Puesto que mi post ¿Tienes estreñimiento? ha originado ya más de 600 comentarios, voy a explicar algunos de los factores que más influyen a la hora de evitar o combatir el estreñimiento que, en principio, no debe ser crónico salvo si se padece realmente una enfermedad.
Como en el caso de suprimir los kilos de más, en el caso de luchar contra el estreñimiento no hay ninguna píldora ni solución milagrosa.
En ambos casos se debe normalmente a “todo un estilo de vida incorrecto”.
La manera de alimentarse de los españoles en particular y de muchos países industrializados, incluso de muchos países del tercer mundo, ha cambiado en general en estos últimos 50 años.
Hemos pasado de la dieta mediterránea o de una dieta frugal, a la forma de comer de los anglosajones muy rica en grasas, en carnes, en hidratos de carbono de absorción rápida, y en refrescos.
1. Hay que tomar suficientes alimentos con fibra, sin tener que acudir a “cosas raras” como el salvado de trigo o de avena, a secas, es decir tal cual, que es como hacen realmente efecto, y que además, no deben ser ningún manjar a la hora de ingerirlos disueltos en leche, zumos…
La OMS aconseja un mínimo de 30 g de fibra diaria que en muchas ocasiones no se toman.
2. Si se quiere que nuestro intestino funcione bien, con regularidad, hay que tomar un mínimo de 400 o 500 g en total de frutas, verduras y hortalizas diarias, mejor si son 2 raciones de fruta y 3 de verduras, pero no hay que limitarse a tomar siempre las mismas, sino cambiarlas.
Tenemos una infinidad de todas ellas y cuanto más variadas sean mejor ya que en cuanto a sus propiedades unas se complementan con otras.
No solo las judías verdes o acelgas de toda la vida, que siguen tomando las personas mayores pero que muchos jóvenes no han probado, sino alcachofas, espinacas, calabaza naranja y calabacín, berenjenas, tomates, pepinos, pimientos de todos los colores, ajos y ajetes tiernos, cebollas, cebolletas, puerros, apio, rábanos, nabos, tomates, guisantes, habas, espárragos verdes y/o blancos, champiñones y setas, remolacha, zanahoria, cardos, grelos, borraja y toda la familia de las coles que hoy se ha demostrado que son imprescindibles como la coliflor, el repollo de hoja blanca amarillenta lisa, el bróculi, las coles de Bruselas, la col china, la lombarda…, y todo lo que sea de hoja comestible más o menos verde como las múltiples variedades de lechugas de las que hoy podemos disfrutar, desde la clásica lechuga romana o los cogollos de lechuga hasta las otras variedades como Treviso, Iceberg, Trocadero, Hoja de roble, Batavia, Lollo Rosso, berros, escarola, diente de león, rúcula, endibias…
Hasta las hojas cocidas de la remolacha, si están frescas, son estupendas.
Con la mano en el corazón contar para vosotros mismos ya que no vais a engañar a nadie, cuántas de todas éstas tomáis a la semana o al mes, ¿6, 10, 20…? ¡Y de las que se toman crudas se debería tomar por lo menos 1 ración diaria o casi diaria!
3. Hay que beber suficiente agua, aunque el tema de una hidratación suficiente creo que ya está bastante asumido.
Sin pasarse, pues no hay ninguna necesidad de tomar 3 o 4 litros diarios a no ser que nuestro trabajo nos haga sudar mucho. Beber mucha agua no adelgaza como muchos piensan.
4. No hay que abusar de los alimentos demasiado refinados como el pan normal o el pan de molde blanco, y acostumbrarse al pan integral, multicereal o de semillas que, si están bien horneados, son una delicia.
5. Hacer algún tipo de ejercicio, moverse de alguna forma y no llevar una vida totalmente sedentaria.
6. El sobrepeso influye enormemente pues es la pescadilla que se mueve la cola, cuántos más kilos se “llevan” encima, más cuesta moverse y más y más sedentario se vuelve uno.
7. Comer lo suficiente ya que una gran mayoría de personas muy jóvenes, sobre todo mujeres, se toman una ensalada escasa y 1 filete, o un plato de sopa sin más.
También algunas personas mayores que al estar muy poli medicadas y no tener apetito ingieren muy pocos alimentos, y si éstos no dejan suficientes residuos, difícilmente se podrá ir al baño con regularidad ya que no hay prácticamente nada para eliminar.
8. Evitar comer cantidades demasiado grandes en una sola toma, hasta el doble e incluso el triple de lo que se consume o quema, muchas veces en la cena y a unas horas tardías, mientras que los desayunos son flojos o casi inexistentes.
9. Tomar determinados medicamentos como ansiolíticos, antidepresivos y antihipertensivos puede contribuir a este estreñimiento, pero no obligatoriamente, y siempre se puede combatir.
10. Comer muy deprisa también influye en el estreñimiento pues los alimentos muchas veces se tragan casi enteros.
Deberíamos masticar cada bocado por lo menos 20 veces antes de deglutirlo para transformarlo así en una papilla fina, pero la ansiedad, la falta de tiempo y el estrés no ayudan.
Comer con tenedor pequeñito, de postre, y soltarlo cada vez que nos lo hemos llevado a la boca puede contribuir a comer más despacio.
De esta manera la digestión empezaría en la boca gracias a la enzima ptialina de la saliva.
Además se ha visto que comer despacio y lo que se debe, no solo ni exclusivamente lo que apetece, previene la aparición de cáncer de colon que está creciendo a una velocidad vertiginosa.
11. Aunque no se han encontrado razones científicas para aconsejarlo, el yogur puede ayudar en muchos casos a hacer mejor la digestión y mejorar la labor del intestino.
12. Los consejos caseros que siempre se han usado como 1 o 2 kiwis en ayunas, acompañados o no de 1 vaso de agua, o las ciruelas pasas remojadas en agua durante toda la noche pueden ayudar.
Modernizaros, y recién levantados macerarlas, cubiertas de agua 2 o 3 minutos en el microondas, bebiéndoos también a continuación esta agua.
Cuidado con las que tomáis pues tienen muchas calorías.
13. Salir de viaje y por tanto cambiar de costumbres y de alimentación también contribuye al estreñimiento y todos lo hemos comprobado.
Se injieren normalmente muy pocas fibras ya que las frutas se sustituyen por postres muy calóricos y las verduras solo se encuentran como adorno o acompañamiento.
14. No tomar laxantes, ni siquiera los “naturales” que se encuentran en las herboristerías, salvo que el médico los prescriba.
Con un laxante se elimina el síntoma, es decir el estreñimiento, pero no la causa que es lo fundamental.
Ante un estreñimiento persistente hay que hacer un buen diagnóstico, algo que lleva tiempo pero que es importantísimo para detectar cualquier problema grave.
15. Analizar fríamente lo que coméis al cabo del día y de las semanas.
Si se toman casi exclusivamente muchas carnes rojas super grasientas, muchos fritos y rebozados, las patatas fritas prácticamente a diario, pastas, pizzas, lasañas, embutidos, arroces, bollería industrial… es casi imposible tener un intestino “educado” y que funcione bien.
En nuestros platos diarios tiene que haber forzosamente colores, cuántos más mejor, amarillos, rojos, verdes… y éstos solo los proporcionan los vegetales y las frutas.