Pues parece ser que no y que depende del grado de cocción que haya sufrido.
■ Toda la pasta tiene que resultar al dente, es decir ofrecer una cierta resistencia en su interior al querer mascarla.
Al estar cocida de esta manera las moléculas del almidón que contiene no se “desestructuran” y se va asimilando lentamente, liberando la energía poco a poco y de manera prolongada.
Se comporta entonces como un hidrato de carbono de absorción lenta, no crea picos de glucosa, al revés es cuando tiene un índice glucémico más bajo y engorda menos que si se cuece mucho.
Este mismo efecto lo produce la fibra de los alimentos que ralentiza la digestión y por tanto la absorción, por ello se aconseja acompañar los alimentos ricos en colesterol, como los embutidos… con alimentos ricos en fibra como el pan integral o de 5 cereales.
■ La pasta muy cocida se asimila más rápidamente, pasa a ser un hidrato de carbono de absorción rápida, con un índice glucémico alto y por tanto engorda más.
Algo parecido sucede con el arroz de cocción rápida que en el proceso tecnológico de fabricación sufre también una perturbación en la “estructura” de sus glúcidos y se aleja de la familia de los hidratos de carbono de absorción lenta para acercarse a los de absorción rápida.
■ Los italianos, maestros de la pasta, recomiendan cocerla sea de la clase que sea en abundante agua, 1 litro por cada 100 g, y únicamente el tiempo que indica el fabricante.
Cuando el agua rompa a hervir y no antes añadir 10 g de sal por cada litro, nada más, remover para que se disuelva y agregarla.
Las burbujas abundantes o turbulencias que forma tanta cantidad de agua durante esta ebullición, que debe ser suave, son más que suficientes para que la pasta no se pegue entre sí.
Añadir algo de aceite al agua de cocción, como a veces se sigue recomendando, afirman es un gran error.
■ Solo debe refrescarse después con agua fría cuando se vaya a tomar en ensalada ya que ellos dicen que la pasta queda empapada en agua, por mucho que se escurra, pierde parte de su gusto original y rechaza y se mezcla peor con los condimentos de las salsas con las que se va a servir.
Además parece que también se digiere peor al rechazar parte de los jugos digestivos del estómago.
Por ello hay que cocerla en el último instante, con la salsa ya preparada con antelación, sea la que sea, tomate, boloñesa, pesto, … y en el momento en que la pasta termina de cocer, escurrirla, añadírsela, mezclarla bien y servirla, sin calentarla de nuevo ni enfriarla.
■ Si se quiere colorear esta pasta de una manera casera, basta cocerla con el agua verde que sueltan las espinacas al cocer, o con la violeta de las remolachas o de la col lombarda.
Y si se va a servir en ensalada, acompañada de pescado o marisco, se puede cocer en caldo de pescado para que tenga más sabor.
■ Los espaguetis largos, para cocerlos sin romperlos, hay que meterlos todos juntos por un extremo en el agua hirviendo y a medida que se van ablandando se van sumergiendo más en la cacerola hasta que los introducimos del todo.