La menopausia se presenta bien por edad, alrededor de los 50 años, porque es «precoz», por alguna enfermedad, por una operación ginecológica o por un tratamiento de quimioterapia.
Hay que tomar medidas rápidamente, desde el principio, máxime cuando se trata de una menopausia precoz o inducida, aunque no se tengan síntomas. De lo contrario se puede coger como media un mínimo de ½ kilo por mes… o ¡muchos más!
Habrá que tener especial cuidado:
1. Si ya sois normalmente mujeres «fuertotas», de constitución grande
2. Si cogisteis muchos kilos en vuestros embarazos, si es que los hubo
3. Si en vuestra familia hay varias personas obesas o diabéticas
Si se cumplen estos 3 puntos tenéis más probabilidades de coger peso en la menopausia.
Pedir consejo a vuestro médico desde el primer kilo porque al disminuir la fabricación de estrógenos, o desaparecer por completo, suele haber más apetito y ¡hasta el aire engorda!
Además, aunque se piensa que se hace el mismo ejercicio de antes, no suele ser así en la mayoría de los casos, y hay que incrementarlo.
Si se trata de una menopausia normal, es una época en la vida de la mujer en la que los hijos ya son mayores, a veces se han independizado, y aunque no lo hayan hecho, hay menos trabajo en casa y se toman las cosas con más tranquilidad.
Y si es «provocada» porque se ha sufrido cualquier tipo de enfermedad, como hay que cuidarse, se mueve uno menos. Por ello nunca hay que olvidar el ejercicio que ahora es más imprescindible que nunca.
Las menopausias inducidas o la que sucede de una manera natural suelen acarrear, en una gran mayoría de mujeres, una serie de molestias de todos conocidas, y al encontrarse peor psicológicamente la mujer se «paga» ciertos «caprichos» que siempre engordan.
Para seguir delgada a pesar de la menopausia analizaros muy bien.
1. Si vuestro apetito aumenta se pueden tomar más de 400 g diarios de verduras siempre elaboradas sin cargarlas de grasa, mucho mejor si son variadas, 3 o 4 clases diferentes juntas, es decir más de 200 g en la comida y en la cena… ¡aunque no apetezcan demasiado o no se hayan tomado nunca!
Son la primera «herramienta» que debemos utilizar contra la ganancia de peso, y hay múltiples maneras de prepararlas con gracia, crudas o cocinadas, como se prefiera para que ¡no sean alfalfa!
Se pueden tomar incluso en mayor cantidad, si realmente apetecen pues nos van a saciar enormemente.¡Y no tienen casi calorías!
2. Si se acompañan de los clásicos hidratos de carbono, legumbres, arroz, pastas… , que deben estar siempre en bastante menor cantidad, puesto que tienen muchas calorías, servirlos siempre en el mismo plato junto con las verduras.
Esta asociación es muy beneficiosa ya que nos van a llenar todavía más que si se tomaran solas, no sentiremos hambre y nos olvidaremos de la comida durante más tiempo.
Además al consumirlos juntos, las fibras, vitaminas y minerales de las verduras se complementan con las proteínas vegetales que tienen estos hidratos.
Estos glúcidos acompañados de las fibras de las hortalizas y verduras, se asimilan todavía más despacio y pasan a ser «super lentos» con lo que nos ayudan a no ganar peso.
La secreción de insulina disminuirá en gran medida y quemaremos mejor las grasas de nuestro cuerpo.
3. Aumentar ligeramente la proporción de proteínas animales sin grasa como las carnes blancas, o con grasa buena como los pescados. Y dentro de las carnes blancas están no solo el pollo y el pavo sin grasa, sino el conejo, las codornices, las perdices, el avestruz…
4. Si sentís la necesidad de tomar «cosas dulces», y sucede con relativa frecuencia, y con las frutas naturales no es suficiente sino que queréis «más dulce», escoger los que tengan menos grasa y menos calorías. Poco a poco y a fuerza de constancia se os irá pasando «el mono», sobre todo si notáis que todos estos consejos os ayudan.
¡Ejercitar vuestra fuerza de voluntad funciona, os lo aseguro!
5. Disminuir al máximo las carnes rojas cargadas de grasas saturadas, casi que desparezcan después de haber sufrido tratamientos quimioterápicos.
6. Si no sois personas de mucho comer y a pesar de ello estáis cogiendo peso, aumentar el ejercicio físico como sea, aunque no os apetezca en absoluto.
Y si no habéis hecho ninguno hasta ahora, forzosamente tendréis que empezar para reeducar vuestro metabolismo y que queme más, ya que precisamente es en esta época cuando se va a volver más perezoso.
De hecho, a las mujeres que han sufrido una quimioterapia lo primero que les prohibe el oncólogo es el aumento de peso, y lo que les aconseja casi a la fuerza es el ejercicio, a pesar de las medidas dietéticas apuntadas anteriormente.
Esta quema de calorías es indispensable no solo desde el punto de vista psicológico, pues se van a liberar más endorfinas y se van a encontrar mejor, sino que va a impedir que la grasa que normalmente en esta etapa de la vida tiende a acumularse en el estómago y tripa, los consabidos «michelines«, no se instale.
Si no tiene tiempo de hacerlo al aire libre, y es lo ideal, o de ir al gimnasio, se pueden hacer en casa 45 minutos de bicicleta elíptica, o en una cinta de andar, ambas a buena marcha para que el ejercicio sea aeróbico.
Y si tenéis «mocosos o mocosas» en casa, aunque sean pequeñajos pueden ser «marchosos», o un amigo o pareja bailones, o vosotras solas…, os recomiendo «Just Dance» para la Wii que tiene 3 versiones diferentes o Zumba, también para la Wii.
Además de divertidos y muy entretenidos os puedo asegurar que en tan solo 30 minutos, vais a hacer un ejercicio fantástico y completo.¡Vaya que sí!
Pero, lo mismo que el que sufre una enfermedad crónica debe tener un tratamiento para toda la vida, este ejercicio, salvo en contadas ocasiones, debe hacerse por lo menos 5 días a la semana… y casi para siempre.
Realizarlo únicamente los fines de semana… os servirá para muy poco o para nada.