“Medicamento” que más debería recetarse.
¡500 posts!
Os he puesto unas hermosas comillas en la palabra “medicamento”, porque ni lo es, ni lo será, ni lo habrá nunca y, además, estoy convencida de que en la actualidad muy pocos lo “recetan”, cuando debería ser lo primero que se tendría que prescribir al presentarse un enfermo, con alguna patología, me da igual la que sea.
¡Pero es que hasta se tendría que recetar a las personas totalmente sanas, ya sean jóvenes, mayores, adolescentes o niños!
Y por supuesto a todos los que, aun estando en su peso normal, ya presentan dolencias de cualquier tipo, sin sufrir ninguna enfermedad grave, como por ejemplo dolor de espalda o de cervicales, algo que cada vez aparece a una edad más temprana precisamente por el estilo de vida nefasto que muchos llevan.
Por supuesto que habría que empezar por todos los que tienen un marcado sobrepeso u obesidad, ya que se ha demostrado que en el 99% de estos casos simplemente perdiendo un 10% de su peso actual, o tan solo 5 kilos si el exceso es considerable, ya se consiguen efectos espectaculares.
Pero lo grave, gravísimo es que a estas personas que tienen kilos de más, ni se les ocurre pensar que tienen una enfermedad peligrosa y mortal que les va a ir restando calidad de vida a medida que transcurran los años, y que no es, ni mucho menos, un problema estético.
Para atajar esta grave situación lo más rápidamente posible, habría antes que concienciarles de la dura realidad, algo que tampoco se hace, posiblemente porque no es políticamente correcto.
Este “medicamento” debería ser el más recetado, no solo en todos los países occidentales, y hasta en algunos subdesarrollados, sino especialmente en nuestro país donde la mayor enfermedad es el estilo de vida actual que conlleva una ganancia de peso continua, sin prisa pero sin pausa, no solo en los adultos, sino en los adolescentes cada vez a una edad más temprana, y hasta en nuestros niños entre los cuales 1 de cada 3 o de cada 4 presenta sobrepeso u obesidad.
Y en este estilo de vida tan perjudicial entraría de lleno el sedentarismo.
¿Y de qué estamos hablando?
Pues del ejercicio, de cualquier tipo, pero involucrando la mayoría de nuestros músculos, es decir de moverse y olvidar para siempre el sedentarismo que ya está considerado una enfermedad también grave.
El cuerpo humano está hecho para llevar una vida activa, y hoy son muchos, demasiados, los que no se mueven para nada.
Otros muchos también, por su trabajo, no paran en todo el día…, pero repitiendo todos los días los mismos movimientos, y ese “no parar” tampoco se considera un ejercicio completo y saludable.
¡El ejercicio bien hecho hoy día es tan importante como el respirar, si os descuidáis más que el comer!
Pero muchos tienen «alergia» al mismo, no lo han hecho nunca, y se buscan mil excusas para no empezar a realizarlo.
Es la «pescadilla que se mueve la cola», a menos movimiento más anquilosamiento, menos agilidad y mayor dependencia de todos los de su alrededor.
El órgano que no se ejercita se atrofia.
Un día, quizás no muy lejano, se encontrará una píldora maravillosa que nos impida engordar, comamos lo que comamos, sin cirugía ¡ojo! y sin efectos secundarios.
Es raro, pero posible.
Quizás también, trasladados a este mundo de ensueño, podamos disponer de una pócima extraordinaria que nos incite u obligue a dejar de ser sedentarios, la mayor epidemia del siglo XXI, junto con los kilos de más que siempre van juntos.
Si realmente esta medicina asombrosa fuera muy efectiva, tendría que crear adicción, es decir que el cuerpo sintiera una necesidad acuciante de empezar a moverse, de hacer algún tipo de ejercicio, el que sea, como si se tratara del aire que necesita para respirar.
Pero desgraciadamente los ”tiros” no van por ahí, y a muy pocas personas les apetece moverse y olvidarse del sillón y de horas y horas delante del televisor, sobre todo a partir de un rango de edad en el que las “goteras” empiezan a aparecer o se notan más.
En España, en 2013, por promedio, cada persona dedicó más de 4 horas a ver la televisión, y los más jóvenes han cambiado la tele por los dispositivos electrónicos de todo tipo a los que muchos están enganchados de una manera hasta patológica.
Quizás, cuando la nutrigenómica haya avanzado más, nos podrán especificar cuál es la “dieta” más adecuada, saludable y efectiva para toda la vida para cada uno de nosotros.
Pero ya estamos hablando de “dieta” con la correspondiente restricción que supone la misma palabra dieta y que, ya sabéis, no me gusta nada.
Conoceremos entonces los alimentos más beneficiosos para nosotros con el objetivo de prevenir enfermedades y nos aconsejarán sobre los hábitos de vida más adecuados según nuestro perfil genético.
¿Pero haremos caso de todos estos beneficios que nos proporcionarán, o seguiremos comiendo y bebiendo lo que nos apetece?
¿A que a alguno de vosotros le sienta mal el picante, o el mismo chorizo, y aun sabiéndolo los siguen tomando porque les encanta?
Vamos a trasladarnos a ese mundo bucólico o idílico en el que tenemos un peso normal, y no sufrimos de ninguna patología importante.
No hay hipertensión, nuestras cifras de colesterol son normales, es decir el malo o LDL en sus cifras correctas, el bueno o HDL con cifras superiores a las normales, lo cual es también muy saludable, no hay diabetes y aparentemente no hay ningún signo negativo.
Pero si nuestra vida ha sido siempre sedentaria, el cuerpo poco a poco se habrá ido anquilosando, su musculatura ya no será la de antes, ni su agilidad física y por tanto tampoco su agilidad mental, porque van las dos unidas y habrá mucho más riesgo de enfermedades mentales como la demencia senil o el terrible Alzheimer.
Sigue estando vigente la cita famosa de un poeta romano del Siglo I, “mens sana in corpore sano”.
En lugar de recetar pastillas para el colesterol, la hipertensión o la ansiedad, que es lo que la mayoría de los pacientes desean porque creen, erróneamente, que solo con medicamentos van a desaparecer sus problemas, ignorando que todos ellos tienen efectos secundarios, es decir que por un lado curan o remedian un problema, pero por otro lado crean uno nuevo, hay que recetarles ejercicios como ya se han empezado a prescribir en distintos Centros de Salud de diferentes Comunidades, siendo Murcia una de las primeras.
¿Tendrá éxito este programa “Activa”?
La OMS, Organización Mundial de la Salud, recomienda que caminemos 30 minutos al día, pero ligeritos para que se sude un poco y sea un ejercicio aeróbico, calzándose unas buenas deportivas, especiales para andar o correr, y hacerlo sobre tierra en lugar de sobre asfalto para que el impacto sobre nuestras articulaciones sea mínimo.
Pero, para ella como para mí, no es suficiente, sobre todo a partir de una cierta edad.
A nuestra actividad física hay que añadirle ejercicios de fuerza para tonificar y reforzar nuestra masa muscular que, con la vida sedentaria va disminuyendo, aumentando así el gasto energético y mejorando los factores de envejecimiento.
Este medicamento-ejercicio, siempre lo he dicho, para que sea realmente efectivo debe ser activo y no pasivo.
Obvio pues hablar de los múltiples artilugios que han ido apareciendo para convencernos de que el ejercicio pasivo era tan bueno como el activo, algo totalmente falso.
Hace años fue el boom de las plataformas vibratorias de las que no hablé en ningún post, porque siempre me parecieron un atentado contra la salud, sobre todo en las mujeres que fueron las que más las utilizaron.
Se hablaba de ellas por todas partes, el bombardeo publicitario fue impresionante y, como por arte de magia, desaparecieron del mercado.
Ahora le ha tocado la ”china” a la electroestimulación, fitness con chaleco solo o con chaleco y pantalón, pero ésta que tiene que ir acompañada forzosamente de ejercicios aeróbicos, necesita un control médico continuo porque en el fondo es un “método antinatura” aunque se ocupe de nuestros órganos naturales de verdad… y ya veremos dentro de unos años sus efectos más o menos nocivos.
¡Pero mientras haya negocio, ahí estarán!
Quedaros pues con lo más importante: hay medidas que solo el ser humano puede tomar decididamente y con conocimiento de causa, máxime cuando se refiere a sus salud actual y futura.
El sedentarismo a la larga nos hace enfermar y a la larga “mata”, despacio, pero lo hace.
Y ahora pasemos a otro tema 😐
Este post hace el número 500 desde que inauguré el blog el 2 de febrero de 2011, y son muchos, tanto para escribirlos como para leerlos y ponerse al día.
Con este fausto motivo creo que el post se ha «ganado» un merecido descanso.
Así, muchos de los que se han ido incorporando a mi blog tardíamente, tendrán tiempo durante estas semanas para poderlo disfrutar poco a poco y sin atracones.
Me despido pues de todos vosotros, disfrutad a tope de vuestras vacaciones, de vuestra pareja, de vuestros hijos, amigos, familiares…, saboreadlas, estrujadlas al máximo, descansad, comed, bebed, aperitivead,(aunque la palabreja no existe), divertíos, nadad, corred, montad en bici, jugad al fútbol o a cualquier otro deporte que os guste, haced senderismo, bailad si os gusta hasta casi la extenuación…, pero quemad todo lo que comáis y bebáis.
Son unos días fantásticos para hacerlo sin que nuestro yo interno alegue falsamente que no tiene tiempo.
Ahora lo tenéis para cambiar del todo vuestra vida sedentaria y moverse.
Si coméis el doble de lo habitual y, ¿por qué no?, quemad también el doble de lo que estáis acostumbrados a quemar.
Os repito que para no engordar tan solo hay que quemar todo lo que se come.
¡Os aseguro que funciona!
Ya veréis como volvéis felices y contentos, pletóricos, llenos de energía y dispuestos a enfrentaros al duro regreso al trabajo, sobre todo para los que no disfrutan con el que realizan habitualmente y lo hacen a regañadientes, o los que viven en las grandes ciudades donde la vida es casi un infierno para desplazarse de un sitio para otro perdiendo muchas horas.
Volveremos a finales de agosto o primeros de septiembre, esta vez no os concreto el día exacto.
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Para todos los que me seguís un abrazo muy fuerte y muchas gracias.
¡Nos encontraremos de nuevo! 😳 🙂