Este acompañamiento es muy agradable para servirlo con cualquier plato de carne o pescado en lugar de las consabidas patatas fritas, muy ricas pero cargadas de calorías.
Aunque no necesita en absoluto estar dorado, se puede elaborar en el horno tradicional, a 160º, también en un recipiente tapado, utilizando bastante más aceite para que no se resequen ni las patatas ni el repollo, y en un tiempo muy superior.
■ ½ kilo de patatas
■ ½ kilo de repollo de color verde claro
■ 40 g de aceite de oliva virgen extra = 4 cucharadas
■ sal y pimienta blanca recién molida
1. Picar finamente las patatas y el repollo que debe ser de hojas lisas y color claro, mucho más fino que el verde rizado de toda la vida.
Las patatas se pueden laminar finamente con el pela verduras de cuchilla transversal como se ve en el video.
2. Volcar ambos ingredientes en un recipiente amplio y de gran superficie para que solo se rellenen 2 o 3 cms de altura.
3. Añadir el aceite, la sal y la pimienta, remover bien con una cuchara de madera para unificar, tapar y cocinar en el microondas a potencia máxima durante 10 minutos.
4. Al cabo de ese tiempo, destapar, remover de nuevo bien, volver a tapar y cocinar otros 10 minutos de la misma manera.
Consejos de cocina y nutrición
■ El recipiente que veis en el video era tan fantástico que hace ya muchos años que dejó de fabricarse.
Buscar algo lo más parecido posible, en este caso, para la parte de abajo por ejemplo serviría un molde de tarta redondo de vidrio y con los bordes lisos que tuviera gran diámetro y con una altura parecida, es decir unos 5 centímetros.
Lo más importante es el diámetro, cuanto más grande sea más superficie útil tendréis (como sucede en las ollas.)
Y para taparlo podéis emplear un plato o una fuente redondos y un poquito más anchos.
■ Además de estos dos ingredientes podéis también añadir cebolletas picadas.
■ Aunque se trata de patata, que se conserva mal en la nevera, en este caso si os sobra parte de esta mezcla guardarla en un tupper bien lleno, apretando incluso con la espátula de silicona para que no quede prácticamente nada de aire en su interior.
El día que lo vayáis a tomar calentarlo 2 o 3 minutos más de lo necesario, siempre a una potencia baja de 300 o 350 vatios, y siempre en recipiente tapado, y el tiempo dependerá como siempre de la cantidad que tengáis.
Comprobaréis, si lo hacéis correctamente, que la patata no está zapatera.
Saber trabajar en la cocina
■ Como cambiar de opinión, en este caso de manera de trabajar, es de sabios, salvo que tengáis una mandolina casera, incluso aun teniéndola, es mucho más cómodo, rápido y productivo cortar las patatas y el repollo, siempre por separado, pero en una picadora, en un robot si lo tenéis o en la misma picadora de la minipímer que es comodísima.
En lugar de láminas o rajitas finas vais a conseguir cachitos pequeños e irregulares pero que se van a cocinar incluso más deprisa que en rajitas finas y el ahorro de tiempo a la hora de trabajar es considerable y merece la pena.
■ También podéis probar un día, por si os gusta, a poner solamente patatas, sin nada más, aceite, sal y pimienta recién molida.
Cuando las patatas estén completamente blandas, removerlas de nuevo y si tenéis por lo menos el 1/2 kilo indicado, o inluso más, cocinarlas ahora otros 10 minutos pero con el recipiente destapado para que las patatas se sequen.
A muchos que no tienen el sistema crisp pueden gustarles porque también están ricas, aunque diferentes.
■ Las patatas cortadas de esta manera, en lugar de en cubos como ya os expliqué, se pegan unas con otras en el plato crisp, y si a mitad de tiempo les dais la vuelta con 2 espátulas anchas de fibra conseguís como una torta de patatas fritas pero con tan solo 1 cucharada de aceite.