Debido a la crisis actual, cada vez son más los que han dejado de comer el menú del día para ahorrar bastantes euros a final de mes. Con esto también ganan en salud, pues es de dominio público que muchos menús de restaurantes no cumplen con lo que se contempla como «dieta equilibrada». Y siempre cocinan con demasiada grasa, que aún suponiendo fuera aceite de oliva, que es mucho suponer, tiene demasiadas calorías y hay que usar, por tanto, con mesura por muy «oro líquido» que sea.
Si queréis llevaros la comida preparada por vosotros a la oficina sin correr ningún riesgo, es decir consiguiendo una conservación perfecta, os aconsejo que la transportéis en una bolsa o mochila térmica porta alimentos que encontraréis en las buenas ferreterías.
Las hay de muchos tamaños, con distintas prestaciones y precios diferentes. Suelen tener un laminado interior metalizado y aislante que se limpia con facilidad y en el exterior pueden llevar bolsillos para guardar el móvil, la cartera, libretas…
Estas mochilas térmicas también pueden venir muy bien cuando realizamos alguna excursión o tenemos que acudir a una cena de amigos en la que cada uno lleva algún plato delicado que necesita siempre frío.
Y son también muy útiles sobre todo en verano para llevar de un sitio a otro tartas delicadas o helados. Tienen aproximadamente el mismo efecto que las bolsas isotérmicas para transportar alimentos congelados que adquirimos en los supermercados, pero son mucho más seguras ya que mantienen el frío durante más tiempo.
En su interior pueden llevar 1 o 2 tuppers herméticos, un mantelito o servilleta, cubiertos y en algunas puede caber hasta una bebida. Otras llevan un solo tupper pero también un pequeño termo de boca ancha que sirve tanto para sólidos como para líquidos.
Si no lleva el termo incorporado, o vais a transportar 2 platos delicados, os aconsejo una mochila que no sea demasiado pequeña para poder introducir en su interior, al lado de los tuppers, lo que se llama un “gel pack” congelado que es una especie de bolsa blanda o de bloque fino rectangular con un gel especial dentro. Estos bloques o bolsas se meten en el congelador hasta que su interior se congela del todo. Una vez congelados se introducen en estas mochilas y hacen que todos los alimentos fríos de la nevera o del congelador, mantengan su temperatura durante más tiempo.
Al salir de casa por la mañana se introducen en estas mochilas los platos cocinados conservados en la nevera y allí se mantendrán en perfecto estado hasta la hora de comer, incluso aunque haga mucho calor.
Las empresas de alimentación usan estos “gel pack” cuando tienen que enviar alimentos perecederos fuera de su zona. En este caso los introducen refrigerados o congelados en cajas de porespan, que también conservan más el frío, y como el transporte es especial, en frigorífico, aguantan fríos durante muchas horas. En algún momento os han podido enviar algún paquete delicado con uno de estos gel packs dentro.
Cuando adquirí, hace años, un gran congelador doméstico ya venía con 2 de estos gel pack en su interior.