Más de la mitad de los españoles mayores de 25 años tiene el colesterol elevado, concretamente el 56,1%, y como es una enfermedad que, en principio, no da síntomas, lo mismo que la hipertensión, o la diabetes tipo 2, sólo la mitad de estas personas sabe que lo tiene.
Todas las que tienen un sobrepeso importante, o una obesidad abdominal notable, por muy bien que se encuentren, deberían realizarse una analítica completa para detectar cualquiera de estas anomalías.
Ya sabéis que en la actualidad se le está dando más importancia a este perímetro abdominal que al Índice de Masa Corporal o IMC en sí, porque se ha comprobado que esta grasa alrededor del abdomen suele estar compuesta de lo que se denomina “grasa blanca” que es mucho peor que la «grasa parda», y hoy se puede saber qué cantidad hay de una y de otra.
Ya os hablaré en otro post de estas dos clases de grasa de las que últimamente se saben muchas curiosidades.
Muchas personas que no tienen un exceso de peso pueden tener también cifras muy elevadas de esta medida abdominal, más de 80 centímetros en las mujeres y más de 90 en los hombres.
Pero hay personas, pocas, a las que sencillamente a simple vista se les puede detectar un aumento de colesterol, que siempre habrá que corroborar después con un análisis de sangre.
¿Cómo?
Pues porque debajo de los ojos, siempre de manera bilateral, es decir en ambos lados por igual, sobre todo debajo del párpado inferior, en el mismo sitio donde a veces se producen ojeras o bolsas, aparecen unas pequeñas manchas que pueden llegar a ser como unos “cordones” prominentes blanco-amarillentos que son acúmulos más o menos extensos de colesterol.
A estos pequeños depósitos se les llama xantelasmas palpebrales, y son tan reconocibles que, si los veis tan solo una vez, los detectareis enseguida.
Si os aparecen, yo os aconsejaría que fuerais rápidamente al médico para que mediante un análisis pueda afirmar si se trata de un nivel elevado de este lípido en sangre.
Si se cogen a tiempo y, con el consiguiente tratamiento y medidas higiénicas sanas, como alimentación equilibrada y ejercicio, se pueden bajar estas cifras bastante rápidamente.
Y, si al mismo tiempo que se toman alimentos grasos como embutidos, y solo de vez en cuando, se acompañan de alimentos con fibra, pan integral o pan de cinco cereales que tiene más fibra en lugar de pan blanco, la absorción de este colesterol será menor.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud, OMS es la de tomar, por lo menos, 6 gramos de fibra diaria, y muchos no alcanzan ni la mitad.
Os recuerdo que solo el 25% del colesterol que tenemos se debe a la alimentación, el resto lo fabrica nuestro propio organismo.
Si se deja pasar tiempo, y estos depósitos de grasa permanecen «instalados» durante semanas, aparte del consiguiente peligro de sufrir una enfermedad cardiovascular por este colesterol elevado, su solución estética no es fácil.
Si la extensión de la lesión no es muy grande, no está localizada en el canto interno del ojo y hay suficiente piel en el párpado para cerrar con seguridad, se puede extirpar mediante cirugía, quedando prácticamente invisibles las cicatrices.
Si la lesión está situada en una zona técnicamente imposible de llegar hasta ella, habitualmente en el canto interno del párpado, y no hay suficiente piel de reserva porque es muy grande, la cirugía puede ser no posible y hay que fulgurar la lesión mediante bisturí eléctrico o láser, siendo en este caso el aspecto estético impredecible.
Si se confirma esta imposibilidad de acceder y de todas maneras se quiere solucionar el problema, el caso debe ser valorado por un cirujano plástico.
Como podéis comprobar siempre es mejor la prevención y hacerse analíticas completas a partir de los 40 años, y mucho antes si ya existen kilos de más.
La intervención quirúrgica no deja de ser una operación con sus consiguientes posibles riesgos.