Hay 2 elementos fundamentales a la hora de recoger la cocina ganando en tiempo, eficacia y sobre todo en productividad.
1. Uno es el rollo de papel absorbente cocina que debe estar ya colocado de una manera cómoda en un soporte independiente y portátil, como el de la foto, o en este otro que es el mío, para poder coger el papel incluso con las manos sucias pero sin manchar nada, ni siquiera dicho soporte.
Poniendo el codo, que está limpio, en la bolita de arriba del soporte, el papel se os va a desenroscar solo sin necesidad de tocarlo.
Muchas veces solo tenemos que coger el teléfono, y con limpiarnos las manos con este papel ya es suficiente.
No me negaréis que es más cómodo que éste otro que quizás haga más “mono” en la cocina, pero que, al estar anclado en la pared tenéis que desplazaros de vuestra zona de trabajo e ir vosotros a buscarlo.
En la cocina, lo mismo que en otros muchos temas, además de la estética y por encima de ella tiene que primar la eficacia y la productividad.
Si este soporte es portátil, debéis colocarlo siempre lo más cerca posible de donde estéis trabajando en ese momento, para tenerlo muy a mano.
Hay múltiples operaciones que vamos a hacer con él, secar pescado después de lavarlo, secar también carnes y aves que no necesitan lavado pero si un secado antes de cocinarlos o de congelarlos, recoger algo que se os ha caído al suelo, en la encimera, o incluso en la nevera como 1 huevo, aceite, salsa…. , antes de echar mano de una bayeta o de un paño.
Aunque con este papel solo se pueda recoger lo más «gordo», mancharemos después bastante menos las bayetas que siempre deben existir tanto en la cocina como en el baño.
Este papel, colocado en varias capas en una fuente de servir, también es muy útil para empapar fritos sacados de un baño de aceite con espumadera de alambre, también llamada de rejilla, no de agujeros que sacan también más aceite y que son las únicas que se ven en programas de cocina y YouTubes.
¿Por qué hay tanta gente inamovible que sigue usando siempre lo mismo, aunque no sea lo ideal?
Lo que es una porquería, que además Sanidad tiene prohibido desde hace ya muchos años, es limpiarse las manos en un paño, que todavía muchos profesionales llevan colgado de la cintura, junto con el delantal.
Se ha demostrado que estos trapos, aunque se cambien a diario, contienen miles de gérmenes que se van a mantener allí hasta que se laven, y siempre que se haga en la lavadora en un ciclo largo y con agua caliente.
Por supuesto que, independientemente de esta medida de emergencia del papel absorbente, en la cocina continuamente hay que estar lavándose las manos con agua y jabón.
Con agua sola como hacen también muchos no basta, tiene que estar presente también el jabón, o un gel de manos, que son desinfectantes.
Ya os hablé en su día de los dosificadores o dispensadores de jabón líquido que hay para este uso y que, en caso de apuro, también podían accionarse con el codo que siempre está limpio.
2. El segundo elemento también imprescindible y que debe ser de una clase determinada es la bayeta de cocina, que podría ser también una de éstas, o de éstas, o de éstas otras que se pueden adquirir ya cortadas o en rollo para cortarlas a la medida que a cada uno le interese.
Ya os expliqué también para que servían estos trozos grandes.
Si vivís en el campo o lejos de los buenos puntos de venta de las frutas, sobre todo de verano, no sabéis lo útiles que resultan.
¡Las frutas os pueden durar más de una semana en perfecto estado!
Personalmente prefiero siempre las de color amarillo y sin letras en toda su superficie porque parecen todavía más limpias.
Las 3 marcas más conocidas son Vileda, Ballerina Spontex…y posiblemente hoy sean todas del mismo fabricante.
Como observaréis en los enlaces que os he puesto las hay de muchos tipos, con nombres rimbombantes.
Pero dejaros de «chuminadas modernas» que solo sirven para que gastéis y consumáis más, comprar las de fibra de toda la vida… que siguen siendo las mejores por mucho que se empeñen en ofrecernos «tropecientas mil».
Los rollos que se adquieren en Makro, o por lo menos los que se adquirían, suelen ser de muy buena calidad.
Por supuesto que cada vez que las uséis, para pasarlas por la encimera o para recoger algo después del papel, hay que aclararlas siempre con agua caliente.
Y cuando terminéis de recoger toda la cocina también.
Si las usáis después de haber limpiado la mayor cantidad de suciedad con papel, solo con aclararlas será suficiente.
Los que se quejan de que huelen mal, es porque no las aclaran y porque recogen directamente con ellas toda la basura que puede existir en una cocina, sin usar antes el papel.
Y aunque parezca que están limpias, yo os aconsejaría que cada vez que hagáis una colada con ropa clara y en caliente, por lo menos a 40º, y con un ciclo largo las metáis.
Si hacéis siempre todo esto que os cuento, con el uso se terminarán gastando, empezarán a agujerearse y tendréis que reponerlas, pero seguirán estando siempre amarillas y resplandecientes, como nuevas.
Muchos jóvenes que ponen lavadoras a diario, con ciclos cortos y en frío, las meten también a diario y acaban por ponerse feas, grisáceas y como viejas, perdiendo su bonito color amarillo.
Es muy importante dejarlas secar de un uso a otro porque, de lo contrario, aunque estén limpias, olerán a humedad y este olor tan desagradable es difícil de eliminar después.
Escurrirlas fuertemente con las manos cuando terminéis de usarlas, y colocarlas extendidas en el armario de debajo del fregadero encima de los productos de limpieza por ejemplo para que se sequen lo más rápidamente posible.
Si las dobláis, aunque estén muy escurridas, y las ponéis junto al estropajo, también olerán mal.
Yo os quería haber hablado hoy de como limpiar la vitrocerámica en un «pis pas» y sin complicarse, porque hay que ver la cantidad de «tonterías» que se pueden ver y escuchar sobre las mismas, pero como necesitabais antes estas dos «herramientas», lo dejaremos para el próximo día.