Lo más importante de una minipímer, que antiguamente se llamaban también vulgarmente “tercer brazo”, es su potencia que, como en otros muchos pequeños electrodomésticos, muchas veces hay que buscarla porque no la aclaran desde el principio, ¡cuando es primordial!
Algunas antiguas, o con poca potencia no sirven ni siquiera para hacer en un momento una mayonesa o alguno de sus derivados, porque al ser tan flojas o débiles no tienen la suficiente capacidad de emulsionar el huevo con toda la cantidad de aceite que le rodea, y la preparación entonces se corta, a no ser que el aceite se vaya echando poco a poco, en hilo fino, como cuando se hacía una mayonesa a mano, lo cual es un incordio.
Incluso se pueden recalentar triturando simplemente un puré de verduras o de frutas que queremos que salga bien machacadito.
Una nada interesante, por muy barata que os resultara sería ésta con solo 550 vatios de potencia.
Hay minipímers totalmente de plástico, es decir con el cuerpo superior y el inferior de este material, otras solo llevan el cuerpo superior de plástico, y el inferior, que es el que lleva las cuchillas, es decir la parte trituradora, de acero.
Sin embargo es preferible que sean enteramente de acero y que la parte trituradora se pueda sacar para limpiarla aparte, ya que la superior, que lleva el motor, no se puede mojar y, si se sabe trabajar y no se llevan las manos sucias no tiene por qué ensuciarse.
Es importante que lleven otros dos accesorios, una varilla que nos servirá para batir claras a punto de nieve, o huevos enteros con azúcar metiendo el recipiente en agua caliente hasta que doblen o tripliquen su volumen, y una picadora.
Si la minipímer tiene suficiente potencia, su picadora nos picará jamón, chorizo…¡ y hasta hielo!
Suelen tener todas ellas además de la potencia máxima, alguna menor, aunque rara vez la usaréis, si acaso cuando estéis batiendo algo muy delicado y que no queréis que salpique.
Una buena opción sería ésta, ya con 750 vatios de potencia o ésta otra que permite picar hielo.
La primera es totalmente de acero, se desmonta el “pie” para fregarlo, tiene buena potencia, tritura y pica muy bien… y su picadora es fácil de limpiar, algo cada día más importante.
O ésta otra, con algún accesorio más.
Os costarán algo más que las que son enteras o parcialmente de plástico, pero si “algo”, lo que sea, vale más pero es mucho mejor y más cómodo nunca resultará caro, sino al revés, hasta muy barato.
Simplemente a la vista, ya se ve que no se pueden comparar.
Aunque algunos tenéis el Thermomix, la picadora de la minipímer es más cómoda para picar pocos ajos y cebolla, o pocas verduras en general porque se aclara solo con agua, y si se tiene que meter en el lavaplatos porque se ha picado algo grasiento no ocupa nada de espacio, mientras que el vaso del Thermomix sí.
El vaso de la minipímer también si se lava en el lavavajillas no ocupa espacio, mientras que el vaso del robot sí, y si se lava a mano, con guantes y agua caliente se tarda poquísimo.
Todas las cremas de las tartas que se cuajan en el microondas, y tenéis un montón en mi ebook, están elaboradas con el «brazo» de estas minipímers.
El vaso del Thermomix es entretenido de rebañar después porque las cuchillas entorpecen, mientras que el vaso de la minipímer, después de rebañarlo bien con una espátula de silicona blanda, si se vuelca algo de agua caliente dentro y se introduce el brazo sucio, con la velocidad que se crea se quedan casi limpios tanto el vaso como el brazo en sí.
Y aunque las mayonesas y sus derivados también se pueden hacer en el Thermomix, se tarda mucho más porque hay que ir añadiendo el aceite en hilo fino, y se cortan también más fácilmente porque la base del vaso es demasiado ancha, bastante más que el vaso de las minipímers.
Aunque la marca que os he indicado anteriormente es quizás la más conocida, no os olvidéis de ésta con más potencia todavía.
Aunque tienen la parte superior no tan resistente como la anterior, si tienen 850 vatios de potencia deberían triturar todavía mejor.
También me parece otra buena opción y con la posibilidad de hacer varios cortes distintos.
Es probable que una minipímer potente os cueste algo más, aunque depende muchísimo de dónde la adquiráis, pero desde luego merece la pena.
Si “algo”, lo que sea, vale más pero es mucho mejor y más cómodo nunca resultará caro, sino al revés, hasta muy barato.
Para no equivocarse, en cualquier caso sería bueno que las vierais físicamente, en la mano, en algunos grandes almacenes o en una gran superficie dedicada exclusivamente a pequeños y grandes electrodomésticos y que escucharais las explicaciones que os dan sobre cada una sin olvidar nunca lo que dice nuestro ilustre economista Leopoldo Abadía: «Un consumidor inteligente no se deja llevar por el criterio de la persona que le va a vender un producto».
Aunque podéis encontraros las dos opiniones, los que están encantados con la compra y otros que no la adquirirían nunca de nuevo, normalmente la opción mayoritaria suele ser la correcta, y es fiable puesto que suele ser real.
Hoy hay tanto “cuento chino” por todas partes que, si no se quiere tirar o emplear mal el dinero, hay que estar bien informado y asesorarse previamente, aunque esto suponga una pequeña pérdida de tiempo.