Si se empieza con una descomposición o diarrea continua que cursa sin fiebre y sin vómitos, una buena medida de urgencia y muy eficaz es empezar a tomar lo más pronto posible una preparación farmacéutica que se llama limonada alcalina que la cortará evitando así una posible deshidratación posterior.
Aunque ya se encuentra en las farmacias una solución rehidratante en forma de sobres, la limonada alcalina se puede preparar en un momento en casa pues normalmente tenemos siempre los “ingredientes” necesarios.
Su efecto es el mismo… y no nos cuesta nada.
Sirve para reponer todos los iones que se pierden con estas deposiciones, es decir para rehidratar y restablecer el ph del intestino.
Es totalmente inofensiva y se la recetan incluso a las mujeres embarazadas cuando sufren estas diarreas frecuentes sin un síntoma aparente.
Hay que ir tomándola varias veces a lo largo del día, por lo menos 4, pero se puede beber toda la que se quiera, aunque sin forzar.
Si hace mucho calor es preferible guardarla en la nevera.
■ 3 decilitros y ½ de zumo de limón = 350 g
■ 6 decilitros y ½ de agua hervida, casi el doble de agua que de zumo = 650 g
■ ¼ de cucharadita de sal = 1,8 g
■ ½ cucharadita del mismo tamaño de bicarbonato sódico
■ 3 cucharadas soperas de azúcar = 50 g
Aunque era habitual que el médico, ante una diarrea, recomendara una dieta blanda, es decir astringente a base de arroz hervido, manzana cocida, jamón dulce, tostadas… incluso a veces se decía que el ayuno iba fenomenal, la realidad es bien distinta.
Según dicen varios estudios científicos, una gastroenteritis no debe considerarse una contraindicación para seguir con la misma alimentación de siempre, si ésta es correcta, equilibrada y saludable.
Dicho de otro modo: en caso de diarrea, olvida la dieta blanda de toda la vida porque no hace falta pasar hambre ni comer diferente.
Sin embargo, si hay fiebre o vómitos hay que acudir inmediatamente al médico.