Hace unos años para saber el grado de sobrepeso u obesidad que tenía una persona, es decir vulgarmente los kilos que le sobraban, se acudía a calcular su Índice de Quetelet o IMC. Pinchando en este enlace cada uno de vosotros podréis calcular el vuestro con toda facilidad.
Pero en la actualidad se le da mucha más importancia al perímetro abdominal, que se mide con una cinta métrica blandita, como las que se usan en costura, es decir no rígida, pasándola por el ombligo.
Podéis verlo en esta foto.
Se ha comprobado que en esta zona es dónde los adipocitos o células que acumulan grasa tienen mayor cantidad de grasa blanca, mucho más peligrosa que la grasa parda.
Además es precisamente en esta zona del abdomen dónde se encuentran una cantidad importante de órganos imprescindibles de nuestro organismo como el estómago, el páncreas, el hígado, el bazo, la vesícula… Por ello se le llama grasa abdominal o visceral.
En una gran mayoría de casos esta grasa es la que predomina, tanto en hombres como mujeres, debida en gran medida a la alimentación tan procesada que se tiene.
Aunque las cifras difieren algo entre unas y otras, yo me quedo con las que aconseja nuestro ilustre cardiólogo español Valentín Fuster que dirige el Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, entre otros múltiples organismos.
Considera como peligrosas cifras de
♦ Más de 80 centímetros en las mujeres
♦ Y más de 100 en los hombres
Todos los que tengan estas cifras o las sobrepasen ya saben que están en una zona de riesgo y deberían tomar medidas para comer de manera saludable, en las cantidades recomendables y no ser sedentarios, es decir hacer algún tipo de ejercicio, en definitiva moverse.
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