Cómo limpiar un microondas y cómo desodorizarlo
Si usáis vuestro microondas correctamente, es decir tapando siempre muy bien todo lo que cocinamos o calentamos, no se debería manchar nunca salvo cuando se fríen ajitos picados o fileteados, taquitos de jamón, pimientos de Padrón…
En estos casos si cuando termináis de freír pasáis a las paredes, techo y plato giratorio del aparato una bayeta o Spontex mojada en agua caliente y muy escurrida, secando todo después con un paño, os quedará de nuevo impoluto.
Pero si se os olvida realizar esta operación varias veces seguidas después de freír, las pequeñas partículas de grasa que han salpicado el interior del aparato absorben también microondas y se van fijando en las paredes, es como si se “fueran cociendo” una y otra vez, y cuesta más eliminarlas.
¡Y si lo habéis usado sin taparlo… puede estar realmente sucio! Estas chispas, motas o pegotones de comida también han «robado microondas» y se han ido incrustando.
Para eliminarlas, incluso para desodorizar el interior del microondas porque hemos cocinado algo con fuerte olor como unas morcillas, un escabeche… llenar hasta la mitad un vaso o una jarrita con agua y ½ limón cortado, con cáscara y todo y dejar cocer a potencia máxima este agua durante 2 o 3 minutos… o algo más si estaba muy sucio.
Este vapor de agua impregna todo el interior del aparato y ablanda todo lo que estaba pegado. Pasar ahora una spontex totalmente escurrida y secar a continuación.
El microondas vuelve a estar como nuevo… y desprende un olor muy agradable.
Si queréis cambiar de aroma, en lugar de hervir el trozo de limón, hervir clavos de olor, hojas de laurel, vinagre de manzana, de sidra algo rebajados con agua…
Como anécdota totalmente real de la época en la que empezaron a usarse estos aparatos, hace muchos años, se cuenta que una señora consultó cómo podía limpiar su microondas por dentro porque estaba muy sucio. Estas soluciones que le daban no la convencían pues ella insistía en que estaba sucísimo y que estas medidas no serían suficientes.
¿Sabéis lo que había pasado? Lavó su caniche chiquito y para secarlo no se le ocurrió otra cosa que meterlo en el microondas… y desde luego ¡¡¡ ”lo secó”, vaya que si lo secó!!!!
¡Y podéis suponer el estado del microondas!