atraen hacia el exterior, queramos o no, las moléculas de agua de cualquier alimento, es decir que una parte del agua interior que todos los alimentos tienen en su composición, y que es lo que se denomina “agua de constitución”, se nos escapará y el alimento se resecará.
Esta evaporación continua es de 12 gramos de agua por minuto, es decir 60 gramos en 5 minutos, más de 1/2 decilitro, que es una cantidad considerable.
Por ello muchas personas alegan que “el microondas reseca”, y claro que lo hace si no se sabe usar correctamente.
Un buen recipiente con su tapa correspondiente es por tanto imprescindible en la cocina con microondas.
Podría ser algo lo más parecido a esto, que era tan bueno que decidieron no volverlo a fabricar.
También valdría algo así, aunque con menos diámetro, pero si alguien encuentra algo mejor, por favor que nos lo cuente.
La mayoría de las personas tapan para evitar salpicaduras, pero el motivo principal es evitar esta resecación que dificulta la cocción.
Os recuerdo, porque parece ser que casi nadie lo sabe, que en ningún microondas se debe cocinar con recipientes de plástico, aunque pongan «aptos para microondas», ni tapar con lámina de plástico transparente. No especifican por ningún sitio si tienen ftalatos o BPA.
Los más seguros y cómodos son los de vidrio, ya que al ser transparentes nos dejan ver lo que está pasando en su interior.
3. Por último, han escogido como documento gráfico para cocinar los guisantes, que no son verdaderas verduras, sino leguminosas o legumbres disfrazadas de verduras y éstos, junto con las habas, que son como sus primos hermanos, tienen una gran cantidad de fibra que no se ablanda suficientemente en el microondas, ni siquiera los congelados.
Por esta cantidad respetable de fibra insoluble, se cocinan mal en un microondas, frente al resto de verduras que lo hace muy bien.
No se quedan nunca lo suficientemente blandos, siempre demasiado al dente.
Algo parecido sucede con las judías verdes, aunque estas sí son ya verduras, tanto las tradicionales anchas, como las finitas y con las coles de Bruselas.
Otras webs, para daros “pistas” y “pretender “ayudaros en la elección, enumeran, por orden, las condiciones que ellos consideran más importantes en las que os debéis fijar a la hora de comprar un microondas, como por ejemplo, dónde vais a ponerlo, si lo vais a encastrar o va a estar independiente encima de la encimera, sus medidas, su tamaño externo e interno, el gasto de energía, el tiempo de cocción que necesitáis, el gasto, vuestro presupuesto… y otras “chuminadas” más cómo si queréis realizar repostería…, demostrando también así su ignorancia total y absoluta sobre el tema.
Lo primero que deberéis plantearos al adquirir un microondas es saber realmente para qué sirve y para qué lo usan las personas inteligentes que conocen, tan solo un poquito, estas técnicas culinarias modernas.
No os fiéis de lo que os digan los de vuestro alrededor, porque os dirán de todo, y mucho menos de los que tienen algún interés en que lo adquiráis.
Nuestro ilustre economista Leopoldo Abadía afirmaba: “Hagas lo que hagas, hazlo sabiendo lo que haces, no hagas caso de lo que digan, y si no entiendes algo consulta a quién sepa de verdad y no a un charlatán. Un consumidor inteligente no se deja llevar por el criterio de la persona que le va a vender el producto”.
En mi blog vais a encontrar amplia información, veraz y fidedigna sobre los mismos con tan solo teclear en mi Buscador, arriba a la derecha, la palabra microondas y mucha más en las primeras páginas de mi ebook.
Os quedaréis gratamente sorprendidos pues nunca sospechasteis la cantidad de preparaciones que se pueden y deben hacer con ellos, no solo con calidad gastronómica, sino lo más importante con calidad nutricional.
¡Y lo que os va a facilitar la vida!
Se admiten sugerencias de “preparaciones “que habéis hecho siempre en un cacito y que ni se os hubiera ocurrido elaborar en el microondas.
Sabiéndolo usar, el ahorro de tiempo es tan considerable que se puede aprovechar para aprender a comer, a cocinar, a hacer ejercicio… algo para lo que no se «tiene tiempo» simplemente porque no se quiere.
Desde que adquirí mi primer microondas, cuando aparecieron los primeros que se comercializaron en España, empecé a “jugar” con él ya que entonces no había recetario, ni bueno ni malo, ninguno.
Así que rápidamente eliminé de mi cocina todos los trastos ya inservibles, como cazos, cacitos y cacerolitas…
Con 1 o 2 ollas superrápidas de calidad, 1 sartén antiadherente para cuajar tortillas y 1 recipiente de vidrio, como los que os he indicado anteriormente, tendréis vuestra cocina maravillosamente equipada, sin utensilios inútiles, siempre que vuestro microondas tenga una potencia suficiente, de 700 u 800 vatios que es lo más importante para poder cocinar.
Pero mucho cuidado a la hora de calentar comida ya cocinada, ya que nunca se debe hacer a más de 300 o 350 vatios de potencia.
Los que quieren correr y que caliente muy deprisa estropearán sus platos, y ya no se tratará de «comida regenerada», como dicen los franceses, sino de «comida recalentada», nada que ver con la anterior.
Si se calienta mal tan solo 1 vaso de leche, es decir a demasiada potencia o demasiado tiempo, puede suceder que toda la leche se salga y «crucifiquen» el aparato para siempre.
Si queréis «rizar el rizo» y elaborar pasteles de carne o de verduras, que salen estupendos, os vendrán bien:
♦ 1 molde de plumcake que podéis encontrarlo de la marca brasileña Marinex en los grandes bazares.
♦ 1 jarrita de ½ litro de capacidad para calentar cualquier líquido, hacer infusiones, caramelo liquido para guardar… que también hallaréis en estos grandes bazares.
♦ Y 1 molde de rosca o anillo si queréis hacer flanes o puddings, todos ellos en vidrio.
♦ Si tenéis un cuenco grande y profundo tipo ensaladera, podréis elaborar bechamel, natillas, y cremas de tartas riquísimas…, sin grumos y en un momento. En estos casos no debemos tapar, sino remover de vez en cuando.
Frente a los que todavía hablan de radiaciones, de cáncer y demás falacias, otro día os hablaré dónde se encuentran situadas estas microondas dentro del espectro electromagnético, así como las de la radio, las de la televisión, todas ellas no ionizantes, y lejos de las que verdaderamente lo son, como los rayos X o los gamma.
¡Los más escépticos, que abran el enlace para convencerse!
No hay mejor «estudio científico»que este para demostrar el por qué no son radiaciones ionizantes.