¿Os duelen los pies?
Como muchos seguidores a raíz del post sobre el dolor de manos me lo han pedido, hoy os voy a hablar de los pies, aunque son mucho más delicados que las manos y sufren de tantas dolencias, que son enormemente difíciles de tratar.
Y por supuesto a partir de una edad también pueden tener artrosis, que no se va a eliminar, pero por lo menos a parar o a ralentizar con el ejercicio que, aunque la población española en general lo practique poco, es uno de los mejores remedios para todo.
Por estar en dónde están, soportan, al igual que las rodillas, todo el peso de nuestro cuerpo y si se les fuerza con más de lo que pueden aguantar, protestarán de muchas maneras.
Puede además, que ya hayan sido operados sin buenos resultados, y presentan pocas soluciones.
Muchos, y más mujeres, sufren de los pies, entre otras muchas cosas porque los zapatos que están de moda son un atentado contra los mismos.
Esas puntas finísimas que se han llevado estos años atrás, o los tacones de muchos centímetros y de aguja, o las plataformas actuales son para pasear unos minutos sobre “la alfombra roja” o para tener chófer e ir siempre de puerta a puerta.
Así que los podólogos y traumatólogos dentro de muy poco van a tener un inmenso trabajo porque, por esta moda absurda, los problemas de pies se han triplicado en estos últimos años.
Y conste que me encantan los tacones, pero sin exagerar y sin tener que llevar 2 tallas más para las puntas.
Pero sea la causa que sea, si os duelen los pies a menudo, la primera medida que es indispensable, y que puede que no os la hayan recomendado nunca, es no aumentar de peso, si tenéis el que os corresponde, y si ya se tienen algunos kilitos de más perderlos.
Si tenéis poco o mucho sobrepeso, intentad por lo menos bajar 5 kilos, y ya veréis la diferencia.
Ya sé que me vais a decir que os duelen muchísimo los pies y que no podéis hacer ejercicio para perder este exceso de kilos, y si seguís con esta filosofía, será la pescadilla que se muerde la cola, a menos ejercicio más peso y a más peso más dolor de pies y de rodillas.
Yo os propongo que tengáis la edad que tengáis, os hagáis unas buenas plantillas a medida, teniendo cuidado para que no os estafen demasiado, y compraros con las plantillas puestas, unas buenas zapatillas de deporte para poder andar o, por lo menos utilizar una bicicleta elíptica.
¡Y con ella no hay excusas posibles, todos pueden usarla, salvo que el médico os lo prohíba!
Pero estamos en lo de siempre, que hay que tener voluntad y constancia.
Los ejercicios que os voy a explicar no van a resolver el problema que tengáis, que la mayoría de las veces es de cirugía, pero si tenéis «pies de trapo», sin ninguna movilidad, os aseguro que la vais a conseguir y habréis por lo menos evitado que el problema siga creciendo.
Van muy bien también para las personas a las que se les han “caído” los metatarsianos y que casi no pueden poner la planta del pie en el suelo, ni siquiera descalzos, ni en la arena de la playa, porque es un caso que conozco de cerca.
La habían desahuciado hace ya más de 15 años, la única solución que le ofrecían era operar, y si se quedaban mal… volver a operar…
Sigue con sus mismos pies sin tocar, sus metatarsianos siguen caídos porque no tienen solución, por mucho que se empeñen los cirujanos que, a la hora de cortar y «zurcir» lo ven siempre muy fácil, pero ya no tiene dolores, puede hacer ejercicio de todo tipo, y hasta de vez en cuando se puede poner tacones… sin exagerar.
Esto suele suceder más en pies delgados o descarnados, o en pies que aunque sean regordetes, no tienen ninguna movilidad.
Para los clásicos juanetes o Hallux valgus la única solución es el quirúrgico, y todos conoceréis a vuestro alrededor a quienes les ha ido muy bien y a otros muy mal.
Normalmente tienen un cierto factor hereditario, y llevar zapatos muy estrechos, en los que los dedos están comprimidos, y demasiado tacón, aceleran el proceso.
Los múltiples protectores que existen, pueden ir bien o mal, depende.
Cuando duelen mucho, para paliar el dolor es bueno cogerse el dedo gordo del pie con la mano, como abrazándolo, y con un movimiento de rotación hacia fuera, es decir lejos de los otros, masajear suavemente el hueso prominente.
Para fortalecer toda la musculatura del pie es muy efectivo lo siguiente.
1. Sentaros bien rectos en una silla o silloncito duro con respaldo, el pompi tiene que llegar hasta el final y la espalda bien recta y pegada al respaldo.
El resto ya lo sabéis, para que os sirva también de ejercicio abdominal.
Colocar cerca de la silla, en el suelo, algo que no se vaya a mover, lo mejor es una colchoneta o esterilla de gimnasia.
Intentad coger con todos los deditos juntos de un pie un corcho de una botella normal, solo con vuestros 5 deditos, y repetir el ejercicio 30 veces.
Haced lo mismo con el otro pie.
No os desesperéis porque al principio, si vuestros pies no tienen ninguna movilidad, que es lo más frecuente, ¡no podréis cogerlo ni una sola vez!
Pero si insistís, ya veréis como lo vais consiguiendo poco a poco, y día a día.
Cuando ya lo hayáis logrado, podéis llegar a los 50 diarios.
De esta manera fortalecéis toda la musculatura de los dedos y del pie en general.
2. Sentados de la misma manera y sobre la misma colchoneta, colocar una botella grande vacía de vino y hacerla rodar con todo el pie.
Empezad colocando el centro de la planta del pie, la zona del «arco», encima del cuerpo de la botella, aproximadamente también en su centro, y rodar la botella primero hacia atrás, hacia el talón llegando hasta su extremo y, sin levantarlo hacia delante, hacia la punta de los deditos.
Volver a rodar hacia el talón, pero levantando hasta donde se pueda todos los deditos mientras toda la planta del pie sigue encima de la botella, sin despegarse.
Si se tienen juanetes, puede que al levantar todos los deditos, el pulgar se «monte» encima del siguiente dedo.
Si es así, colocarlo con los dedos de la mano en su posición normal, todos juntos y unidos.
Ya veréis que, con el tiempo, acabará por quedarse en su sitio y no montarse.
De esta manera ejercitáis todos los músculos de los pies, los fortalecéis, los tonificáis y les dais flexibilidad.
También se podría hacer con una pelota no demasiado dura de unos 8 o 10 centímetros de diámetro, pero la botella es más cómoda porque tiene más superficie para colocar confortablemente toda la planta del pie.
Si os animáis, también podéis hacerlo 50 veces con cada pie.
¡Probadlo porque es mágico!
Y algo que quizás no hagáis, es mantenerlos bien hidratados, tanto en verano como en invierno, y mañana y noche, al levantarse y antes de acostarse.
No hace falta que sean hidratantes específicas para pies, no suelen ser demasiado excepcionales, con una buena de cuerpo ya vale, y no tiene por qué ser cara.
Probad varias hasta encontrar la que os vaya mejor.