Los 5 “ingredientes dañinos” de la vida moderna son:
– el tabaco,
– el alcohol,
– la comida procesada,
– las bebidas azucaradas y
– el sedentarismo que la OMS quiere ya considerar como enfermedad.
La primera causa de muerte en la actualidad en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en los que aún están en vías de hacerlo, son las enfermedades crónicas.
Así lo cree la ONU, que hace poco más de un año convocó una gran reunión con el propósito de sentar las bases para que en el año 2025 la mortalidad de estas enfermedades crónicas se redujera en un 25%.
Las enfermedades no transmisibles, como las del corazón, los derrames cerebrales más frecuentes hoy día en las mujeres que en los hombres, el cáncer, las enfermedades respiratorias como el asma, y la diabetes… son ahora la mayor amenaza para la salud mundial, son «los grandes asesinos» y representan en nuestro país 2/3 de todas las muertes en 2009, según las últimas cifras del Ministerio de Salud.
Pero las empresas multinacionales que venden productos no saludables no se sienten para nada culpables.
Su objetivo, en muchos casos, es ganar dinero, nada más.
Un reciente estudio, el más extenso hasta hoy, muestra que la expectativa de vida ha aumentado en el mundo gracias a mejoras en la sanidad, aunque se han disparado las enfermedades crónicas que afectan a la calidad de vida.
Si los 7.000 millones de seres humanos que viven hoy en la Tierra pudieran ir al médico, el diagnóstico general sería el siguiente: el paciente goza de mejor salud que antes, lo más probable es que viva hasta viejo y muera de una enfermedad crónica.
Las muertes en la infancia se han reducido a la mitad de hace 20 años, gracias a un descenso marcado en la malnutrición y al control de las enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la diarrea, el sarampión…
El promedio de edad al momento de la muerte pasó de 59 años a 70.
En algunos países como Bangladesh y Perú esta medición aumentó más de 20 años.
En 1990 solo el 33% de los que fallecían tenía más de 70 años.
Hoy 43 de cada 100 fallecidos superan esa edad.
España es el país de la Unión Europea que tiene en la actualidad la longevidad más elevada, pero ya nos han avisado que, además de vivir más años, somos los que peor vejez vamos a tener, y ya me diréis de qué sirve vivir más pero peor.
También se habla, por primera vez, de que la generación actual de niños va a vivir menos que la de sus padres, es decir que las estadísticas se van a invertir.
De hecho los niños españoles son los más obesos de toda Europa y presentan cifras de colesterol y de azúcar cada vez más elevadas y a edades más tempranas.
Los “ingredientes” que más dañan la salud de nuestra sociedad se adquieren en general en los supermercados, se consumen de forma masiva, llevan detrás de ellos formidables campañas de marketing, pertenecen a grandes empresas multinacionales con enorme poder, y se venden a un precio asequible incluso en zonas todavía consideradas pobres, porque hasta allí han llegado.
Se llaman: tabaco, alcohol, comida ultra procesada y bebidas refrescantes.
Muchos son ya los que toman a diario bebidas y refrescos ya elaborados, y muchos ¡más de 1 al día!
El abuso de ellos, y cada vez un porcentaje más alto de gente lo hace, de forma compulsiva porque ya hay estudios suficientes que demuestran que el azúcar crea adicción, y ya hablaremos de ello en otro post, unido a la inactividad física, que no se vende pero que está ahí latente, forman la tormenta perfecta capaz de deteriorar la fisiología humana hasta convertir a las enfermedades crónicas en una lacra que provoca mortalidad precoz y lastra los sistemas sanitarios de todos los países.
Ya no se bebe agua o muy poca, que es gratis, tienen que ser refrescos de todo tipo, botellines de agua o hasta agua con sabores, ¡¡hasta dónde hemos llegado!!
Aunque hay por supuesto una responsabilidad individual y haya que elevar la cultura biomédica, y promocionar la salud intentando prevenir la aparición de enfermedades, si no se habla también de regular, este problema no tendrá nunca solución.
Porque son muchos los que piensan que si se pueden comprar es porque son buenos.
Haber regulado la venta y el consumo de tabaco es lo que ha hecho posible que no se haya disparado hasta la estratosfera el número de fumadores en muchas partes del mundo.
La regulación, cuando se hace en serio, es una buena estrategia.
Pero regular o prohibir tiene también sus detractores, y se ha visto que ni gusta, ni es efectivo.
Lo importante es educar, «enseñar al que no sabe», pero en nuestro país cuando se hace simplemente una encuesta en la calle se ve que todos o casi todos saben en qué consiste una alimentación saludable y hasta un estilo de vida correcto.
¿Se aplican estos conocimientos o se siguen las costumbres perniciosas que se han adquirido?
Alcohol, más allá de una mínima dosis, comidas ultraprocesadas y bebidas cargadas de azúcares con alto índice glucémico son malas para la salud de todos.
El botellón en una gran mayoría de pueblos y ciudades de España, tarde o temprano habrá que regularlo, sean muchos o pocos los que se opongan a ello alegando falta de libertad.
Está demostrado científicamente que el alcohol en cantidad y a edades cada vez más tempranas destruye el organismo de los jóvenes, no solo su hígado y su cerebro y afecta más, por su constitución, a las chicas que a los chicos ya que lo metabolizan peor y más despacio.
A base de lavar el “coco” a mucha gente, se ha llegado al convencimiento de que no hay tiempo para cocinar, lo mismo de que no hay tiempo para moverse y hacer algún tipo de ejercicio.
¡Y muchos, porque les interesa, se lo han creído a pies juntillas!
Así creen tener suficientes argumentos para no hacer ninguna de estas dos cosas y que su conciencia no les dé la lata.
Para daros tan solo un ejemplo, los platos preparados en nuestro país en el año 2010 han alcanzado un volumen de venta de 484 millones de kilos y una de las comunidades que más los consumen son las Canarias que por otro lado es una de las que mayor sobrepeso presenta.
Y estas cifras se duplican cada año.
Son demasiado calóricos, están cargados la mayoría de las veces de grasas no buenas, tienen demasiada sal y demasiado azúcar si son dulces.
¡¡Pero probablemente estarán buenísimos al paladar y son tan cómodos!!
Los gobiernos tienen la responsabilidad y el poder para proteger la salud de todos sus ciudadanos.
Pero para hacerlo con leyes y mandatos necesitan el apoyo de toda la sociedad.
En mano de la ciudadanía está el hacer llegar estos mensajes a sus dirigentes.
A todos los que me seguís y tenéis niños pequeños o grandes, aunque en este caso es más difícil si no se ha empezado antes, inculcarles desde chiquititos un estilo de vida saludable, es decir una alimentación correcta con suficiente ejercicio.
Ya sé que no es fácil, nada fácil, porque el entorno no ayuda en absoluto, pero cuando sean mayores, quizás os lo agradecerán, y desde luego será el mejor legado que les podéis dejar.