Aunque desde el año 1964 Manuel Jalón patentó su conocida fregona, uno de los mayores inventos para los amos-amas de casa, ya no hay razón para arrodillarse y fregar los suelos, hay veces en las que ya no se trata de fregar, sino simplemente de limpiar, cerca del suelo, esquinas escondidas o pequeños recovecos de trasteros, de armarios, o de habitaciones muy pequeñas, a lo mejor hasta con parquet…
Es decir que hay situaciones en las que no hay que fregar, pero en las que no tenemos más remedio que agacharnos, ponernos en cuclillas o sentarnos en el mismo suelo para limpiar simplemente el polvo con relativa comodidad.
Para estas ocasiones os aconsejo lo siguiente:
♦ Acudir a una colchonería dónde encontraréis varias clases de foam, de distinta densidad, es decir más o menos duro.
♦ Escoger uno que os parezca confortable para arrodillaros o sentaros en él, ni muy duro ni excesivamente blando.
También allí mismo os pueden aconsejar si explicáis exactamente para qué lo queréis.
♦ Ahora tenéis que escoger la altura o grosor de dicho foam, para daros una pista podrían ser 15 o 20 centímetros.
♦ Escoger también las medidas para que os lo corten.
Todo dependerá del espacio disponible que tengáis en dónde lo vayáis a usar, de vuestro tamaño y del sitio que tengáis para guardarlo cuando no lo uséis.
Por eso os lo pueden hacer totalmente a vuestro gusto.
♦ No os va a resultar nada caro, resulta muy higiénico puesto que solo se ensucia la funda en la que lo vais a introducir, que se lava cuando haga falta, no se rompe ni se gasta y os puedo asegurar que es comodísimo.
Os cortarán un trozo a la medida que os convenga, puede ser para daros una pista 50 x 30 x 20…, o más grande, las medidas que prefiráis.
♦ Allí mismo podréis adquirir una funda, que aunque no sea a medida, puede valer.
También, podéis utilizar alguna funda pequeña de almohada que ya no uséis.
Esta especie de almohada-cojín, aunque no es ninguna de estas dos cosas os servirá para:
1. Arrodillaros encima, o incluso sentaros, y fregar el interior de la bañera o del plato de ducha. ¿Cómo lo hacéis si no?
2. Limpiar todos los bajos de los armarios roperos, sentándoos encima, dónde guardáis los zapatos, o los armarios bajos de la cocina a la hora de vaciarlos, limpiarlos y volver a llenarlos.
3. Si tenéis un aseo o un cuarto de baño pequeño, y algunos son tan diminutos que entre la bañera, el inodoro, el lavabo y el bidé no hay casi espacio para moverse, ¿cómo lo limpiáis si el mocho de la fregona casi ni cabe?
Muchos quizás consideren denigrante el tener que fregarlo a mano, pero si el espacio es tan pequeño que casi no cabéis lo haréis en un pis-pas… y a mí, por ejemplo, no se me caen los anillos.
4. Si lo hacéis tan solo agachados o en cuclillas estaréis mucho más incómodos que sobre una superficie blandita y agradable.
¡ Y vuestra espalda lo notará!
Espero que os haya gustado.