Muchos pensarán que vaya estupidez, que no hay que organizarse para poner una lavadora a funcionar, y claro que hay que hacerlo, primero para perder menos tiempo y luego para que el resultado sea mejor.
1. Si se tiene sitio en casa, lo mejor es tener un «cesto» más o menos grande, dependiendo de cómo sea la familia, para ir colocando la ropa sucia a medida que nos la quitamos y la almacenamos para lavarla después.
Hay muchos accesorios para ir acumulando esta ropa, más o menos grandes dependiendo del espacio disponible, aunque no todos son realmente eficaces, ya que algunos sirven para más cosas como éste, que es transportable al llevar ruedas, además taburete y sirve para el cuarto de baño.
Pero los hay mucho más sencillos, todos blancos, sin «floripondios» ni cretonas o tapicerías.
2. Si no se tiene sitio, se puede almacenar la ropa sucia en la propia lavadora tal como nos la quitamos, aunque habrá que clasificarla después, antes de ponerla a funcionar.
3. Prepararse el detergente que estéis acostumbrados a utilizar.
No os aconsejo ninguna marca blanca, porque en estos casos, lo barato suele resultar carísimo.
A la larga, y no muy a la larga, si el detergente no es bueno la ropa se os irá oscureciendo, se pondrá lacia y grisácea, con aspecto de vieja y tendréis que renovarla, algo que es mucho más caro que utilizar un buen detergente.
4. Se puede y se debe usar el mismo detergente bueno buenísimo para toda la ropa, en lugar de tener 3 o 4 como la publicidad engañosa también aconseja.
Con un buen detergente para toda la ropa de la lavadora, y otro por si laváis algo delicado a mano, es más que suficiente.
5. Salvo que la ropa esté muy sucia, por el trabajo que realizan ciertos profesionales, no hay que hacer un prelavado y nunca pongáis suavizante, aunque el eslogan, por cierto muy bueno, de “mamá las toallas rascan” siga vigente.
Cada vez más médicos desaconsejan su uso porque todos los suavizantes tienen demasiados alergenos. No hay más que ver cómo se pone el cajetín de dicho suavizante, a las pocas semanas, negro y lleno de moho, ¡por algo será!
Os ahorráis el suavizante en detrimento de un buen detergente.
También la mayoría de vosotros, y lo sé porque hasta me habéis llamado por teléfono, tenéis varios detergentes, para ropa blanca, para ropa de color, para ropa delicada, para ropa que destiñe…
No os fieis de lo último que anuncian que es «más de lo mismo», más caro y nada milagroso, es consumismo puro, con uno bueno sobra, es “universal”.
(Por si no os interesa a todos, al final del post os he puesto un hecho verídico sobre los suavizantes.)
6. Los que tenéis niños sabéis que se manchan continuamente y que llegan del cole muchas veces con lamparones.
Si no necesitáis poner la lavadora a diario, es aconsejable quitar esas manchas, aunque sean “misteriosas”, el mismo día que las descubrís.
Frotáis únicamente la mancha con un poquito de agua y del mismo detergente universal hasta que desaparezca, aunque el resto de la prenda siga sucio.
Tendréis que dejar que esta mancha, ya desaparecida o muy disimulada, se seque completamente, antes de guardar la prenda hasta el día que toque meterla en la máquina para que no huela a humedad.
Hay productos especiales que he probado, que hacen esto mismo, quitar las manchas, pero consigo los mismos efectos. Como he simplificado mi vida, ya no los uso.
7. El día que hayáis acumulado suficiente ropa como para llenar la máquina, clasificarla, separando la blanca o de color claro, de la oscura o negra.
Esta ropa oscura no tiene por qué ser forzosamente negra.
Hay juegos de toallas de color granate, rojizo, fucsia, azulón, ocre…, con diferentes intensidades de color, que es preferible no lavar en agua caliente para que no vayan perdiendo colorido.
Es verdad que la “moda” estos años atrás creaba estas toallas en colores cada vez más claros, pero ya sabéis que las “modas” pueden estar reñidas con la simplificación de nuestras vidas.
Se ensuciaban rápidamente, había que lavarlas muy a menudo, se estropeaban antes y había que renovarlas…, que es quizás lo que se pretendía. Ahora vuelven en colores más intensos.
8. Aunque las lavadoras actuales tienen programas cortos de media carga, personalmente no me convencen, salvo que la ropa esté casi limpia.
9. Prefiero, si no tengo suficiente ropa blanca y de color como para poner 2 lavadoras, hacer dos lavados y un solo aclarado total. Me explico.
♦ Lavar primero en caliente, por lo menos a 40º, todo lo blanco o claro.
♦ Esperar a que la máquina tire el agua y se pueda abrir.
♦ Añadir encima las prendas oscuras con lo que la primera tanda se volverá a lavar, ahora en frío.
Pero los diferentes aclarados y el centrifugado serán únicos.
♦ Si hay entre esta ropa de color no solo toallas sino camisetas, vaqueros, pantalones gruesos, leotardos, leggins… negros o muy oscuros, conviene ponerlos del revés y meterlos dentro de las bolsas de las que ya os hablé, que deben tener diferentes tamaños. De lo contrario pueden soltar pelusillas que os oscurezcan la ropa clara.
♦ Si usáis sujetadores o bikinis con aro, cercioraros bien de que no tengan ningún agujerito o roto en su conjunto, aunque no se vea, por el que dicho aro pueda ser “succionado” durante el centrifugado y, por tanto, conviene meterlos también en una bolsa aparte.
Si esto sucediera, os aseguro que ya no lo olvidaréis nunca más porque el aro se enganchará a alguno de los orificios del tambor, y si no os dais cuenta a tiempo es muy probable que tengáis que llamar al técnico porque el aparato se os haya estropeado.
Junto a los sujetadores, en la misma bolsa, podéis meter los pantys finos de invierno y todo lo que sea muy delicado o pequeño.
♦ Si no quitasteis en su día las manchas, tendréis que hacerlo ahora como os expliqué anteriormente, de lo contrario es más que probable que salgan tal cual, con el agravante de que se habrán “fijado”, y en lavados posteriores ya no desaparecerán, como mucho se irán aclarando, pero siempre seguirán ahí.
♦ También conviene repasar los bolsillos, tanto de ropa de niños como de mayores, porque puede haber en ellos algo peligroso para el buen resultado del lavado, una simple moneda, y repasar los botones que puedan estar a punto de caerse.
Aunque las lavadoras modernas y no tan modernas ya no llevan filtro, no sé lo que pasaría si se sueltan.
♦ Lavar las prendas delicadas a mano y centrifugarlas después.
Aunque en la prenda diga que no hay que hacerlo, es mucho mejor quitarles el exceso de agua que tienen con un centrifugado suave o fuerte, y esponjarlas con la mano después.
A medida que la humedad residual se va evaporando, porque la prenda se va secando, puede ser necesario un esponjamiento o estiramiento posterior suave, con las manos, para que la prenda ni encoja, ni se vaya apelmazando, sobre todo si es de lana.
No os podéis ni imaginar los paseos a la tintorería que os evitaréis. Además, las modernas, porque de las antiguas quedan ya muy pocas, estropean y “ajan” la ropa.
Al que le guste que siga con ellas. Yo probé y como no me gustaron, llevo lo mínimo, chaquetas con forro de trajes de chaqueta cuyos pantalones, si puedo por la clase de tejido, también los lavo en la máquina.
Hasta los “plumas” auténticos se pueden lavar y hasta secar en la secadora siempre que se haga con precaución.
♦ Mucha gente joven, para llenar la lavadora, junta la ropa blanca o muy clarita con ropa oscura, y para que esta última no destiña ponen un programa en frío. Es la mejor manera de que esta ropa clarita, que debe lavarse en caliente, se vaya poniendo grisácea y como sucia.
♦ Es importante, organizándose bien, poder sacar la ropa recién terminado el proceso de centrifugado e ir estirándola con las manos antes de tenderla. Después de seca, estará menos arrugada y se doblará o planchará con mayor facilidad.
♦ Por último, si no tenéis secadora y la tendéis en el exterior, procurar que la ropa oscura o con mucho colorido no esté al sol, y si no tenéis más remedio, colgarla del revés y estar un poco atentos para recogerla en cuanto esté seca.
Para que la «ropa no rasque», si se seca en el exterior, recogerla en cuanto esté seca y no tiesa por haber pasado horas y horas fuera.
Si queréis recordar los 4 posts ya publicados sobre la ropa y la lavadora pinchad aquí, y aquí, y aquí, y finalmente aquí.
Comentario sobre los suavizantes.
«Estoy absolutamente desesperada con un tema que me preocupa muchísimo. El suavizante de la ropa de Mercadona provoca efectos nocivos en mi salud. Soy profesora y cuando mis alumnos lo usan me salen ronchas y úlceras en el interior de la boca, picores, mareos, náuseas, diarrea, confusión…
Resulta que algunos niños sensibles porque son diabéticos, epilépticos… se me han llegado a desmayar en plena clase. Comento el problema en mi entorno y son innumerables las personas a las que les ocurre lo mismo y lo han dejado de usar por diferentes causas.
Lo he comunicado al propio Mercadona, al Ministerio de Sanidad, a asociaciones, al defensor del pueblo… y nadie parece poder aportar una solución.
Sinceramente no puedo más, van a conseguir que deje de trabajar porque esto es un suplicio diario.
El médico me dice que tengo el sistema inmunológico “destrozado”.
Quisiera abrir un debate, que la gente se queje públicamente, que estamos en época de enfermedades ambientales en auge y a ver si alguien puede averiguar qué componentes de dicho suavizante está provocando estos efectos adversos tan serios y graves».