Estamos en plena temporada de brevas, y más tarde vendrán los higos verdes y negros.
Todos ellos se pueden conservar en perfecto estado durante más de 1 semana si se siguen los siguientes pasos.
1. Escoger brevas que estén maduras pero no rajadas, su piel debe estar intacta.
2. Dependiendo de la cantidad, escoger un tupper redondo o rectangular más o menos grande, en el que os quepan colocadas en su posición normal, es decir rectas, con el rabito hacia arriba.
Dicho tupper al cerrarse no debe aplastarlas, ni siquiera tocarlas.
Podría ser alguno de éstos, eligiendo los menos profundos, en los que quepan las brevas en posición vertical y no sobre demasiado espacio vacío.
3. Forrar el fondo de dicho recipiente con 2 o 3 capas de papel absorbente de cocina.
4. Ir colocando encima las brevas, o más adelante los higos, unas al lado de las otras, pero en una sola capa.
5. Cuando hayáis acabado con todas, colocar encima también 2 o 3 capas del mismo papel absorbente.
6. Cerrar el tupper y guardarlo en la nevera.
7. A medida que las vayáis consumiendo, a diferencia de los platos cocinados, podéis conservar el mismo tupper aunque se vaya vaciando.
8. Cada día, saquéis o no brevas, deberéis sustituir las capas de papel absorbente de cocina de la superficie, que están más o menos húmedas, por capas nuevas secas de papel.
Las brevas, aunque ya están recolectadas, siguen “respirando” y generando humedad, que es la que va a absorber el papel absorbente, y si no lo renováis cada día, la humedad de dicho papel irá pudriéndolas.
9. Os aseguro que si las brevas estaban perfectas cuando las metisteis en la nevera, os pueden durar en ese mismo estado más de 8 días.
Si ya la piel se había abierto, por esa pequeña rajita, por muy mínima que sea, se irán estropeando.
Si alguna lo está, consumirla lo antes posible, y empezar siempre sacando y comiendo las más maduras, que son las más perecederas.
Otro día, si os interesa, os pondré cómo conservarlos enteros en almíbar.