Cómo planchar una camisa en muy pocos minutos

Dado el aluvión de correos pidiéndome que incluyera la manera más corta y eficaz de planchar bien una camisa, aquí está el post prometido.

Los tejidos modernos, aunque se centrifuguen al máximo de revoluciones, como el resto de la ropa blanca, y resulten algo arrugados, después al plancharlos quedan muy bien.

Es importante que al terminar la lavadora, sin demorarse se saquen todas las prendas y se estiren con las manos antes de tenderlas o de meterlas en la secadora.

En el caso de las camisas, colgarlas de 1 en 1 en perchas de plástico y secarlas en el interior, nunca en la secadora.

Normalmente las camisas de caballero llevan raya en las mangas, ¡parece ser que hasta planchadas en las tintorerías!, porque, aunque posiblemente quedarían más bonitas sin ella, al no tener que quitarse la chaqueta, tanto sibaritismo no es necesario.

Incluso, aunque se la quiten, si las mangas y toda la camisa están bien planchadas, esta “licencia” es aceptada.

¡Cuántos ya en la actualidad llevan planchado solo lo que se ve, los puños, el cuello y los delanteros!

Supongo que habrá muchas maneras de plancharlas sin moverlas demasiado, ya que es en lo que se tarda más tiempo, pero como es lógico se admiten todas las sugerencias, siempre que sean mejores que la mía.

♦   Para que os cueste el mínimo tiempo posible, que es de lo que se trata, es casi indispensable una tabla de planchar ancha, para que la superficie útil de planchado sea muy grande.

♦   La plancha 
en sí también es importante y debe tener muchos agujeritos, para que salga mucho vapor, y tener una suela deslizante tipo “carezza” que no se pegue al tejido aunque el calor sea excesivo.

Si no se tiene que poner el pañito protector, mucho mejor.

♦   El movimiento de las manos va a jugar un papel fundamental durante todo el proceso, como veréis a continuación, porque  con ellas, antes de planchar, se estirarán bien todas las partes a planchar para no coger arrugas.

♦   También es importante, ya que os ahorrará tiempo, que la funda de la tabla sea mullida y buena transmisora del calor para evitar tener que planchar las 2 caras, es decir el derecho y el revés.

1.  Colocar encima de la tabla la camisa totalmente abierta, con la cara interna de la espalda mirando hacia vosotros, es decir la del revés, y el resto colgando.

2.  Sin moverla,  planchar el cuello tal como está, es decir del derecho que es precisamente la parte que está “mirando” hacia vosotros.

No debe aparecer ninguna arruga y si sucediera así, con las misma plancha quitarla humedeciéndola un poco con su botón de pulverización de agua.

3.  Como la funda de la tabla transmite bien el calor, sin mover la camisa para nada, planchar ahora el canesú de la espalda, que seguirá estando del revés, alisándolo bien con las manos para no coger arrugas.

4.  Ahora planchar la espalda, tal cual está, sin tampoco mover la camisa, es decir del revés empezando por la parte izquierda que está cara a vosotros.

La costura de esta parte izquierda está en el borde de la tabla para que la superficie útil sea la máxima.

Antes de pasar la plancha alisar bien toda su superficie con las manos para que no haya ninguna arruga.

5.  Como las camisas suelen ser muy anchas, planchar la parte que os quepa de la espalda y, sin moverla, encima de esta parte ya planchada y sin descolocar la camisa para nada, traerse con las manos el delantero también izquierdo y plancharlo encima de esta parte ya planchada (éste ahora se plancha del derecho).

6. Correr con las manos la camisa, pero sin moverla de la tabla, y planchar el resto de la espalda.

Por muy grandes que sean las camisas, en 2 veces debéis poderlas planchar.

¡¡Por eso la superficie útil de la tabla es tan importante!!

7.  Sobre esta segunda parte de espalda planchada, traerse como anteriormente el delantero derecho que, en los hombres es el que lleva los botones.

Meter la punta de la plancha entre ellos para que todo quede bien planchado.

8.  Ahora tocan las mangas que deben ser las últimas, aunque algunos empiezan por ellas.

En este caso el movimiento de las manos vuelve a ser fundamental pues antes de colocar la plancha encima hay que alisar bien las mangas para no coger arrugas.

9.  Colocar la primera manga con la parte interior hacia vosotros, es decir la parte que está abierta y planchar el puño totalmente abierto ¡¡sin raya!! por el revés, que es el que está mirando hacia vosotros, para que al doblarlos la parte planchada sea la que se ve.

Aquí no hay que hacer arrugas, y si se hiciera alguna  por falta de práctica, soltar una chispa de agua pulverizada apretando el botón.

Así mojamos levemente la arruga y al volverla a planchar la eliminamos.

10.  Planchar la manga por esta cara, la que tenemos delante al haber planchado el puño abierto, que es la parte de dentro.

Vuelven las manos a ser protagonistas para que la otra parte de manga quede bien alisada y no coja arrugas.

Como la funda es buena el otro lado de la manga también se quedará planchado simplemente al plancharla por uno solo.

11.  Repetir la misma operación con la otra manga.

12.  Lo ideal es no tener que doblarlas después de planchadas.

Nos ahorramos un trabajo y la camisa no se arruga.

Ir colocándolas en perchas individuales y guardarlas tal cual en el armario o vestidor adecuado.

En el caso de las camisas de mujer, que en ningún caso deben llevar raya en las mangas, se planchan de la misma manera pero, dependiendo del tejido más o menos “antipático” plancharlas en el manguero, al principio o al final del todo como veáis que os quedan mejor.

Por eso las tablas de planchar que llevan el manguero incorporado acoplado a la misma tabla son muy prácticas pues solo hay que tirar un poquito para sacarlo. No se moverá en absoluto, y tampoco habrá que mover demasiado la camisa.

Si no se quiere tampoco raya en las de caballero, se tardará un poquito más.

♦  Después de planchar los puños como os he explicado anteriormente, nunca con raya, colocar la manga en lugar de con la costura en un lateral, con la costura en el centro apoyada sobre la tabla, y planchar la manga por el otro lado, que es el que más se ve, sin llegar a los bordes de la manga para no hacer raya.

♦  Una vez que tenemos este “centro” de manga planchado, volver a doblarla por la costura y planchar el resto sin llegar tampoco al centro que ya está planchado y en dónde marcaríamos sin querer la raya.

En cuanto planchéis de esta manera unas cuantas, ya veréis que poco tardáis.

Trabajar con comodidad en la oficina, en la cocina, y en el hogar es fundamental para rentabilizar al máximo nuestro tiempo.