¿Los refrescos light son realmente efectivos?
¿Os habéis dado cuenta de que no solo cada verano, sino cada día, más refrescos light se consumen y la población en general no para de engordar?
¿Os acordáis de este post que publiqué el 10 de octubre de 2013?
Al día siguiente, sin esperar más y aunque era viernes, me llamó un “señor” identificándose como el “Doctor de la empresa CC” para que retirara todo lo escrito que, según él, no era correcto.
¡Y hasta me amenazó con demandarme!
Como todo lo escrito era científicamente cierto y yo no pensaba quitarlo ni remotamente, le sugerí que me mandara sus alegaciones pertinentes, y que yo, en nombre de su empresa, las publicaría sin más.
¿Me mandó algo?
Pues no, como era de esperar, no me mandó nada en absoluto y, además, en un momento de nuestra conversación, como yo le pregunté si había ejercido muchos años como médico, ¿sabéis lo que me contestó? “que no era médico, que era Doctor en Biología”, que no es lo mismo, aunque muchos biólogos pueden tener mucha más categoría intelectual y humana.
Se beben a lo largo del verano litros y litros de refrescos, con o sin azúcar, muchos diariamente…, y al final pasa lo que pasa.
Estas vacaciones, las neveras portátiles que se han llevado a la playa o a la montaña estaban llenas con estas «litronas», y no solo de cerveza, sino de refrescos que los toman hasta los niños, y desde muy pequeños.
Además, las grandes superficies los ofertan, como «gancho», cada vez más baratos y más accesibles, y muchos acuden a estos supermercados en busca de estas ofertas…, pero acaban haciendo una compra grande y general… que es de lo que se trata.
¿Quién, a la hora de pedir un refresco, no se lo ha pensado dos veces y ha optado finalmente por uno «sin azúcar»?
«A mí pónmela light, que estoy a dieta”, es la manida frase que todos hemos oído por todas partes …, y que podría estar a punto de desaparecer.
Esta práctica, cada vez más habitual y frecuente, suele realizarse pensando en que no van a «engordar» tanto, ¡cuando puede suceder hasta lo contrario!
Podría poneros páginas y páginas enteras de múltiples estudios científicos sobre las bebidas de cola, o de refrescos en general, light, pero da lo mismo, se seguirán vendiendo cada día más porque muchos las encuentran ricas, apetecen, y cuando hace calor, aunque realmente no quitan la sed, puesto que con o sin azúcar son demasiado dulces, refrescan.
¡Y crean, además, una especie de adicción!
Os voy a poner, al final del post, tan solo los titulares de «algunos estudios», (pero hay cientos), escritos naturalmente por algunos «fabricantes», en los que alegan que todo lo que viene a continuación son “falsedades”.
Hechos contrastados.
♦ Los refrescos light provocan que el perímetro de la cintura y la grasa abdominal aumenten considerablemente a medio y largo plazo.
«El aumento fue tres veces mayor en los consumidores diarios de refrescos sin azúcar que en aquellos que no los tomaron», explica un estudio recogido por la versión digital del diario Daily Mail.
Según un estudio de la Sociedad Americana de Geriatría, publicado en la revista Time, se asegura que quienes beben refrescos diet ganan casi el triple de grasa abdominal que quienes no la consumen.
♦ El consumo de bebidas endulzadas artificialmente, que son cientos de veces más dulces que el azúcar, también se asocia con la obesidad, la diabetes de tipo 2, que está aumentando vertiginosamente en casi todos los países, con las enfermedades cardiovasculares y con el síndrome metabólico, que reúne a todas estas enfermedades incluyendo otras más.
♦ Tan sólo 1 de estas bebidas al día es suficiente para aumentar significativamente el riesgo de problemas de salud.
♦ Investigadores como Sharon Fowler, en un estudio realizado recientemente por la University of Texas Health Science Center en San Antonio, ha desvelado que estas bebidas no son tan «poco calóricas» como parecen, y que el consumo continuado de bebidas bajas en azúcar engorda e incrementa el riesgo de padecer diabetes, debido a la sustitución del azúcar por edulcorantes artificiales.
Estas bebidas gaseosas «light»podrían estar también asociadas con un mayor riesgo de infarto de miocardio, de obesidad y de accidentes cerebrovasculares, algo que concuerda con lo explicado por varios estudios previos.
«No es raro que a la gente le lleguen mensajes de que los productos artificialmente endulzados son saludables, que ayudan a bajar peso o a prevenir el aumento de peso», señala la autora de la investigación, Susan E. Swithers, de la Universidad de Purdue, en Indiana (Estados Unidos), pero estas afirmaciones no tienen suficiente peso.
Nuestro cuerpo no tiene un contador de calorías en la boca, y al sentir las papilas gustativas el sabor dulce de estos edulcorantes artificiales (que es a veces hasta 600 veces más dulce que el azúcar), se alteran los centros de placer del cerebro en respuesta a este sabor dulce, es decir que estos productos no pueden satisfacer el deseo por los dulces, y confunden la capacidad del organismo para regular las calorías en función del sabor.
Helen Hazuda, también profesora en dicha Universidad, explicó a la revista Time a qué se debe este fenómeno.
“Nuestro cuerpo está acostumbrado a saber que un sabor dulce significa consumir energía en forma de calorías y, por tanto se prepara para recibir esas calorías dulces activando los mecanismos que facilitan su absorción y uso.
Los edulcorantes artificiales confunden pues a nuestro cuerpo y debilitan la relación dulzura/calorías en nuestro cerebro.
Esto nos puede llevar a tener más antojos de golosinas dulces y por ende, a ganar más peso”.
Se consume más comida rica en calorías de sabor dulce y, al final, se come de más.
Tomar “bebidas dulces”, con o sin calorías, entre horas es lo mismo que comer dulces.
Tomados en conjunto, los resultados sugieren que los edulcorantes artificiales aumentan el riesgo de problemas de salud en una medida similar al azúcar y también pueden exacerbar los efectos negativos del azúcar.
«Animar a la gente a beber refrescos de dieta» podría ser contraproducente como un mensaje de salud pública, alerta la doctora Swithers.
Así que el actual mensaje de salud pública de limitar la ingesta de azúcares tiene que ser ampliado a reducir el consumo de todos los edulcorantes y no sólo de los azúcares.
Ya es hora pues de acabar con el mito de que las bebidas “light” no engordan.
Ha quedado demostrado que la mayoría, al menos, afectan de igual manera al organismo que sus hermanas “normales”.
Pero hay muchísimas más cosas.
♦ Beber refrescos asiduamente envejece el organismo igual que fumar.
♦ Alteran el pH de la piel, reduciéndolo, lo cual puede causar acné y pérdida de luminosidad.
♦ Influyen en el estado anímico de muchas personas.
♦ Retardan las funciones de los riñones.
La investigación Harvard Nurse Study encontró que el 30% de la caída de la función renal se producía en personas que consumían dos raciones de refrescos dietéticos al día.
♦ Un artículo publicado por Cell Press en la revista «Trends in Endocrinology and Metabolism» analiza la sorprendente evidencia del impacto negativo de los edulcorantes artificiales en la salud, incluso aquellos que no tienen ninguna caloría, y asegura que los refrescos light no son más saludables que las bebidas azucaradas.
Cada vez más personas consumen edulcorantes artificiales como una alternativa al azúcar, pero esto no se ha traducido en una mejor salud.
En un consumo habitual de bebidas light o Zero, la capacidad de sentir el sabor dulce decrece, el paladar se acostumbra a ese sabor y crea tolerancia, es decir, lo dulce ya no sabe tan dulce, la señal de saciedad también se reduce y estimula el aumento en el consumo de alimentos dulces en mayor medida que si ese sabor no estuviera “constantemente” presente en nuestra dieta.
Cuando la señal de dulzor ya no sirve para anticipar un aumento de energía, ante otros alimentos dulces y calóricos, las respuestas de quema de calorías no se activan con tanta intensidad y es más lenta la señal de saciedad: comemos más y durante más tiempo.
♦ En algunos regímenes de adelgazamiento se siguen aconsejando estos productos light, mientras que el cardiólogo británico Aseem Malhotra afirma: «Yo no compro ni como nada que se venda como «light» o bajo en grasa y eso es lo que recomiendo a mis pacientes».
♦ Por si todo lo anterior fuera «poco», se ha comprobado que el abuso de las bebidas light con gas, da lugar, además, a varios problemas, sobre todo relacionados con el metabolismo y la función del calcio en el organismo.
Los “refrescos” de cola contienen ácido fosfórico, que altera la absorción de calcio en el hueso pudiendo llegar a provocar problemas de densidad ósea.
Y su composición incrementa la disolución del esmalte de los dientes.
Su consumo habitual en cantidades elevadas tienen efecto desmineralizante del hueso y es un enlace directo a la descalcificación y la osteoporosis.
¡Pero de «esto» todavía no se dice ni pío!
¿A ver quién le pone «el cascabel al gato» si, al final, los grandes estudios que se hacen, incluso por parte de la EFSA, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, están financiados por estas potentes multinacionales?
Todos los refrescos en general, son para tomarlos muy de vez en cuando, y no a diario como la publicidad engañosa nos ha hecho creer.
Y el tiempo… nos irá desvelando muchas más cosas… a pesar de la resistencia de estas grandes multinacionales que, con sus productos están ¡haciendo enfermar a una gran parte de la población mundial.
Desgraciadamente, esto no hay quién lo pare porque requiere medidas universales que nadie va a tomar.
Alegaciones que hacen estas grandes multinacionales a estas evidencias reales:
¿Engordan los refrescos light?
Esto es lo que afirma la empresa Coca Cola, que no cita ni un solo estudio científico para corroborar sus afirmaciones. ¿Será que no lo hay?
♦ “Los refrescos light no engordan ya que no tienen calorías». Falso, como acabamos de ver.
♦ «Beber bebidas endulzadas con edulcorantes bajos en calorías, o sin calorías, no estimula el apetito ni hace que la gente gane peso». También falso.
(De hecho, hay también estudios que demuestran que después de tomar bebidas endulzadas con edulcorantes bajos en calorías o sin calorías, una persona tiene reacción de hambre)
♦ «La investigación» también ha demostrado que los alimentos y bebidas que contienen edulcorantes bajos en o sin calorías pueden ayudar a la gente a controlar la ingesta de calorías y, si se emplean con constancia, pueden también ayudar a reducir la ingesta total de calorías, como parte de una dieta variada, moderada y equilibrada combinada con actividad física regular y, por tanto, pueden ayudar a controlar el peso». Igualmente falso.
♦ «Todos los ingredientes de los productos de CC son seguros y están permitidos y autorizados por las autoridades españolas y europeas.
Además, a menudo se olvida que los edulcorantes que utilizamos son los mismos que se utilizan en el resto de la industria alimentaria, pero la naturaleza icónica de la Compañía y la marca supone que todo debate sobre cualquier ingrediente se centre siempre en Coca-Cola, cuando puede encontrarse el mismo ingrediente (edulcorantes, en este caso) en 600 alimentos diferentes, en todo el mundo, e incluso en medicamentos”.
Esto desgraciadamente es verdad, por ello se ha demostrado que los alimentos Light no sirven para adelgazar, aunque muchos estén convencidos de lo contrario.
Aquí tendríamos «materia suficiente» para otro post, aunque ya os conté mucho en éste.
¿Os habéis fijado en cómo es la nueva publicidad de esta bebida, no sé si en televisión porque no la veo, pero sí ocupando una página entera de periódicos de ámbito nacional?
Hemos pasado de “la chispa de la vida” de hace muchos años, a que aparezca, en toda una página muy limpia, un joven montado en su bicicleta con el eslogan siguiente:
¡Moverte te hace feliz, incluso los lunes por la mañana! El movimiento es Felicidad.
¡Esto sí que es cierto! …, pero la Felicidad la lleva cada uno dentro de sí mismo, sin necesidad de tomar nada especial.
Y abajo del todo, a la derecha, en esta misma página entera, aparece una botella pequeña, la de ellos de siempre, pero esta vez blanca con un único letrero en rojo que afirma:
«Desde siempre mucho más que un refresco”, con la coletilla siguiente al final de la página
“Las calorías ingeridas y las calorías gastadas cuentan para un estilo de vida saludable”, que también es cierto, pero que casi nunca se cumple porque la mayoría de la población no gasta lo que ingiere… y por ello engorda.
¡Y hasta aquí hemos llegado, que cada cual saque sus propias conclusiones!