En las últimas jornadas organizadas por la Sociedad Española de Fitoterapia (SEFIT) en el Colegio de Farmacéuticos de Palma de Mallorca, los expertos asistentes coincidieron en recomendar, con todas las garantías de calidad, seguridad y eficacia, el uso de preparados farmacéuticos de plantas medicinales en el tratamiento de pacientes con ansiedad o estrés.
Estos expertos basaban su recomendación en los estudios que aseguran que pueden ayudar a combatir la ansiedad y el estrés de forma eficaz sin los efectos secundarios de los psicofármacos.
Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada y presidenta del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), explicó que plantas como la Pasiflora y la Amapola de California utilizadas contra la ansiedad tenían un importante efecto ansiolítico.
También han demostrado la eficacia para reducir la ansiedad de manera segura otras plantas como la lavanda y la magnolia.
Diversos ensayos clínicos han demostrado que se pueden utilizar de forma prolongada sin producir dependencia, sin afectar a la memoria y sin otros efectos secundarios que tienen no solo las benzodiacepinas sino también otros tratamientos farmacológicos utilizados en el tratamiento de la ansiedad.
En la revista Journal of Anesthesia se publicó en febrero de 2013 un estudio sobre la administración de Pasiflora antes de una anestesia espinal y se vio que «suprimía el incremento de ansiedad antes de dicha anestesia sin cambiar los resultados del test de función psicomotora, ni el nivel de sedación o la hemodinámica».
La Amapola de California, en forma de preparados farmacéuticos, también tiene propiedades analgésicas y sedantes.
Pero hay que adquirirlas todas ellas en forma de preparados farmacéuticos, ya que los preparados de las herboristerías, aun siendo totalmente naturales y precisamente porque lo son, pueden tener cantidades variables de estas “sustancias” o principios activos, mayores o menores, que nunca conoceremos.
♦ En cuanto a las investigaciones sobre fármacos para la ansiedad, una publicada en agosto en el ‘British Clinical Journal of Pharmacology’ señala que las benzodiacepinas, el principal fármaco utilizado en el tratamiento de la ansiedad, están relacionadas con efectos secundarios que pueden producir accidentes de tráfico.
♦ Además, parece ser que «un tercio de los usuarios de estos fármacos para la ansiedad, a largo plazo, más de 6 meses, que intentan abandonarlos experimenten síntomas y signos como más ansiedad, insomnio, espasmos musculares, tensión e «hipersensibilidad perceptual».
♦ Otro estudio publicado en abril en ‘Medical Science Monitor‘ revela que «los fármacos usados para tratar la ansiedad tienen además de los efectos secundarios negativos ya apuntados, otros como la adicción, depresión, suicidio, convulsiones, disfunción sexual y cefaleas entre otros».
♦ Las medicaciones ansiolíticas no restauran los niveles normales de neurotransmisores, sino que «manipulan la química cerebral».
Por ello, los autores de estos estudios proponen el uso de plantas medicinales, plantas y nutrientes que pueden estimular la síntesis de estos neurotransmisores y afectar de manera más natural la química cerebral e incluso ajustarla, con la ausencia de muchos de los efectos secundarios experimentados con los fármacos.
♦ Sin embargo el abuso de hipnosedantes en España se ha disparado en los últimos 6 años.
Estos tranquilizantes y somníferos han pasado de representar menos del 5% del consumo en 2005 al 11,4% en 2011 y convertirse en la tercera droga más habitual tras el alcohol y el tabaco.
Este incremento coincide con los años de la grave crisis económica, una relación que los expertos no descartan, aunque no pueden confirmarla tajantemente.
Sin embargo, mientras desciende el consumo de tabaco, alcohol, cannabis o cocaína y el resto de drogas, los hipnosedantes repuntan considerablemente.
Así lo pone de manifiesto la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas de la población entre 15 y 64 años elaborada por el Ministerio de Sanidad y presentada hace tan solo unos días, en el mes de enero de este mismo año, 2013.