¡ Feliz Año 2014 para todos!
Naturalmente que se puede ahorrar con las rebajas, sobre todo si se planifican con tiempo y no el día de antes, y si se tiene «vista».
Pensar que ir de rebajas no debería ser un divertimento, que puede serlo para muchos que salen con la idea de «voy a ver qué encuentro barato y qué me compro».
Esto sería la antítesis del aprovechamiento o ventajas de unas rebajas, y tan solo un pretexto para perder el tiempo… y el dinero.
Las familias, o los «single» bien organizados, van haciendo una lista, de rebaja en rebaja, es decir entre los meses de enero y julio, con todo lo que va siendo hora de reponer y que se necesitará en un futuro más o menos cercano, y el ahorro, si se sabe comprar, puede ser considerable.
Comprar por comprar, o porque el descuento es fantástico, puede resultar carísimo si es algo que no nos hace falta en absoluto.
¡Cuántas cosas inútiles adquiridas en las rebajas no se estrenarán nunca!
Esta labor la suele realizar más el ama de casa, salvo honrosas excepciones que también las hay, ya que los hombres en general, excepto los muy “apañaditos” y los verdaderos amos de casa, odian ir de compras y muchos tampoco se plantean estas “cosas” con tanto tiempo.
Compran cuando algo les hace falta, o cuando les apetece, sin hacer tantos cálculos.
Además, una gran mayoría piensa que son solo una estrategia comercial para vender más, y realmente hay que ir con los ojos muy abiertos porque, en general, pretenden «comernos el coco».
Os propongo lo siguiente para una familia de 4 personas, dos niños y los padres, aunque eliminando los artículos infantiles, también sirve para parejas o «solitarios».
♦ Ropa interior para todos los miembros de la familia, incluyendo braguitas, camisetas, calzoncillos, calcetines o medias, pijamas, batas…, todo lo que nos ponemos a diario, de día o de noche.
Si se trata de niños, no habrá que olvidar que crecen constantemente y habrá que comprar tallas pensando en el año que viene.
Conozco a varias madres que “equipan” a sus hijos para la temporada siguiente, por dentro y por fuera, por muy poco dinero y con ropa de calidad, incluso marcas buenas, ya que a finales de enero o principios de febrero no solo los grandes almacenes sino también los medianos quieren liquidar estas prendas y ponen precios increíbles.
En la ropa interior de joven o señora habrá que rebuscar un poco, pues aunque lo corriente es que estos artículos se hayan rebajado tan solo un 10 o un 20%, hay marcas buenas que, de repente, ofrecen descuentos mucho mayores, de un 40 o un 50%, quizás porque han vendido muy poco durante el año y quieren reactivar su economía o simplemente “hacer ruido”.
Y no me estoy refiriendo en absoluto a marcas caras sino a las normalitas, pero conocidas.
Si compráis por ejemplo 6 braguitas, 6 camisetas, 6 calzoncillos…, para cada miembro de la familia, algo que además ocupa poco espacio, para empezar no tendréis necesidad de lavar tan a menudo, y se ha comprobado que la ropa que se lava 1 sola vez a la semana, porque hay suficientes ejemplares o prendas para cambiarse todos los días y almacenarlas en el cesto de la ropa sucia, se estropea mucho menos y dura más que la que se lava 1 día sí y otro no.
¡Es como si sus fibras se regeneraran durante estos espacios de descanso!
El que no se lo crea que haga una prueba durante varios meses y lo comprobará.
Si hay 2 niños o 2 niñas que se llevan tan solo un par de años o menos, algo muy frecuente hoy día, habrá que comprar algo más para el grande que para el pequeño pues éste, con un poco de suerte, podrá heredar todavía en buen estado algo de su hermano mayor que se le ha quedado pequeño y que todavía está ponible.
Que el o la pequeña se puedan “traumatizar” si heredan cosas de su hermano/a, pasó a la historia y el consumismo absurdo e impuesto subliminalmente por las grandes empresas también, por lo menos si se piensa un poco con sentido común.
El segundo no va siempre a heredar, y también estrenará cosas.
La industria ya se inventará la manera de que los niños exijan el modelo tal o la marca cual, pero que tengan que llevar el último modelo de pijama, o de braguita, o de calzoncillo… que ha salido al mercado, creo que hoy ya poca gente se lo puede permitir.
Estos lujos superfluos e innecesarios hacen que luego algunos padres se vean forzados a restringir en comida y en alimentos de calidad.
Siempre se ha dicho que menos mal que “la tripa no tenía cristales”.
El eslogan o frase manida de que “tienen derecho” no tiene razón de ser.
Tienen derecho “si se puede”, y si los productos de primera necesidad están antes cubiertos.
♦ Ropa de cama, mesa y de hogar en general, suelen tener grandes descuentos, no al empezar las rebajas sino al mes siguiente, en febrero o agosto.
Aquí entrarían juegos de cama o fundas nórdicas, toallas de todos los tamaños, manteles si todavía se usan o mantelitos individuales, o incluso cubre bandejas si cada uno se prepara individualmente su comida o su cena porque los horarios son diferentes, paños de cocina y de limpieza…
Como las toallas de manos se ensucian más y hay que lavarlas más a menudo, en lugar de comprar «juegos completos» estándar, adquirir 2 toallas de manos en lugar de la única que entra en el juego tradicional.
♦ Si no se quiere ir de rabiosa actualidad, se puede comprar ropa de «fondo de armario», siempre que no sea demasiado estrambótica para que se pueda llevar al año siguiente sin llamar la atención, como pantalones, jerséis, abrigos, plumas, sudaderas…
Incluso zapatos, botas y botines… que, si se escogen no del último grito sino del penúltimo, ya que suele haber una gran variedad, no se pasarán de moda tan rápidamente y la rebaja será mayor.
♦ Si todavía usáis perfumería de marca, como cremas de todo tipo, cuidado del cuerpo, cara, cabello, manos, uñas, maquillaje, rímmel, sombras, barras de labios… , que no se estropean fácilmente, también se pueden aprovechar estas rebajas aunque, dependiendo de los años, solo la rebajan un 10 o un 20% nada más.
Siempre ahorraremos algo, y muchos “poquitos” suman un mucho.
♦ Sin embargo las fragancias o perfumes ya salen mucho más baratos adquiriéndolos en Internet.
Buscáis la web en la que la fragancia que usáis está más barata y, personalmente, antes de comprar prefiero hablar con ellos para no llevarme sorpresas desagradables.
Y si solo tienen un teléfono 900 de pago, por sistema no llamo.
¿Desde cuándo un cliente o futuro cliente tiene que pagar por tener información de un producto o varios que quiere comprar?
Desde que el mundo está al revés y el consumidor se deja tomar el pelo.
¡¡Ni un céntimo para ninguna de estas empresas, aunque cada vez sean más numerosas, pero no por tacañería sino por convicción!!
El teléfono que nos brinda Amazon España, por ejemplo, está en Uruguay, lo atienden siempre personas encantadoras, funciona las 24 horas del día los 365 días del año y es totalmente gratuito, como debe ser.
Si se tiene tiempo suficiente, y desgraciadamente no todos lo tienen, se puede echar un ojo unos días antes de que empiecen las consabidas rebajas, o incluso el día antes de que empiecen puesto que sabemos siempre la fecha en la que se van a producir, a algo que nos hace falta, un abrigo, una chaqueta o chaquetón, una camisa o jersey bonitos, unos pantalones para alguna ocasión especial… y apuntar su precio para comprobar después si tienen el descuento que anuncian.
Aunque está prohibido aumentar el precio normal de cualquier artículo, para que el descuento sea después mayor… no sé si todos los establecimientos lo cumplen.
Y para los jóvenes que todavía tienen que ir a trabajar de “traje”, las ofertas son también importantes.
Aunque en las primeras horas de las rebajas suele haber más gente, también es verdad que las ofertas verdaderamente gangas, y que sirven como gancho, son las que primero desaparecen.
Hay que llevar ropa cómoda si se piensa comprar cosas que necesitan probarse, y si se vive cerca de unos grandes almacenes que anulan inmediatamente la compra, se pueden llevar varias prendas a casa, probarlas allí cómodamente y comprobar si nos pegan con muchas prendas y si nos van a resultar muy ponibles dependiendo del tipo de vida que llevemos.
Conozco varios hogares, y no de gente rica, sino de profesionales normales que no nadan en la abundancia y que se arreglan muy bien con este tipo de rebajas, pareciendo que su economía es mucho más boyante de lo que es en realidad.
El mundo ha cambiado a nivel mundial y no solo en España, aunque muchos no se hayan enterado o no quieran hacerlo, pero el dicho siguiente “o se gana más o se gasta menos” siempre seguirá vigente.